Lucas Pusineri volvió a imponer su libreto y Atlético Tucumán no perdonó a un desdibujado Talleres

El "Decano" se impuso 3-0 con un planteo sólido, la figura del arquero y un equipo que funcionó en todas las líneas frente a un Talleres desdibujado.

EL MOMENTO JUSTO. Adrián Sánchez marca el tercero para la goleada a Talleres. EL MOMENTO JUSTO. Adrián Sánchez marca el tercero para la goleada a Talleres. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.

A veces, los partidos de fútbol se parecen a una partida de ajedrez: cada movimiento y cada pieza colocada en el lugar justo, puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. En ese tablero imaginario, Lucas Pusineri le ganó la pulseada táctica a Carlos Tevez. Con un planteo que ya había mostrado eficacia en partidos anteriores, el entrenador del “Decano” apostó por un sólido 4-4-2 que desarticuló el 4-2-3-1 del ex Boca. Esa estrategia le permitió a Atlético Tucumán imponerse con autoridad frente a Talleres.

El 3-0 fue tanto una muestra de carácter como de efectividad en el plan de juego. Allí emergió la figura de Matías Mansilla, responsable de sostener el resultado en los momentos más complejos. El arquero firmó una actuación memorable con cinco atajadas espectaculares que apagaron cualquier ilusión de reacción de los cordobeses. Su seguridad en el arco fue clave para que los de Pusineri se lucieran en ofensiva.

La estrategia del entrenador tuvo un pilar fundamental: la explotación de las bandas.

Atlético encontró en la velocidad de Nicolás Laméndola un arma constante, sumada al empuje de los laterales Miguel Brizuela y Damián Martínez, que se proyectaron al ataque una y otra vez, generando superioridad numérica en los costados. Así, el equipo no solo defendió con orden, sino que también supo lastimar con transiciones rápidas y asociaciones precisas.

El desarrollo del partido reflejó la inteligencia del planteo. El primer gol llegó a los 14 minutos, cuando un centro de Laméndola fue conectado por Leandro Díaz, que abrió el marcador. A los 31’, Brizuela amplió la diferencia con un remate que se desvió en Santiago Fernández. Y en el inicio del complemento, Adrián Sánchez cerró la faena con una acrobática media chilena, luego de un desborde perfecto de Laméndola. Tres golpes certeros que dejaron a Talleres sin respuestas.

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Más allá de la goleada, el partido dejó matices para analizar

El regreso de Martínez al lateral derecho, en reemplazo de Maximiliano Villa, aportó firmeza y salida clara. En la zaga, el ingreso de Clever Ferreira por Gianluca Ferrari parecía darle mayor solidez, aunque el defensor terminó siendo expulsado tras una dura falta sobre Federico Girotti, sancionada mediante VAR. Esa acción, sobre el final, fue el único lunar en una noche casi perfecta.

En el mediocampo, Pusineri ratificó la confianza en Sánchez, Kevin Ortíz y Lautaro Godoy, un tridente que combinó quite, despliegue y llegada. Dejó en el banco a Franco Nicola y apostó por la titularidad de Laméndola, que respondió con creces y se erigió en una de las figuras.

En ataque también hubo novedades: Mateo Coronel ocupó el lugar de Mateo Bajamich y cumplió una tarea destacada, asociándose con Díaz y generando espacios. Los relevos, como Guillermo Acosta y Carlos Auzqui, entraron para sostener la intensidad en el tramo final y cumplieron con creces en la administración del resultado.

El empate previo 2-2 contra Sarmiento había dejado dudas en la estructura del equipo, pero el repaso táctico frente a Talleres mostró que Pusineri aprendió de aquel partido y corrigió los desajustes. Ahora, la gran tarea estará en encontrar variantes para cubrir la ausencia de Ferreira por suspensión.

Atlético no solo celebró una victoria resonante: también confirmó que, cuando la pizarra de su técnico funciona como un tablero de ajedrez bien jugado, puede derribar a cualquier rival.

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