Hace 18 Hs

Borges decía que no había encuentros casuales sino citas impostergables. No sé si da para citarlo pero lo cierto es que me encontré de casualidad con el periodista Roberto Delgado. Saludos amigablemente protocolares y algunas preguntas de amigos en común. En un collage de preguntas y respuestas de su actividad y la mía, le comenté de mi proyecto de una exposición en el Museo de la Ciudad para 2026. Lugar reducido en cuanto a sus paredes. A grandes rasgos le comenté que estoy preparando obras adaptables al espacio que hay. Sin poder evitar sus vicios de periodista, me disparó la pregunta: “¿qué es el espacio para vos?“. El debate quedó pendiente para otro “encuentro casual” pero lo retomo ahora. En física el espacio se define por lo que lo contiene. En el arte ocurre lo mismo, pero con la diferencia que la obra no solo se desarrolla en un espacio, sino que lo produce. En muchos casos las obras deben adaptarse  al espacio físico existente. El espacio no preexiste a la obra de arte; se construye a partir de ella. El espacio físico no funciona como un contenedor neutral, sino que ya está determinado por su propio campo de acción: mide, se expande y resignifica el lugar que habita. El espacio responde a una imposición conceptual. Soportes, paredes y distancias dejan de ser límites para convertirse en zonas activas de sentidos. El espectador ingresa a un territorio generado por la obra misma, donde la mirada, el cuerpo y el tiempo son parte de ese espacio. Cada obra es una presencia que transforma, altera y redefine el lugar donde aparece. Desde esta perspectiva, el espacio no es previo ni neutro, es un efecto. La obra actúa como un acontecimiento que organiza distancias, menciones y silencios. El espectador no observa, queda implicado en ese campo que revela un espacio posible.

Donato Grima                               

donatogrima1949@gmail.com

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