Los más resonantes actos de corrupción, que estigmatizaron al país ante el mundo, podrían ser superados por la Criptoventanilla, que puso a la provincia en la cúspide de la corrupción con los fondos públicos en el país. Los implicados en las maniobras, hoy sospechados por la opinión pública, sitiados por comisiones investigadoras, juicios políticos etc., aseguran que son operaciones de la prensa. La maniobra fue comentada en un artículo, hoy con final abierto, del periodista Federico Türpe, publicado por LA GACETA el 16/09/23, bajo el título “Lavando los fondos del crimen”, luego confirmada por el Informe de Inteligencia -501-48. El autor propone al lector a analizar una maniobra, que mediante un burdo acto de ocultamiento, detrás de obras no ejecutadas, y servicios no prestados, escondía un descomunal lavado de dinero, superior cuatro veces a las necesidades de Bahía Blanca. Pero como no hay crimen perfecto, el monitoreo de la operación, no resistió un simple análisis matemático y explotó en todos medios periodísticos del país, alcanzando sus esquirlas al Estado provincial, municipal, a funcionarios provinciales y municipales, a organismos de contralor etc., provocando un daño irreversible a un pueblo ya sumergido en la indigencia. En el lavado usual los fondos blanqueados ingresan al circuito económico financiero legal, para ser legítimamente utilizados. En este caso, la maniobra de la Criptoventanilla, se desarrolló con un estado provincial como escenario, con funcionarios públicos como actores y con documentos oficiales que certificaron la ruta del ilícito, mediante transferencias documentadas a los municipios encargados de blanquear la maniobra, dejando imborrables rastros del ilícito, hoy investigado. Como corolario, quienes finiquitaron la maniobra reintegraron al lavador, los restos del ilícito, que en algunos casos significaron el 50% de las transferencias; por lo tanto en la etapa de reintegración se plasmó el lavado inverso analizado por el periodista.
José Emilio Gómez
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