La valentía y el amor de Braulio Mamani, el sobreviviente que salvó vidas en la tragedia de San Guillermo

A los 85 años, su esposa recuerda con lujo de detalles cómo fue el día del accidente.

EMOCIONADA. Ángela López, de 85 años, fue la esposa de Braulio Mamaní; al enterarse de la noticia, comenzó a caminar hacia el lugar del trágico accidente. LA GACETA / FOTOs DE ANALIA JARAMILLO EMOCIONADA. Ángela López, de 85 años, fue la esposa de Braulio Mamaní; al enterarse de la noticia, comenzó a caminar hacia el lugar del trágico accidente. LA GACETA / FOTOs DE ANALIA JARAMILLO
24 Diciembre 2024

Los recuerdos de Ángela López, de 85 años, permanecen intactos. A la mujer se le eriza la piel cada vez que habla de la “Tragedia de San Guillermo”. Ángela fue esposa de Braulio Mamaní, uno de los 16 sobrevivientes del siniestro, y recuerda con lujo de detalles cómo fue el día del accidente.

El 24 de diciembre de 1967, la mujer se encontraba en su casa paterna. Todavía no habían construido la vivienda al frente del club San Guillermo, llevaba nueve años de casada con Mamaní y era una de las cocineras del ingenio La Fronterita. “El club siempre estuvo en Casas Viejas. Antes tenía una pirca que marcaba los límites del terreno, pero después hicieron las tapias”, contó.

Braulio era un trabajador de la zafra y durante los veranos volvía a los valles para visitar a su familia. “También tenía una pequeña quinta en el fondo de la casa en la que cultivaba de todo. Incluso fue uno de los impulsores del Festival de la Verdura que se creó en Casas Viejas”, dijo López. En ese período, el hombre aprovechaba para calzarse los guantes y defender el arco de San Guillermo en la Liga Deportiva de El Mollar. Ese fue el motivo por el que se subió al camión para disputar el partido frente a Peñarol en Rodeo Grande.

López cuenta que fueron dos camiones que trasladaron a los planteles de Primera y de Quinta del club de Casas Viejas. Al llegar al destino, la lluvia era intensa e impidió que se jugaran ambos duelos. El primero de los vehículos decidió quedarse en Rodeo Grande hasta que el aguacero parase, mientras que el segundo, en el que estaba Braulio, decidió emprender viaje.

“Un tío llegó a mi casa en caballo y me avisó del accidente. Apenas me dijeron, me fui caminando a buscar a Braulio, pero no llegué al lugar donde estaba el camión porque era muy lejos”, contó.

Luis Alberto Mamaní, el hijo de Braulio, dijo que él se salvó del accidente de milagro. Él tenía cuatro años al momento de la tragedia y, según cuenta, le había insistido a padre para que lo llevase al partido. El pedido, sin embargo, no se concretó. “Siempre quería acompañarlo a mi papá, pero ese día se escapó sólo. Sin saberlo, me salvó la vida, porque no cumplió mi capricho”, dijo.

Braulio habría sido arrastrado por casi 500 metros y apareció sobre una piedra, pero decidió lanzarse al agua una segunda vez porque vio a una persona ahogándose. “Él pensó que era yo el que estaba en el agua y se metió al río para rescatarme. No pudo hacer nada. Por suerte, salió despedido a los 100 metros”, describió Luis.

RECUERDOS. Luis Mamaní contó que quiso acompañar a su papá, Braulio, al partido entre San Guillermo y Peñarol que se suspendió por la fuerte tormenta. RECUERDOS. Luis Mamaní contó que quiso acompañar a su papá, Braulio, al partido entre San Guillermo y Peñarol que se suspendió por la fuerte tormenta.

El hombre reconoce que no dimensionó la gravedad del hecho, pero recuerda que tuvo que ayudar a su padre en el proceso de recuperación. “Lo tenía que acompañar al baño y a moverse dentro de la casa”, recordó.

En opinión de López, el funeral fue una pesadilla. Los ataúdes se colocaron en el campo de juego y decenas de familiares se acercaron a dar el último adiós a los futbolistas y a los hinchas. El tiempo hizo que varios de ellos murieran por diferentes motivos. “Ya quedamos poquitos”, dijo, y contó que Braulio falleció hace tres años.

De las paredes de la casa de los Mamaní cuelgan decenas de fotos de familiares. Entre ellas, se destacada un cuadro en el que aparecen Ángela y Braulio después del casamiento. “Estuvimos más de 60 años juntos. Lo extraño, pero la vida tiene un fin. Lo bueno es que pudimos tener un gran familia y pasamos muchas cosas juntos”, concluyó López, que hoy asistirá a la misa para reencontrarse con sus afectos.

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