El secreto de la calistenia para niños: cómo usan el juego para que aprendan disciplina

Con el cuerpo como única herramienta, la calistenia se vuelve un camino de descubrimiento y superación para los niños. De qué se trata y cómo se adapta a cada etapa del crecimiento.

El secreto de la calistenia para niños: cómo usan el juego para que aprendan disciplina

A Francesco siempre le gustó treparse. Desde muy chico, su mamá Mariana Belén Alfaro notaba que tenía una fuerza fuera de lo común. Vivían los dos solos y muchas veces los entrenamientos compartidos eran su forma de pasar tiempo juntos. “Hacía abdominales conmigo -cuenta ella-. Le encantaba todo lo que fuera entrenar. En TikTok veía ejercicios y después me los hacía hacer a mí”.

Como muchos niños, probó distintos deportes. Primero fútbol, pero no le gustó “que lo empujaran o le tiraran de la camiseta”. Luego básquet, y tampoco se sintió cómodo. “Un día me dijo: ‘Mamá, quiero hacer gimnasia’. Busqué y encontré algo que decía calistenia para niños, aunque yo no tenía idea de qué se trataba”, recuerda Mariana. Así fue como llegaron a Calistenia Evolutiva, un gimnasio donde probaron suerte. Aunque la disciplina suele comenzar a partir de los ocho años, el profesor Luciano aceptó tomarle una prueba. Francesco tenía seis. La superó sin problemas.

Desde entonces, no hubo vuelta atrás. “Ama la calistenia -dice su mamá con orgullo-. Lo que más me sorprendió fue la fuerza y el equilibrio que adquirió, pero sobre todo la disciplina y la paciencia que aprendió. Cambió su cuerpo, creció física y mentalmente. Es feliz cuando se entrena; dice que es su lugar en el mundo”.

Mariana lo resume con emoción: “Francesco encontró en la calistenia su segundo hogar. Yo soy su fan número uno. Me emociona verlo entrenarse, porque sé que ahí es donde él es verdaderamente feliz”.

Qué es la calistenia

El profesor Luciano, que guía a Francesco desde febrero, lo explica con sencillez. “La calistenia es un deporte en el que se utiliza el peso corporal como principal herramienta. En lugar de usar máquinas o pesas, se trabajan distintas posiciones y progresiones que aumentan la dificultad de los ejercicios. Es un entrenamiento completo que desarrolla fuerza, equilibrio, agilidad y coordinación”, dice.

Pero en el caso de los niños, la técnica se adapta. “Cuando son muy pequeños, como Francesco, lo primero es que pierdan el miedo. Que descubran que pueden colgarse de una barra, mantenerse en equilibrio o hacer una vertical. De a poco van ganando confianza, y recién entonces se suman los desafíos físicos. Todo se adapta a su nivel y edad”, agrega.

Luciano utiliza el juego como estrategia principal para motivarlos. “El aprendizaje más significativo ocurre cuando se divierten. Usamos desafíos, competencias amistosas y celebramos cada logro. Cuando un chico ve que algo que le parecía imposible empieza a salirle, se entusiasma más. Así aprenden disciplina y respeto por los compañeros sin dejar de disfrutar”, afirma.

Entrenar con el propio cuerpo

Además del fortalecimiento físico, la calistenia tiene efectos profundos en el desarrollo neuromotor y emocional de los niños. “Mejoran la fuerza, la coordinación y el esquema corporal -detalla Luciano-. Su cerebro crea nuevas conexiones neuromusculares y eso influye también en la concentración y el aprendizaje. Además, al liberar endorfinas y dopamina, ayuda a prevenir ansiedad o depresión, tan comunes en chicos que pasan muchas horas frente a pantallas”.

El profesor también destaca la importancia de contar con docentes capacitados, especialmente cuando se trabaja con niños con necesidades especiales, que sí pueden realizar este entrenamiento pero con los cuidados necesarios. “Sí, se puede adaptar perfectamente, pero el profesor debe estar preparado. Si hay un maestro integrador o grupos reducidos, el acompañamiento es mucho más seguro”, advierte.

Romper esquemas

La historia de Francesco no es una excepción. Detrás de este auge infantil hay una generación que encuentra en la calistenia algo más que ejercicio. Máximo Francisco Marzoratti, dueño de “Calistenia Evolutiva”, lo confirma. “Empecé por pasión. Me di cuenta de que muchos gimnasios enseñaban los movimientos clásicos de calistenia, como dominadas o flexiones, pero con mala técnica. Quise crear un espacio donde se practique con fundamentos reales, con metodología seria”, comenta.

Para él, la diferencia principal está en la filosofía del entrenamiento. “Te rompe los esquemas. Te enseña que no siempre necesitas máquinas ni aparatos: tu cuerpo es tu gimnasio. El mundo se convierte en tu lugar de entrenamiento”.

Máximo también subraya el valor de hacerlo con guía profesional. “Un buen profesor te enseña la técnica, corrige posturas y evita lesiones. En todos los grupos, desde niños hasta adultos, trabajamos con progresión gradual, sin saltear etapas”, considera.

“La calistenia enseña que nada se consigue sin esfuerzo -destaca Máximo-. Si querés un cuerpo sano y fuerte, tenés que preguntarte qué estás dispuesto a dar a cambio. Y eso se aplica a todo en la vida”.

Esa filosofía también se refleja en el origen del movimiento. “La calistenia moderna resurge en los parques de barrios marginales de Estados Unidos y Rusia, allá por 2008. Para muchos fue una vía de escape de las drogas y la violencia. Por eso los valores de disciplina, comunidad y superación siguen siendo esenciales”, termina.

Francesco ya domina ejercicios que hace unos meses parecían imposibles. Su cuerpo crece, pero también su confianza. Para su mamá, verlo entrenar no es sólo orgullo, es una lección.

“Yo creo que este tipo de deporte es una gran alternativa para que los chicos se alejen de las pantallas y el sedentarismo. No se trata sólo de tener fuerza sino de disfrutar de una vida sana y feliz. Y eso, para un niño, lo es todo”, reflexiona.

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