El imprescindible trabajo de la mujer rural
Los 15 de octubre de cada año se celebra en todo el mundo el Día de la Mujer Rural. La efeméride fue instituida por la ONU en 2008, para destacar, precisamente, el rol fundamental de la mano femenina en múltiples tareas del agro. Con mucho esfuerzo y actitud, la mujer fue ganando sus espacios en el campo. Se debe seguir este camino, para visibilizar su importancia
Cada 15 de octubre se celebra a nivel internacional el Día de las Mujeres Rurales. Se trata de una fecha instituida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2008, para homenajear el rol protagónico y esencial de las mujeres rurales en la producción agroalimentaria a nivel global.
En nuestra zona productora del NOA las diferentes actividades agroproductivas aparecen en las rutas y caminos y dan la magnitud de todo el trabajo que la gente de campo realiza dentro y fuera de los predios rurales.
En Tucumán se realizan muchas actividades; y en todas ellas trabajan muchísimas personas: hay unas 300.000 hectáreas de caña de azúcar, 40.000 hectáreas de cítricos, 170.000 hectáreas de soja, 90.000 hectáreas de maíz, 80.000 hectáreas de trigo, 15.000 hectáreas de garbanzo, 18.000 hectáreas de porotos, 8.000 hectáreas de papa y 1.200 hectáreas de arándanos. A esto se suman las hortícolas, el tabaco, las frutillas, las pasturas y campos ganaderos mixtos.
Con claridad se advierte que las actividades en la provincia son muy diversas. Y en todas ellas, el uso de la mano de obra de todo tipo es necesaria; y la administración de todo tipo de recursos humanos resulta indispensable. Debido a ello se requiere del trabajo constante de empresarios, de técnicos, de profesionales de diversa índole, de cosecheros, de maquinistas, de tractoristas y de operarios varios.
Estos ejemplos permiten visualizar la importancia del trabajo del ser humano en las actividades agropecuarias y agroindustriales de una provincia, de una región, de un país.
Como dijimos, dentro de todas estas actividades el rol de la mujer resulta fundamental. Y queremos recalcarlo.
Históricamente, siempre se afirmó que el trabajo del campo era difícil, y que solo el hombre debía trabajar en él.
Todo eso cambió. Se demostró que era necesario que la mano de la mujer esté presente para que muchas tareas salgan como debían y para que las actividades productivas prosperen.
En todo momento resulta importante valorizar el papel de la mujer en las explotaciones agrícolas, y en el mundo rural en general. Actualmente, el mundo laboral exige que se garantice la igualdad entre hombres y mujeres. Se trata de uno de los principios fundamentales de cualquier país moderno. Las mujeres siempre estuvieron presentes en el campo, aunque no se las haya tenido tan en cuenta como hoy.
En la actualidad todos sabemos que muchas actividades productivas en la agricultura moderna no podrían existir sin el trabajo de la mujer. Si bien sus tareas durante la explotación suelen tener un carácter complementario, su presencia y su labor sirven para consolidar el tejido social que sostiene a su familia y al trabajo en el campo.
En las actividades agrícolas de Tucumán, la participación de estas mujeres resulta muy importante. Se destacan por la dedicación, por la capacitación y por el esfuerzo para lograr el éxito en cada una de las actividades que llevan adelante.
Realizan múltiples actividades. Tantas que muchas veces resulta extenso enumerarlas: profesionales, productoras, empresarias, gremialistas, periodistas agropecuarias, cosecheras, embaladoras, laboratoristas y tractoristas, por mencionar algunas. También se encargan de otros servicios, igualmente específicos, como el turismo rural, la producción y venta directa de productos de la granja, los transportes locales para mover dichos productos.
Con mucho esfuerzo y actitud, la mujer fue ganando su merecido lugar en el campo. Sin embargo, todavía continúa existiendo una división de roles, que asigna a las mujeres el cuidado de la casa, de la salud, de la educación y de sus familias, mientras otorga a los hombres el manejo de la tierra y de la maquinaria y, en definitiva, de la parte técnica de la agricultura.
A pesar de esto, la mujer logró adaptarse y acceder a lugares de trabajo que le corresponde. Se debe seguir en el camino de lograr visibilizar el rol que las mujeres cumplen en el entramado rural, ya que aún queda mucho por hacer y mucho camino por recorrer para que se alcance, en la agricultura y en el medio rural, la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer.
Lo cierto es que hoy se observa que el rol de la mujer en muchísimas labores y actividades del campo resulta fundamental y hasta imprescindible para lograr un resultado productivo sustentable y por ello no se debe perder la premisa de rescatar el rol fundamental de la mujer en las actividades agrícolas ganaderas.