
“Durante este verano estamos sufriendo un comportamiento poco habitual de las lluvias. Con la falta de precipitaciones durante febrero y durante los primeros días de marzo, más las altas temperaturas, los cultivos sufrieron bastante, sintieron los efectos negativos de este clima”, puntualizó el presidente de la Sociedad Rural de Tucumán, José Frías Silva (h).
Contó que la comisión directiva de la entidad viene debatiendo ese tema, y que también lo vienen conversando con algunos productores. “Realmente estábamos muy preocupados hasta que llovió”, dijo.
Respecta de la caña de azúcar, precisó que el cultivo venía muy demorado debido a los calores y a la falta de agua. “Debido a eso, vemos con buenos ojos estas lluvias fuertes que tuvimos ahora; porque todavía hay temperatura para que el cultivo siga desarrollándose. Y entonces, esto le puede permitir que siga tirando, que siga creciendo. Estas lluvias vinieron muy bien para los cañaverales”, afirmó.
Subrayó que el poroto es el mayor damnificado por la sequía. “Todos los porotos sembrados del primer golpe de siembra, todos han tenido daños severos a muy severos. Hay muchísima gente que resembró y hasta perdió una segunda resiembra, por lo que seguramente los más afectados en esta campaña serán los poroteros”, estimó.
En cuanto al cultivo de maíz, señaló que las siembras tempranas que recibieron esos calores de más de 15 días de altísimas temperaturas presentan un gran deterioro, con pérdidas muy grandes. “No me animo a hablar de una pérdida del 100%; pero están muy complicados los maices”, destacó.
Positivo
Por el contrario, remarcó el estado de la soja. “Dentro de todo, a niveles generales, casi todos los lotes están muy bien; salvo algunas excepciones, por supuesto. Actualmente, a nivel general la oleaginosa es la que mejor se viene bancando la trompada”, dijo.
Admitió que algunos lotes sufrieron mucho el calor y el estrés hídrico: “Pero con estas últimas lluvias más generalizadas, la soja dentro de todo está en combate”.
Frías Silva comentó, también, lo que está ocurriendo con la ganadería en los campos tucumanos. “Las pasturas venían muy complicadas por los calores; las primeras lluvias despertaron muy fuertes y después se ‘cocinó’ todo. En la región ganadera, los productores utilizan mucho el gatton panic, una pastura muy noble, que le pega una lluviecita y ahí nomás sale de nuevo con todas sus fuerzas. Es muy, muy guapo este pasto megatérmico. En lo que respecta a los animales, los estados corporales de la hacienda, salvo lugares, excepciones, es bueno y aceptable, a pesar de lo riguroso del clima”, explicó.
Finalmente, el dirigente ruralista comentó que con las últimas lluvias fuertes, de 200 mm a 250 mm que hubo en estos últimos días, nadie reportó daños de consideración en los campos. “Es positivo, porque generalmente cuando sucede este tipo de eventos de lluvias torrenciales, se presentan daños muy importantes en los campos”, puntualizó Frías Silva.
A modo de síntesis, consideró que las precipitaciones siempre son algo bueno. “La necesidad de más y de mejores lluvias que tenían los campos y los cultivos se saldó. Solo esperemos que los cultivos sigan desarrollándose y que puedan llegar a una mejor cosecha”, anheló.