River vence a Boca, en la bombonera y complica el ciclo de Martínez

El "Millonario" logró un triunfo clave en un momento crítico de la temporada

River vence a Boca, en la bombonera y complica el ciclo de Martínez Prensa River

Gallardo lo hizo. Regresó con gloria a La Bombonera, condujo a su River mixto a una victoria trascendental en un momento clave, justo antes de su desafío ante Colo Colo, y sumió a Boca en una crisis aparentemente terminal del ciclo Diego Martínez, que también deja golpeado a un ídolo histórico como Juan Román Riquelme.

Mejor imposible para el “Millonario”, que con el foco puesto en la vuelta de los cuartos de final de Copa Libertadores, gestionó cargas y preservó jugadores para el martes, y aun así consiguió que su eterno rival mordiera el polvo de la derrota en casa, donde no caía desde octubre pasado, también ante River. De paso, los tres puntos dejan al equipo de Núñez con vida para seguir peleando por la Liga.

Peor imposible para el “Xeneize”, que venía golpeado por su eliminación en Copa Sudamericana y la reciente caída frente a Racing. Y con un técnico cuestionado desde hace semanas por la merma de rendimiento de un conjunto que nunca recuperó el juego ostentado allá y entonces, en las postrimerías de la Copa de la Liga.

“Jugamos con línea de tres”, corrigió el “Muñeco” al periodista que le había preguntado sobre el porqué de una “línea de cinco atrás”. La decisión de Gallardo de poner tres centrales y mandar a sus dos laterales bien arriba para equilibrar el medio de Boca puso el cimiento del final a la postre feliz para la visita, que disfrutó a pleno del inicio de la primavera a orillas del Riachuelo.

Además, el entrenador “millonario” acertó un pleno con la elección de su formación inicial, arriesgando apenas a tres de los que habían sido titulares en Santiago y podrían serlo nuevamente en el Monumental (Franco Armani, Fabricio Bustos y Santiago Simón).

" width="100%" height="550" marginheight="0" marginwidth="0" frameborder="0">

Como valor agregado de esta victoria, y como el propio Gallardo reconoció en rueda de prensa, varios futbolistas que no venían teniendo demasiados minutos cumplieron con creces. Algunos de ellos podrían incluso “pelear” por un lugar en la revancha frente a Colo Colo, sobre todo Manuel Lanzini –salió lesionado- y Facundo Colidio. Para el “Muñeco” son buenas noticias, porque “estira” su plantel.

En contraposición a su colega, Martínez arrancó perdiendo desde antes del pitazo inicial de Nicolás Ramírez, con un par de decisiones muy cuestionadas en las gradas, tal como postergar al banco a Aaron Anselmino –que dejó su lugar a un Marcos Rojo falto de fútbol y de ánimo crispado- e incluir por derecha a un Ignacio Miramón –natural volante central- desorientado, todo para que Guillermo Fernández pudiera hacerlo por el medio.

A los 20 minutos, el técnico “xeneize” los hizo rotar a “Pol” y a “Nacho”. “Nos está costando encontrar ese volante por derecha”, declaró Martínez. A confesión de parte, relevo de prueba, al igual que cuando puntualizó que el equipo mejoró con el ingreso del incisivo Exequiel Zeballos y el consiguiente cambio a un esquema de 4-3-3.

“Los que jugaron son los que entendí que mejor estaban para jugar este partido”, dijo el entrenador local. Si así fue, no pareció. Porque cuando después de unos minutos logró hacer pie, River se adueñó de la pelota y juntó pases que dejaron desnuda la fragilidad defensiva de su rival.

Fue tan de ensueño la tarde de la “Banda Roja”, que la victoria se plasmó en la red con un remate de Lanzini, quien no había marcado desde su regreso a Núñez. Y que ya sabía por partida doble lo que era gritar en La Bombonera. “Justo se me da acá, después de diez años, es increíble. Esto me da confianza”, confesó “Manu”, diplomado en el arte de amargar al rival de toda la vida en domicilio propio.

El “movete, Boca movete” se hizo escuchar apenas concretada la desventaja y a partir de que las pérdidas de segundas pelotas fueron recurrentes. River se adueñó de casi todo en esa primera etapa, solo le faltó mayor contundencia.

En el complemento, el sustituto Miguel Borja perdonó tres veces y dejó con vida a un rival que como era lógico lo fue a buscar y en el último minuto de la larga prórroga consiguió su objeto de deseo, un empate con gusto a epopeya, que no terminó siendo por esa mano alzada de Matías Giménez en la que tocó la pelota antes de rebotar en su espalda y traspasar la línea de gol.

Héctor Paletta salvó desde el VAR al debutante juez Nicolás Ramírez, que no aplicó siempre la misma vara y como mínimo debió expulsar a Rojo y tal vez también a Fonseca.

“Esta victoria estimula y mucho, vale un montón”, resumió Gallardo minutos después de que sus muchachos se dieran el gusto de festejar en racimo en el centro del campo un triunfo difícil de olvidar, de uno y otro lado de la grieta más grande del fútbol argentino.   

Comentarios