Un alineamiento de Milei con Trump sin la postal de una cumbre

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IDOLATRÍA. Milei siente una profunda admiración por el presidente Trump y se lo manifiesta cada vez que puede. IDOLATRÍA. Milei siente una profunda admiración por el presidente Trump y se lo manifiesta cada vez que puede. FOTO TOMADA DE NYTIMES.COM

"No me gustaría ser el último país en intentar negociar un tratado comercial con Donald Trump. El primero en negociar ganará, mientras que el último perderá totalmente. He visto esta película durante toda mi vida…". La frase de Eric Trump, hijo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, resume claramente cuál es la estrategia que adoptó Javier Milei. El mandatario argentino no obtuvo la foto de una cumbre bilateral que, aunque informal, serviría como un aval para el país en medio de las negociaciones por el desembolso de los dólares del FMI en el marco del Programa de Facilidades Extendidas. Ese nuevo entendimiento se aprobaría dentro de dos semanas. Sin embargo, la postal que se buscaba y no se concretó puede implicar una impensada capitalización: el alineamiento con Trump es un hecho, pero Milei no queda aferrado a una imagen que los socios comerciales pueden sacarle factura en el futuro. ¿Por ejemplo? China. La Argentina asumió compromisos en el pasado con el gigante asiático para tratar de encarrilar el rumbo monetario en medio de carencias de reservas en el Banco Central. Los swap fueron el resultado de esa relación que se consolidó durante la administración presidencial de Alberto Fernández.

El plan contempla la imposición de un arancel base del 10% para todos los productos importados desde la Argentina, en el caso particular, que entran en vigencia durante las próximas horas. Sin embargo, el propio presidente de la Nación admitió que aquel alineamiento con Trump puede implicar concesiones y reducción de tasas para algunos productos argentinos. “La Argentina va a avanzar en readecuar la normativa de manera que cumpla con los requerimientos de las propuestas de aranceles recíprocas elaborados por el presidente Donald Trump”, declaró anoche Milei durante la American Patriots Gala, organizada por Make America Clean Again (MACA) y We Fund the Blue, en la que fue distinguido con el “Lion of Liberty Award”. Este galardón se otorga a aquellas personalidades que se destacaron por su dedicación a la libertad, la economía de libre mercado y los valores conservadores.

Varios analistas en EEUU llegaron a la conclusión de que la fórmula utilizada para fijar las tarifas, fue poco técnica, advierte Jorge Ángel Harker, analista de mercados internacionales de Adcap Grupo Financiero. Fue más bien una fórmula matemática que lo que hace es tomar el déficit del país, lo divide por el total de importaciones y eso da un porcentaje que se multiplica por 0,5. Ya se hizo un backtesting y se llegó a la conclusión de que las tarifas que aplicaron dependen más del flujo del comercio entre países que de los productos o de industrias que se pretenden regular. Esto lleva a uno a pensar dos cosas, sostiene Harker.

1. Que estas políticas están diseñadas para satisfacer la política local americana, donde Trump se va a mostrar como el defensor de los empleos americanos, donde se va a mostrar como la persona que realmente le preocupa el déficit comercial y que esas medidas van a traer inversión a EEUU. Esta aplicación de tarifas va a llevar a negociaciones bilaterales entre países y la administración de EEUU, donde se va a sentar cada país a negociar cómo cambiarlas.

2. Estas tarifas van a cumplir el sueño del secretario del Tesoro, Scott Bessent, de que definitivamente van a llevar al país a una recesión. Las expectativas de recesión en algunos casos ya superan el 70%, que este casi que es inminente. Los bonos ya empiezan a apreciar la recesión.

Si se analiza el lado positivo de los anuncios de Trump, el analista de Adcap puntualiza que los países latinoamericanos terminaron sufriendo menos porque la balanza comercial de EEUU con muchos países de Latinoamérica es positiva. No hacía sentido ponerle tarifas a una balanza comercial que ya era favorable para los EEUU. Diciendo esto, se aplicó un 10%. “Eso es una ventaja a mediano plazo en donde muchas industrias van a sufrir, pero van a sufrir menos que el resto del mundo. Vamos a ver si somos capaces de satisfacer la demanda de productos a EEUU con nuestro aparato productivo, ya que el costo de producir acá será menor”, explica.

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