Tucumán le “alquiló” la localía a Santiago del Estero para el duelo de Los Pumas

En el Madre de Ciudades y alrededores, miles de comprovincianos se citaron para ver el impactante triunfo sobre Sudáfrica

VICTORIA EN CASA. Los Pumas le ganaron a Sudáfrica en el Madre de Ciudades. VICTORIA EN CASA. Los Pumas le ganaron a Sudáfrica en el Madre de Ciudades. LA GACETA / Ines Quinteros Orio

¿El Estadio Único Madre de Ciudades queda en Tucumán? La respuesta, obviamente, es que no; se ubica en Santiago del Estero capital. Pero en el partidazo que protagonizaron Los Pumas y Sudáfrica por la quinta fecha del Rugby Championship, el imponente estadio pareció no estar a 162 kilómetros de la capital tucumana, sino, directamente, en San Miguel. En las tribunas, en las calles, y en el propio campo de juego, los tucumanos dejaron su marca. Y también en el impresionante triunfo 29-28 del seleccionado nacional.

Todo comenzó, como mínimo, varias horas antes del partido. De hecho, ya desde el viernes; muchos grupos de tucumanos, así como algunas delegaciones juveniles de distintos clubes, se instalaron tierras santiagueñas. Algunos, para aprovechar y disfrutar de un fin de semana de relax; otros, para disputar encuentros interprovinciales. Pero todos, con la misma frutilla del postre: ver a Los Pumas ante los campeones del mundo.

Ya en las primeras horas de hoy, el clima rugbístico empezó a adueñarse del ambiente. Primero, en las rutas: numerosos vehículos particulares, desde la mañana y durante todo el día, recorrieron los caminos que enlazan las capitales de ambas provincias. La más transitada, obviamente, fue la ruta nacional número 9; en ella, el tráfico se hizo cada vez más pesado. Algunos eligieron otras opciones, menos concurridas, pero también algo más largas y menos seguras.

Bastaba con pisar la zona del Madre de Ciudades, varias horas antes, para saber que no era un día cualquiera. Cientos de vehículos ya empezaban a buscar lugar para estacionar, mientras el Fan Fest, en las afueras del estadio, se preparaba para abrir sus puertas. Y ya, a esa hora, podían verse a grupos de tucumanos, reconocibles por la indumentaria: prácticamente todos llevaron algún distintivo de su club.

Los tucumanos coparon el Madre de Ciudades. Los tucumanos coparon el Madre de Ciudades. LA GACETA / Ines Quinteros Orio

Mientras tanto, otra noticia ponía a Tucumán en el centro de la conversación nacional: la Unión Argentina de Rugby (UAR) confirmaba la inclusión de una tercera franquicia en el país para el Súper Rugby, con sede en la provincia. Otro motivo más para que los tucumanos sacaran pecho en tierras santiagueñas.

No sólo la zona del estadio estaba repleta; restaurantes, bares, y las propias calles de Santiago del Estero se abarrotaron de gente que llegaron de todo el norte, y hasta de provincias más alejadas; pero, sobre todo de Tucumán. Lawn Tennis, Los Tarcos, Universitario, Jockey, Tucumán Rugby, Natación y Gimnasia, Aguará Guazú, Lince, Corsarios, Cardenales, Huirapuca… todos esos clubes, y muchos más, tuvieron algún miembro de su “familia” en el estadio. Y vaya si se hicieron sentir. 

No fue solamente con la indumentaria, ni tampoco con las banderas que colgaron en algunos sectores del estadio (las de Cardenales, Los Tarcos, Universitario y Lawn Tennis fueron de las más visibles). Los tucumanos se hicieron notar en el aliento a sus comprovincianos que saltaron a la cancha con la camiseta albiceleste. Al momento de la presentación del equipo, Tomás Albornoz y Mateo Carreras fueron los dos más ovacionados, seguidos por Thomas Gallo, Pablo Matera y Marcos Kremer. Ninguna casualidad que Albornoz, con pocos partidos todavía en Los Pumas, y Carreras, ya con más rodaje, estuvieran al nivel de dos referentes del equipo de hace varios años. 

Pero esa señal de que Tucumán se “apoderó” del Madre de Ciudades no fue aislada antes del partido. Durante el encuentro, también se sintió. Contagiando al resto de los presentes por la importancia de la actuación de los Pumas tucumanos. Aun cuando el partido recién comenzaba, los casi 29.000 espectadores presentes estallaron con un tremendo tackle de Carreras, tirando directamente afuera al wing Kurt-Lee Arendse

Tucumán le “alquiló” la localía a Santiago del Estero para el duelo de Los Pumas LA GACETA / Ines Quinteros Orio

El partido comenzó complicado para Los Pumas, pero el apoyo siempre estuvo. “Vamos Tomi” y “Vamos Mateo” fueron frases repetidas en las tribunas. Y justamente, fueron los tucumanos los que empezaron a cambiar la historia: Mateo marcó el primer try del equipo de Felipe Contepomi, con conversión del propio Albornoz, y el mismo Carreras asistió a Pablo Matera para el segundo try (nuevamente convertido por el ex apertura de Tucumán Rugby). 

Los Pumas lograron la remontada, al menos en el primer tiempo, con un nuevo try, esta vez de Joel Sclavi, donde Albornoz no pudo convertir. El apertura falló también un penal, pero no bajó los brazos y un ratito después, tuvo su premio, apoyando él mismo un try, tras una gran finta para limpiar al wing Makazole Mapimpi, y luego convirtiéndolo, para que el seleccionado nacional pasara de estar 0-17 a 26-17. Un resultado impensado minutos antes, y más jugando contra el vigente campeón mundial.

La tarde se hizo todavía más tucumana cuando, en el arranque del segundo tiempo, Gonzalo García ingresó en lugar de Gonzalo Bertranou, para ocupar el puesto de medio scrum. Los cuatro tucumanos convocados, en cancha al mismo tiempo, representando a cuatro clubes diferentes (Universitario, Los Tarcos, Tucumán Rugby y Natación y Gimnasia).

Contrario al primer tiempo, donde se mataron a puntos, la segunda mitad fue mucho más chata. Con un par de penales, Sudáfrica pasó al frente. Pero otra vez, Tucumán se hizo presente en el marcador, y con un penal de Albornoz, Los Pumas pasaron al frente a falta de 12 minutos, por 29-28.

Los últimos minutos fueron de infarto. El público, como pocas veces antes durante la tarde, cantó unánimemente para arengar al equipo. Las voces de las cerca de 30.000 personas retumbaron en todos los sectores del estadio. Y así como se festejó cada acción favorable, se lamentó cada oportunidad perdida en ataque. La tensión se hizo palpable en el aire hasta el último segundo, porque el marcador se mantuvo abierto hasta el final. Faltando segundos, Manie Libbok falló un penal increíble para Sudáfrica, que parecía muy difícil de errar, causando el estallido de todo el estadio. Instantes después, el seleccionado de Contepomi forzó un penal a favor, sellando así un espectacular triunfo sobre los campeones del mundo, para el desahogo de todo el Madre de Ciudades, de todo Santiago del Estero, de todo Tucumán, y de todo el país.  

“Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña”, dice el icónico refrán. Pues bien, para lo que pasó ayer, se podría retocar por: “Si Los Pumas no van a Tucumán, Tucumán va a Los Pumas”. El seleccionado argentino no viene a la provincia desde 2016; pero ayer, parte de la provincia se movió a Santiago del Estero para vivir una verdadera fiesta que tuvo el mejor final. 

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