20 Mayo 2006
Intentan conocer el pasado de Paulina Lebbos.
En su mayoría, los abogados consultados por LA GACETA coincidieron en señalar que el fiscal Carlos Albaca no se equivocó al otorgarle el rol de querellante a César Soto y desplazar a Alberto Lebbos de esa función en la investigación del crimen de Paulina. Albaca afirmó que Soto es quien representa a la hija que tuvo con Paulina, única heredera forzosa de la víctima, y no Lebbos.
Mario Mirra señaló que el fiscal actuó según lo establece el Código Procesal Penal de la provincia, aunque aclaró que hay algunas cuestiones que no deberían dejarse de lado. “Habría que sincerarse y preguntar qué está buscando el nuevo querellante. ¿Busca conseguir una indemnización o realmente tiene intenciones de que se sepa la verdad? Por el bien de la Justicia sería importante que se resuelva esta cuestión”, expresó.
Esfuerzo conjunto
Roberto Flores indicó que la decisión del fiscal no se puede cuestionar, aunque indicó que, más allá de quién sea el querellante, lo más importante es que ambos se sumen a la investigación “para colaborar con el fiscal y ayudar a que se encuentre a los autores del crimen que conmovió a los tucumanos”. Javier Lobo Aragón, por su parte, explicó que independientemente de la polémica que pueda generar la medida de cambio de querella, el fiscal actuó de acuerdo con lo que dice el Código. “Eso es inobjetable”, señaló. “Técnicamente, la medida tomada por Albaca es incuestionable. Pero además, por más que Soto pueda ser sospechoso, no está imputado en la causa, por lo que no hay ningún inconveniente para que sea el querellante”, aseguró, por su parte, Gustavo Morales.
En cambio, Jorge Lobo Aragón fue el único de los abogados consultados que cuestionó la decisión tomada por el fiscal. “Hay que tener en cuenta una cuestión razonable, más allá de lo que diga el Código, en casos como este. Hay ciertas sospechas de que Soto podría estar involucrado en el crimen, lo que es una razón muy fuerte para que Lebbos continúe siendo el querellante”, señaló.
Mario Mirra señaló que el fiscal actuó según lo establece el Código Procesal Penal de la provincia, aunque aclaró que hay algunas cuestiones que no deberían dejarse de lado. “Habría que sincerarse y preguntar qué está buscando el nuevo querellante. ¿Busca conseguir una indemnización o realmente tiene intenciones de que se sepa la verdad? Por el bien de la Justicia sería importante que se resuelva esta cuestión”, expresó.
Esfuerzo conjunto
Roberto Flores indicó que la decisión del fiscal no se puede cuestionar, aunque indicó que, más allá de quién sea el querellante, lo más importante es que ambos se sumen a la investigación “para colaborar con el fiscal y ayudar a que se encuentre a los autores del crimen que conmovió a los tucumanos”. Javier Lobo Aragón, por su parte, explicó que independientemente de la polémica que pueda generar la medida de cambio de querella, el fiscal actuó de acuerdo con lo que dice el Código. “Eso es inobjetable”, señaló. “Técnicamente, la medida tomada por Albaca es incuestionable. Pero además, por más que Soto pueda ser sospechoso, no está imputado en la causa, por lo que no hay ningún inconveniente para que sea el querellante”, aseguró, por su parte, Gustavo Morales.
En cambio, Jorge Lobo Aragón fue el único de los abogados consultados que cuestionó la decisión tomada por el fiscal. “Hay que tener en cuenta una cuestión razonable, más allá de lo que diga el Código, en casos como este. Hay ciertas sospechas de que Soto podría estar involucrado en el crimen, lo que es una razón muy fuerte para que Lebbos continúe siendo el querellante”, señaló.
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