El mercado de pases, la otra pasión de los hinchas

El mercado de pases, la otra pasión de los hinchas

Cuando la pelota deja de rodar, el fútbol no se detiene. Comienza una etapa que muchos disfrutan y otros la sufren. Cada novedad que surge genera revuelo. El mercado de pases es un período dinámico en el que los clubes buscan reforzar sus planteles, y que tiene actores primarios y secundarios. Los dirigentes y los representantes de futbolistas están en el centro de la escena. Son los encargados de encabezar las negociaciones. Son días frenéticos, con llamadas incesantes, reuniones secretas y números que parecen inalcanzables para el común de los mortales. Alrededor de ellos, orbitan los periodistas

que cumplen un rol crucial en la difusión de noticias, confirmadas o no, generando un torbellino mediático. En paralelo, los hinchas viven esta etapa como si fuera otro campeonato. Reaccionan ante cada runrún: se sorprenden, se emocionan y, en la mayoría de los casos, se enojan.

La red social X (ex Twitter) se convierte en una extensión de las tribunas. Las búsquedas se hacen minuto a minuto. La lupita de la plataforma de Elon Musk recibe millones de consultas de los fanáticos que escriben los nombres de sus clubes con la esperanza de tener novedades sobre la vuelta de un ídolo o de un fichaje soñado. Entre búsquedas incansables y debates acalorados, intentan descifrar qué hay de cierto en cada noticia. Pero no solo se limitan al rastreo, también aprovechan este espacio para “sugerir” el nombre de un defensor uruguayo difícil de eludir, el de un juvenil que parece tener futuro, el de un mediocampista del ascenso que la descose o el de un 9 del fútbol paraguayo que la emboca al arco de todos lados. Todos se hacen tiempo para opinar y dejar sus recomendaciones aunque éstas no lleguen a nadie en particular.

Las redes sociales se transforman en un escenario donde el fervor popular y los intereses millonarios se cruzan en una danza que no deja a nadie indiferente. Este fenómeno no es exclusivo del fútbol ni de una región en particular. Países futboleros como Argentina, Brasil, España o Italia comparten la misma efervescencia. Incluso otros deportes replican este frenesí en sus mercados. Recientemente, los fanáticos del automovilismo llenaron las redes sociales con búsquedas y debates sobre el futuro del piloto argentino Franco Colapinto en la Fórmula 1, que terminó siendo contratado por Alpine F1 Team.

La responsabilidad de los clubes

Las redes sociales funcionan como una “mesa de café” amplificada, un lugar donde se cruzan opiniones, rumores y especulaciones. Antes, esas charlas quedaban entre pequeños grupos; hoy son públicas y alcanzan a miles de personas. Aunque este fenómeno es global, países futboleros como Argentina, Brasil, Italia o España son el epicentro de esta efervescencia. Además, el impacto no se limita al fútbol: otros deportes como el automovilismo replican este comportamiento. Por ejemplo, las redes ardieron recientemente durante la negociación de Franco Colapinto, piloto argentino, con Alpine F1 Team en la Fórmula 1.

Sin embargo, las opiniones que circulan en estos espacios, aunque válidas, suelen carecer de fundamentos sólidos. Para los clubes, manejarse en este entorno requiere una estrategia clara y un orden que permita evitar errores. La experiencia reciente de clubes que anunciaron fichajes antes de cerrar la documentación -y luego tuvieron que retractarse- refuerza la importancia de actuar con cautela.

La mayoría de las instituciones opta por trabajar con discreción y dentro de los márgenes lógicos que impone la realidad. “Es fundamental mantener la calma y no dejarse llevar por el frenesí mediático”, coinciden los dirigentes. Esto no solo protege la imagen del club, sino que también fortalece la confianza de los fanáticos, quienes esperan transparencia y profesionalismo

Una de las cuestiones más evidentes es la disparidad económica entre los clubes. Todos los hinchas sueñan con ver a Lionel Messi en su equipo, como un ejemplo de fichaje casi inalcanzable. Los grandes como River, Boca y el renaciente Estudiantes de La Plata han demostrado tener una billetera robusta, reflejo de su buena salud financiera, al incorporar jugadores de renombre, aquellos considerados como “de prestigio”. Por otro lado, el resto de los clubes se encuentran en una situación más ajustada, por lo que deben afinar su estrategia y actuar con astucia, buscando el equilibrio perfecto entre calidad y precio para encontrar ese jugador “bueno y barato”.

En nuestra provincia, Atlético Tucumán ha demostrado, durante sus años en Primera División, ser un club con una destacada capacidad para comprar y vender jugadores exitosamente. Entre los casos más significativos se encuentran el enganche Joaquín Pereyra, transferido al Minnesota United de la MLS por 2,19 millones de dólares, y el mediocampista Favio Álvarez, quien pasó a Los Ángeles Galaxy del fútbol estadounidense por 1,5 millones de dólares. La inversión en divisiones inferiores también ha rendido frutos notables. El ejemplo más resonante es el del extremo Tomás Cuello, vendido hace casi tres años a Athletico Paranaense de Brasil por 2,25 millones de dólares a cambio del 50% de su pase. Ahora, Cuello podría ser transferido al Atlético Mineiro, lo que representaría un nuevo ingreso importante para el “Decano”. Además, la última joya surgida de sus filas es Nicolás Romero, quien ya prepara sus valijas para compartir equipo con Pereyra en el fútbol estadounidense, consolidando el buen ojo del club para generar talentos y lograr operaciones exitosas.

En definitiva, el mercado de pases es más que una etapa de transición; es un reflejo de las dinámicas económicas, sociales y culturales del fútbol. El lugar donde conviven las pasiones populares y los intereses millonarios, y donde cada decisión puede cambiar el rumbo de un equipo y el ánimo de sus hinchas. Al final, aunque los fichajes sean responsabilidad de los dirigentes, el fervor popular siempre será el motor que mantiene viva la ilusión del deporte más hermoso del mundo.


Tamaño texto
Comentarios
Comentarios