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Este domingo, Alemania se enfrenta a unas elecciones parlamentarias cruciales que definirán el futuro político y económico del país, una de las principales potencias europeas.
Las encuestas pronosticaron que la fuerza más votada serán los democristianos de la CDU, seguidos de la ultraderechista Alternativa por Alemania (AFD), que obtendría los mejores resultados de su historia.
Los comicios se celebran en un clima de tensión debido al avance significativo, justamente, de los partidos de ultraderecha, tanto a nivel nacional como continental. Según las últimas encuestas, el país se encamina a elegir un nuevo canciller y a conformar una nueva coalición de gobierno.
La campaña electoral ha estado marcada por dos cuestiones fundamentales: la gestión de la migración y la recuperación de la economía alemana, que atraviesa dificultades.
Tradicionalmente, las elecciones alemanas se caracterizan por su previsibilidad, pero los comicios de 2025 se han tornado excepcionales. En noviembre pasado, el canciller Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD), despidió abruptamente a su ministro de Hacienda, generando una crisis política que derivó en la convocatoria de elecciones anticipadas.
A este escenario se sumó la intervención de Elon Musk, quien expresó su apoyo a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), un respaldo que suscitó un fuerte debate en el país sobre el pasado histórico de Alemania y sus implicaciones en la política actual. Scholz calificó como "repugnante" el apoyo de Musk a los políticos de extrema derecha, lo que avivó las tensiones en torno a los valores democráticos del país. Este respaldo podría posicionar a la AfD como el segundo partido político más importante, algo que no ocurría desde la era nazi.
Principales candidatos a canciller
Friedrich Merz, del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), lidera las encuestas con más del 30% de apoyo. Merz, quien ha sido un firme defensor de la inmigración controlada, se ha visto envuelto en polémicas por sus propuestas para endurecer las políticas migratorias. Aunque intentó que el Bundestag aprobara una ley más restrictiva, su propuesta fue rechazada. Merz, quien ha tenido una carrera política destacada, busca recuperar el poder para su partido, dirigió Angela Merkel durante más de una década.
Por otro lado, Alice Weidel, de la AfD, se ha posicionado como la gran defensora de una política de cierre de fronteras y de la expulsión de inmigrantes ilegales. La líder ultraderechista ha ganado terreno en el ámbito nacional, con el apoyo de sectores que buscan un endurecimiento en las políticas migratorias y una recuperación de la identidad nacional.
El Partido Socialdemócrata (SPD), que actualmente ocupa la cancillería con Olaf Scholz, parece estar perdiendo apoyo. Los sondeos sugieren un retroceso de unos 10 puntos, lo que lo dejaría luchando por el tercer puesto, detrás de la AfD y la CDU. La gestión del SPD se ha visto marcada por disputas internas y la falta de consenso, lo que ha erosionado la imagen del gobierno actual. En este contexto, Scholz ha sido considerado uno de los cancilleres menos populares desde la reunificación alemana.
El Partido Verde, por su parte, también se perfila como un actor clave en la formación de la próxima coalición de gobierno. Con alrededor del 13% en las encuestas, su candidato a canciller, Robert Habeck, actual ministro de Economía, se presenta como una opción moderada que podría ser determinante en la configuración del próximo Ejecutivo, consignó el sitio de noticias de "Ámbito", con base en información de medios internacionales.