Con orden, intensidad y eficacia: Atlético Tucumán frenó a River y se acomodó en el Clausura

Con el triunfo en el José Fierro, el “Decano” alcanzó su octavo partido sin perder en casa y volvió a meterse en zona de playoffs.

FIESTA EN EL JOSÉ FIERRO. Atlético celebró una victoria clave ante River, con el aliento incesante de su gente como marco. FIESTA EN EL JOSÉ FIERRO. Atlético celebró una victoria clave ante River, con el aliento incesante de su gente como marco. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.

La previa había puesto a Atlético Tucumán frente a un doble desafío. Por un lado, River llegaba con más titulares de los que se esperaba, lo que podía alterar cualquier plan. Por otro, la noticia que golpeó unas horas antes. Sarmiento había vencido a Barracas Central y lo había desplazado de la zona de playoffs. En ese escenario, con un invicto de ocho partidos en el José Fierro en juego y con la necesidad de reaccionar tras las derrotas frente a Gimnasia y Newell’s, el equipo de Lucas Pusineri salió a la cancha con la decisión irrenunciable de ganar.

El DT movió piezas respecto al partido anterior y apostó por un 4-4-2 ordenado y combativo. Clever Ferreira regresó a la defensa en lugar de Gianluca Ferrari y Leandro Díaz volvió al ataque por Ramiro Ruiz Rodríguez. Con el doble cinco como sostén, Adrián Sánchez abierto a la derecha y Nicolás Laméndola por izquierda, el plan fue evidente desde el arranque: cortar la circulación de River y golpear en cada oportunidad.

El arranque tuvo la intensidad que el “Decano” necesitaba. A los cinco minutos, Díaz cabeceó a la red y el grito estalló, pero el VAR lo apagó por un offside. En otras noches, ese golpe podía haber desordenado todo. En esta, no. Lejos de bajonearse, Atlético redobló la apuesta. A los 12’, de otra pelota parada, llegó el desahogo. Ferreira ganó de arriba y puso el 1-0. La fórmula estaba clara, y se compuso de orden táctico, presión alta y aprovechar cada detalle.

" width="100%" height="550" marginheight="0" marginwidth="0" frameborder="0">

River reaccionó. La sorpresa de ver al “Millonario” con un equipo fuerte no desconcertó a Atlético. Al contrario, lo potenció. La defensa “decana” bloqueó caminos y los delanteros visitantes no encontraron puntería. Los remates fueron desviados o fáciles para Matías Mansilla. Y lo importante: Atlético nunca perdió la concentración y cada detalle se cuidó. El cuerpo técnico no dejó nada librado al azar. Tras cada pelota parada se escuchaban advertencias para no quedar mal parados ante las contras. Esa atención a lo mínimo fue parte de la victoria.

En el complemento, el guión se mantuvo. River tuvo la pelota, pero Atlético tenía el control invisible del partido. Y a los 21’ llegó la jugada que terminaría de encaminar la noche. Sebastián Boselli bajó a Laméndola en el área y el árbitro marcó penal. Díaz no falló, remató con fuerza, imposible para Jeremías Ledesma. 2-0 y la certeza de que el plan estaba funcionando.

Los cambios que realizó el técnico sirvieron para sostener la intensidad y no dar respiro. El equipo ganó de arriba cada pelota parada, sostuvo el orden en defensa y apostó a la concentración como bandera.

Y así, Atlético cerró la noche abrazado a su gente, con el José Fierro convertido en un escenario donde los grandes también tiemblan. Frente a River, el “Decano” ganó la certeza de que, cuando se atreve a mirar de frente a los poderosos, puede hacer de cada desafío una conquista.

Comentarios