Traiciones, pases millonarios y acusaciones cruzadas: ¿por qué River y Racing llegan al choque de Copa Argentina con la relación rota?
Los dirigidos por Marcelo Gallardo y los de Gustavo Costas se medirán este jueves en Rosario por los cuartos de final de la Copa Argentina, en un duelo cargado de expectativas y con mucho en juego para ambos planteles.
CUENTAS PENDIENTES. River y Racing se cruzan en un partido cargado de tensión por las polémicas extrafutbolísticas que marcaron la previa.
El jueves, en el Gigante de Arroyito, River y Racing se juegan mucho más que un lugar en las semifinales de la Copa Argentina. El cruce, definido por varios como una “final”, llega envuelto en un clima enrarecido que excede lo futbolístico tras meses de declaraciones cruzadas, pases polémicos y promesas incumplidas transformaron un partido atractivo en un choque cargado de morbo.
El primer chispazo se dio en 2024 con la vuelta de Marcos “Huevo” Acuña al país. Convencido por Marcelo Gallardo para sumarse al “Millonario”, el lateral dejó Europa pese a que Racing (su exclub) lo había tentado antes. Víctor Blanco, ex presidente “académico” contó que hablaron con él “a principios de año” y que la idea del jugador era seguir en el Viejo Continente. Acuña reaccionó con dureza. “Me ensuciaron a mí y a mi familia. Recibí amenazas solo por lavarse las manos ellos”, contó. Su regreso al Cilindro con la camiseta de River estuvo teñido de silbidos y un clima hostil.
Un año después, la tensión escaló con el pase de Maximiliano Salas. Racing no quería venderlo, pero River ejecutó la cláusula de rescisión y pagó 8 millones de euros. Diego Milito, presidente de la “Academia”, rompió el silencio y acusó a los de Núñez de no honrar su palabra. Stefano Di Carlo, candidato a presidente del Millonario, le contestó en televisión que nunca le habían prometido a Racing no ejecutar la cláusula. El propio Salas alimentó el enojo en su despedida de redes sociales. “Nunca me quisieron aumentar un solo peso. Decidí irme por dignidad, tras su destrato”, escribió. La bronca se trasladó a las tribunas, con pasacalles, cánticos de “el que no salta es un traidor” y hasta pedidos repudiables a Marcos Rojo en la previa del cruce: “Rompelo a Salas”.
A este trasfondo se sumó el regreso de Juan Fernando Quintero a Núñez. En Racing recordaban un “pacto de caballeros” para que no volviera tan pronto a River, aunque Sebastián Saja, director deportivo de Racing, relativizó el tema: “El jugador juega donde quiere”. En la Academia, además, militan dos ex River: Bruno Zuculini y Santiago Sosa. El primero quedó libre bajo la gestión de Martín Demichelis; el segundo se ofreció para volver a Núñez, no tuvo respuesta y criticó duramente a la dirigencia antes de convertirse en una pieza clave para Gustavo Costas.
Gallardo, fiel a su estilo, no dejó pasar las críticas de Milito y en conferencia dijo que “habló demasiado”. Costas, en cambio, primero bajó el tono al decir que no le cerraba la puerta a nadie, pero un mes después admitió que el caso Salas “dividió a todos”. Con este telón de fondo, River y Racing llegan a su cruce de cuartos de final con mucho en juego en apenas 90 minutos: el pase a semifinales y, sobre todo, la chance de canalizar en la cancha un conflicto que ya viene de largo.





















