
Este domingo, más de 13 millones de ecuatorianos están convocados a las urnas para elegir presidente en un ballotage que se anticipa reñido y sin un claro favorito. En juego hay dos modelos de país muy distintos, encarnados por el actual mandatario, Daniel Noboa, y la candidata de izquierda Luisa González.
Las encuestas previas muestran un escenario dividido, con resultados que favorecen a uno u otro dependiendo del sondeo. En la primera vuelta, celebrada el 9 de febrero, hubo prácticamente un empate técnico: Noboa, junto a su compañera de fórmula María José Pinto (Acción Democrática Nacional, ADN), obtuvo el 44,17% de los votos, mientras que la dupla Luisa González-Diego Borja (alianza Revolución Ciudadana y Renovación Total, RC-RETO) alcanzó el 44%, con menos de 20.000 votos de diferencia.
Dos candidatos, dos caminos
Luisa González, abogada de 47 años, representa el regreso de la Revolución Ciudadana al poder, el movimiento fundado por el ex presidente Rafael Correa. Su campaña puso énfasis en políticas sociales, subsidios y un mayor rol del Estado, con un mensaje centrado en la justicia social, la unidad y la esperanza. “Se acabó el odio, se acabó la confrontación. ¡La unidad es real y es por la justicia social, por la vida!”, expresó en sus redes.
Del otro lado, Daniel Noboa, empresario de 37 años e hijo del magnate Álvaro Noboa, busca consolidar su liderazgo tras asumir la presidencia en 2023, luego de la disolución del Congreso impulsada por Guillermo Lasso. Su gestión, marcada por la crisis energética, la creciente violencia ligada al narcotráfico y tensiones con su vicepresidenta, ha apostado por un discurso de firmeza ante la inseguridad y una agenda de reformas liberales.
“Este país no podemos regalárselo a las mafias. Jamás cederemos”, aseguró Noboa en el cierre de su campaña, donde enfatizó su intención de modernizar la economía y fortalecer la presencia de las fuerzas armadas en las calles.
Un país polarizado y en crisis
Este ballotage se desarrolla en un contexto de fuerte polarización política y crisis institucional en Ecuador. La inseguridad, el desempleo y la desconfianza en la clase dirigente son temas que atraviesan a gran parte del electorado, y los resultados de esta elección podrían redefinir el rumbo del país para los próximos cuatro años.
Ambos candidatos llegan con propuestas antagónicas y con una sociedad dividida entre dos formas distintas de entender la política, la economía y el rol del Estado. Este domingo, las urnas dirán cuál de esos caminos tomará Ecuador.