
Así como los tipos de alimentos que consumimos es relevante, el momento en que elegimos comerlos también es un factor determinante. Para cuidar de tu salud no hace falta eliminar por completo de tu dieta los postres que te gustan, sino ingerirlos en cantidades más moderadas y conocer los momentos más idóneos para evitar efectos negativos.
Elegir el momento del día adecuado para consumir ciertos alimentos puede marcar la diferencia la manera en que nuestro cuerpo los procesa. No es lo mismo comer dulce a primera hora de la mañana que después de un almuerzo y eso lo dejó claro la terapeuta especializada en salud digestiva y bienestar, Nanda Carvalho en el medio The Objective. La experta indicó cuáles son esas horas donde es mejor abstenerse y cuándo darse con el gusto.
El peor momento para comer dulce
Según detalló Carvalho, uno de los errores más comunes y poco beneficiosos es elegir la primera hora de la mañana para comer dulces. Romper el ayuno con alimentos ricos en azúcar como galletas, bollos o donas provoca un rápido aumento de la glucosa en sangre, lo que genera un pico de energía momentáneo, seguido de una caída abrupta.
Esta fluctuación no solo aumenta el cansancio y el hambre poco después, sino que también estimula más antojos de azúcar a lo largo del día. "Cuando consumes un dulce en ayunas, el azúcar entra rápidamente en el torrente sanguíneo, lo que provoca un pico de glucosa. Esto causa un aumento inmediato de energía, pero tan pronto como los niveles bajan, se produce un fuerte bajón, dejándote con hambre y con ganas de consumir más productos dulces", explicó Carvalho.
Cuándo es mejor comer dulce
Si bien los dulces no deben eliminarse por completo de la dieta, Carvalho enfatizó que su consumo debe ser planificado de manera estratégica. Según sus estudios, el mejor momento para ingerir azúcar es después de una comida principal, como el almuerzo o la cena. "El mejor momento para consumir azúcar es después de una comida principal, como postre. Así, el impacto del dulce en tu cuerpo será mucho menor, ya que la comida ya habrá comenzado a digerirse y la glucosa se liberará de manera más gradual, sin causar un pico tan abrupto", explicó.
Esto se debe a que, después de consumir una comida equilibrada que incluya fibra, proteínas y grasas saludables, la digestión y absorción de los azúcares se vuelven más lentas y controladas. La fibra retrasa el vaciamiento gástrico, lo que significa que el azúcar entra en el torrente sanguíneo de manera gradual, evitando picos y caídas bruscas de glucosa que pueden generar fatiga, ansiedad o antojos intensos.