Con el dinamitado kirchnerismo, seguido del funcional peronismo y el temeroso sindicalismo, el gobierno libertario pone en marcha una cortina de humo que le otorgue oxígeno financiero. No es un síntoma de recuperación que algunos quioscos hagan anuncios de que reciben dólares o que el Indec dé garantías de que el salario le gana a la inflación; la realidad es cruda y muy diferente: el tiempo y la confianza inversora del FMI fue, es y será tirana e interesada. Para ello y cuidando su imagen en juego y la gestión, el Presidente y los más verborrágicos escuderos montaron la figura del enemigo ideológico como su perseguidor y difamador; usan exclamaciones de exterminio e insultos subidos de tono para agitar que alguien les dispara y ellos se defienden. Evidentemente por esos mares vamos a navegar, al filo de la irresponsabilidad que significa jugar en términos violentos, avivando un fuego que se extinguió con un manto de justicia y que todavía trabaja, con el triste costo pagado con la vida de muchos inocentes en la absurda guerra de los dos demonios.
Williams Rodrigo Fanlo
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