LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.
De cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre, LA GACETA presenta “Detrás del candidato”, un ciclo de entrevistas que busca acercar a los tucumanos a quienes aspiran a una banca en el Congreso. Más allá de los debates y las propuestas, los protagonistas hablan de su vida cotidiana, sus pasiones y su historia.
El primer entrevistado es Ricardo Bussi, candidato de Fuerza Republicana, quien revela su costado más íntimo y reflexiona sobre su recorrido personal.
- Si pudiera volver a los 18 años, recién egresado del secundario y con la vida por delante, ¿qué consejo se daría?
- Ser más prudente, más ordenado y más maduro. A los 18 años yo era un cohete y creo que desperdicié algunos años de mi vida en esa etapa. Después vino la etapa de formación, la universidad y la carrera estudiantil, donde he participado en distintos centros de estudiantes y me he politizado desde muy joven.
- ¿Cómo definiría en pocas palabras a su ciudad natal?
- Mi ciudad natal es Kansas City (Estados Unidos), pero me crié en Buenos Aires. Buenos Aires es cosmopolita, es cultura, es progreso, es una de las ciudades más importantes del mundo por su diversidad cultural, por su potencia, por la infraestructura y es gubernamental. Es única.
- En su familia, ¿Hubo alguien a quien le apasionaba la política y que haya influido en su vocación actual?
Mi padre. Él tuvo una vocación política impresionante y persiguió todo. Seguramente influyó en mi vocación política, aunque no lo puedo recordar.
- Antes de dedicarse a la política, ¿Usaba el transporte público? ¿Qué línea tomaba con más frecuencia y hacia dónde?
- Sí. En mi época de estudiante tomaba el 160 cuando iba a la universidad, iba y volvía siempre en colectivo. No solo porque no tenía vehículo, sino porque además no había dónde estacionar. Estudié en la Universidad de Belgrano, en la Ciudad de Buenos Aires.
- ¿Hay alguna calle, barrio o lugar de San Miguel de Tucumán que le genere recuerdos, reflexiones o agradecimientos?
- El barrio Jardín. Estuvimos cinco años ahí cuando mi padre fue jefe del regimiento 19. Vivíamos en una casa enrejada, donde mi padre me ponía de penitencia a cada rato, así que a través de la reja conversaba con mis amigos y jugaba al fútbol todo el día.
- Cuando necesita desconectarse de la rutina, ¿qué elige hacer?
- Leo mucho y hago deporte. Cuando leo, lo hago con mi mujer. Me gusta mucho la novela histórica política de autores que hablan de distintos próceres o de distintos momentos de la historia argentina.
- ¿Tiene una banda o una canción que no deja de escuchar sin importar el paso del tiempo?
- Yo soy de la época de Charly García. Charly, además de ser el padre de todo el rock argentino, es un poeta maravilloso y un compositor sin igual. Fue mi líder, mi ídolo, durante mucho tiempo.
- En su entorno familiar o cercano, ¿los jóvenes suelen hacerle planteos o comentarios sobre temas que les preocupan? ¿Qué le dicen?
- No tengo descendencia con vocación política. Salvo mi hija Josefina, la menor, que es la que más tiene, pero tampoco llega a tanto como para involucrarse 100%.
- Si pudiera tomar un café con alguien que no pertenezca a su espacio político, ¿con quién sería? ¿De qué tema le gustaría conversar o intercambiar miradas?
- Me gustaría hablar con una persona que sea coherente. Estoy cansado de las mentiras, de la incoherencia, de la falta de respeto hacia la comunidad. Me gustaría tomar un café con el padre Carlitos. Siempre es un lujo conversar con él. Lo haría sobre la realidad tucumana, y sus expectativas sobre el futuro de la provincia.
- ¿Cómo se imagina dentro de 10 años? ¿Qué proyectos le gustaría haber concretado para entonces?
- Yo creo que estoy llegando a cumplir todas mis metas, me faltarán dos o tres. Soy un hombre grande, en 10 años espero estar todavía entre los vivos y me gustaría simplemente dedicarme a mi familia, a recuperar el tiempo perdido por la política.





















