Lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Esa frase, repetida más de una vez en los pasillos de Ezeiza, parece atravesar este momento de la Selección Argentina. Clasificada con antelación y consolidada como líder absoluto de Sudamérica, la Scaloneta viaja a Guayaquil para cerrar su camino en las Eliminatorias rumbo al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026.
Pero no será un partido más. Primero, porque funciona como el último examen oficial antes de la gran cita en 2026, con la Finalissima frente a España aún pendiente de confirmación. Y, sobre todo, porque será la despedida de un histórico: Nicolás Otamendi. A los 37 años, el defensor cierra su ciclo en Eliminatorias tras 127 presencias, siete goles, tres asistencias y un lugar indiscutido entre los grandes referentes de la era Scaloni. El jueves pasado, luego del triunfo ante Venezuela, había anticipado que ese sería su adiós en suelo argentino. “Fue un día feliz, agradecido porque vino mi familia y disfrutó conmigo. Estoy feliz por haber jugado mi último partido oficial en Argentina con una victoria”, dijo en exclusiva a LA GACETA. Scaloni, por su parte, lo confirmó como capitán para este duelo en Ecuador.
REFERENTE HASTA EL FINAL. Nicolás Otamendi será capitán en su despedida de las Eliminatorias, tras 127 partidos con la Selección. ./X @Argentina
Un cruce con historia
Del otro lado estará Ecuador, un rival que se ganó su lugar en la élite del continente. Con Sebastián Beccacece como DT, el conjunto tricolor vive una racha inédita de diez partidos sin derrotas, cimentada en su solidez defensiva (solo cinco goles recibidos en 17 fechas). A la “Tri” le descuentan tres puntos por un fallo FIFA, pero sin esa sanción estaría segundo en la tabla detrás de Argentina.
El duelo tiene, además, un condimento especial: será la primera vez que Lionel Scaloni y Beccacece se enfrenten como entrenadores principales. Ambos fueron parte del cuerpo técnico de Jorge Sampaoli rumbo a Rusia 2018, pero sus caminos se bifurcaron en medio de tensiones y diferencias. Si bien el tiempo suavizó los cortocircuitos, sus estilos y personalidades siempre fueron contrastantes. Hoy, desde veredas distintas, se reencuentran con respeto y con el recuerdo de aquel pasado compartido.
Beccacece no esquivó el elogio para la Scaloneta. “Argentina es un rival sofisticado, impredecible, que gobierna generalmente donde va. El desafío es lograr que se sientan incómodos”, dijo en conferencia de prensa.
La elección de Guayaquil como sede, y no la altura de Quito, responde a la decisión del DT de que “el resultado no dependa del factor climático”. Allí, Ecuador buscará romper una racha que se extiende desde 2015 sin victorias ante la Argentina, y desde 2005 sin triunfos como local.
La última línea ecuatoriana aparece como su gran fortaleza, con Hernán Galíndez en el arco y un tridente de jerarquía internacional: Willian Pacho, Joel Ordóñez e Piero Hincapié. Beccacece espera contar con Moisés Caicedo, pieza clave que arrastra molestias, y recupera a Alan Franco. La ofensiva, en cambio, sigue siendo el punto débil: de los diez partidos invictos, seis terminaron 0-0.
Argentina, con bajas
La “Albiceleste” llega con bajas sensibles: Lionel Messi, que ya tuvo su despedida en el Monumental ante Venezuela, no viajó; Cristian Romero y Enzo Fernández están suspendidos. Será entonces un equipo con variantes obligadas, donde la dupla de ataque Lautaro Martínez - Julián Álvarez aparece como la carta principal para buscar romper el cerrojo ecuatoriano.
Aun con la clasificación asegurada, el objetivo es claro: mantener la intensidad y sostener la “chapa” de campeón del mundo en un escenario exigente. “Este equipo nunca se relaja”, remarcó Scaloni.
El historial en Guayaquil muestra apenas dos antecedentes: una goleada 6-3 en 1960 rumbo a Chile 1962 y un empate 1-1 en 2021 con gol de Álvarez. Ahora, el partido representa un punto de inflexión. El último baile de Otamendi, la ausencia de Messi, el cruce de Scaloni y Beccacece, y la chance de probarse ante un rival duro.
La Selección Argentina quiere cerrar su camino clasificatorio con la misma impronta que la trajo hasta aquí: convencida de que mantenerse en la cima es tan difícil como alcanzarla.




















