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Lento pero a paso firme, en las últimas décadas, los juguetes sexuales pasaron de ser un tema tabú a formar parte de la conversación sobre bienestar y placer. Lo que alguna vez se consideró un tema lleno de prejuicios y estigmas, hoy forma parte de un diálogo más amplio sobre salud sexual, empoderamiento y la normalización de la diversidad de deseos y experiencias.
Esto se refleja, por ejemplo, en el informe más reciente de Grand View Research, que indicó que el mercado global de juguetes sexuales alcanzó un valor de más de U$S38.000 millones el año pasado, y se espera que crezca a una tasa compuesta anual del 7,5% hasta 2030.
“Las ideas y creencias en torno a la sexualidad femenina sufrieron positivas modificaciones, impulsando el derecho al placer, a la libertad de elección de pareja o a planificar la maternidad”, reflexionó Victoria Puertas, psicóloga, sexóloga, educadora sexual y terapeuta de parejas.
Ella mencionó que muchos de estos derechos no los tuvieron nuestras abuelas o madres ya que antes la sexualidad estaba centrada en el goce del otro. Pero hoy eso cambió y el autoconocimiento corporal fue pieza clave para que eso ocurra.
Es decir, las cifras mencionadas al comienzo mostraron -según la especialista- que hubo una evolución en la percepción social de estos productos, acompañada de un cambio cultura que impulsó la creciente apertura en torno a la sexualidad, la desestigmatización de la masturbación y el protagonismo de movimientos que defienden la autonomía sobre el propio cuerpo.
¿Cómo lograron los juguetes sexuales conquistar estanterías de tiendas físicas y online, desafiando décadas de silencio? Eso fue lo que contestaron dos expertas tucumanas.
Cambio de percepción
En el avance de productos destinados al placer íntimo de las personas se advirtió que las mujeres son parte crucial de la tendencia, ya que no tan sólo son las que más exploran su sexualidad a través de ellos, sino que se animaron a romper barreras para hacerlo.
“Como venimos de generaciones más reprimidas por castigo, puede ser un desafío para muchas la transformación a mujeres que logren reconocerse a sí mismas. El autoconocimiento es mucho más que la masturbación e incluye reconocer su anatomía, sus zonas erógenas y hasta entender por qué se enamoran de quien se enamoran”, indicó Puertas.
En este punto, también se hace referencia a deseos, fantasías, expectativas sexuales y límites. “Todo esto genera habilidades para comunicar preferencias y necesidades sexuales”, agregó.
“Muy de esta generación”- ejemplificó la licenciada- “es el alto consumo de información en redes para entender cómo funciona su cuerpo, sus relaciones amorosas, el autoestima y la sexualidad en general”.
Más informadas
Para Agustina Soria Gómez, licenciada en psicología y sexóloga, la educación sexual es otra de las aristas que hacen que los juguetes sexuales hayan salido de las sombras, ya que la información puede encontrarse de una forma más accesible.
“Las nuevas generaciones no tan sólo reciben más conocimiento acerca de estos temas a través del mundo online, sino que también hay más flexibilidad en los medios de comunicación para hablar de ello por lo que se volvió más abarcativa e integral a la práctica con los juguetes sexuales”, comentó.
“Suelo decir que como hubo una generación masculina que mal aprendió a través del porno, en la actualidad los juguetes sexuales nos permiten a las mujeres recibir esta educación sexual muy positiva y bien encaminada no solamente hacia el placer sino sobre todo hacia el autoconocimiento sexual.
Soria Gómez, por otro lado, refirió que el autoerotismo a nivel físico aporta un valor inmenso en la salud física y emocional, “porque las personas pueden sentirse más seguras de lo que les gusta y desde esa certeza se comunican mucho mejor a sus compañeros sexuales”.
Después de la pandemia
Si bien los primeros juguetes sexuales surgen del uso terapéutico en mano de médicos y psiquiatras, su uso ha ido virando hacia una no-patologización. Europa y Estados Unidos han sido pioneras en desestigmatizar el uso de juguetes como complementos de la sexualidad, detalló Puertas sobre otros indicios.
“El interés por el bienestar sexual y saber las consecuencias positivas en la salud mental y en el bienestar de la pareja, ha aumentado la curiosidad por este mercado”, añadió. Y contó que en la pandemia con el distanciamiento social y la posibilidad de acceder a través de un “clic” y con total discreción a estos productos, sin duda fueron empujones en el consumo mundial.
Cabe destacar que además, antes sólo tenían forma fálica. “Sin embargo, la industria ha evolucionado a la par de las demandas actuales y hoy encontramos diversidad de formas, tamaños, texturas y funciones”, esclareció.
Por último Soria Gómez habló sobre la importancia de que entre esta gama de opciones, se busque buena calidad. “Esa debe ser la regla número uno. Se recomienda que estén fabricados con materiales nobles para el cuerpo, como lo son los de silicona y los que tienen una vida útil de diez a 15 años porque estos juguetes pueden ser tu compañero sexual más viejo pero nunca te va a romper el corazón”, sentenció.