12 Febrero 2012
VENGAN ESOS CINCO. A partir del tercer set la imagen de felicitaciones entre Schwank y Nalbandian se repitió. REUTERS
BAMBERG.- "Sigo estando ahí". David Nalbandian definió en tres palabras una de las mejores noticias que dejó la victoria argentina ante Alemania: el cordobés aún es carta de triunfo en la Copa Davis.
Con dos remontadas de antología, el ex número tres del mundo hizo una exhibición de experiencia y fortaleza mental, fue protagonista en dos de los tres puntos y amplió su formidable registro en la Davis. "Es mi prioridad este año", había dicho.
"La Davis es distinta. Pueden pasar muchas cosas", explicó después del triunfo del viernes. "Un partido es largo. Hay que tener paciencia", agregó. La lección se aplicó aun mejor al heroico dobles: sin jugar bien, Nalbandian guió con más carácter que tenis la victoria con Eduardo Schwank ante Philipp Petzschner y Tommy Haas por 3-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4.
En un partido infartante, el cordobés se enfureció y tiró la raqueta al suelo, protestó los ruidos del público, levantó el puño cuando las cosas empezaron a ir bien y ganó "puntos decisivos", como explicaron los alemanes. La remontada histórica -un dobles argentino no levantaba una desventaja de dos sets desde 1966- dio a Argentina el pase a cuartos de final.
"Con David nunca sabés lo bien que puede jugar", explicó el nuevo capitán, Martín Jaite. Era una apuesta peligrosa: la presencia de Nalbandian en reemplazo de Juan Ignacio Chela fortalecía el dobles y hacía más probable la victoria. Pero también lo dejaba fuera de los singles, que podían ser decisivos si los alemanes ganaban.
La apuesta salió bien. Jaite quedó reforzado y Nalbandian cumplió su objetivo. "Pidió jugar el dobles. Quiere definir la Davis él solo", se escuchó en la sala de prensa alemana. Hace sólo dos meses, tuvo que conformarse con jugar sólo el dobles en la frustrante final ante España. Y se prometió volver a un protagonismo que reconquistó en Alemania.
El unquillense sabe que no tendrá muchas más oportunidades para ganar la ensaladera. En ese sentido no hizo esfuerzos por ocultar la diferencia entre su compromiso y el de Juan Martín del Potro, que se bajó de la primera ronda para privilegiar su calendario. "En el circuito prefiero no jugar en dobles. Pero me gusta estar cuando Argentina me necesita, y es en la Davis", remarcó. Otro motivo de placer para Nalbandian.
Con dos remontadas de antología, el ex número tres del mundo hizo una exhibición de experiencia y fortaleza mental, fue protagonista en dos de los tres puntos y amplió su formidable registro en la Davis. "Es mi prioridad este año", había dicho.
"La Davis es distinta. Pueden pasar muchas cosas", explicó después del triunfo del viernes. "Un partido es largo. Hay que tener paciencia", agregó. La lección se aplicó aun mejor al heroico dobles: sin jugar bien, Nalbandian guió con más carácter que tenis la victoria con Eduardo Schwank ante Philipp Petzschner y Tommy Haas por 3-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4.
En un partido infartante, el cordobés se enfureció y tiró la raqueta al suelo, protestó los ruidos del público, levantó el puño cuando las cosas empezaron a ir bien y ganó "puntos decisivos", como explicaron los alemanes. La remontada histórica -un dobles argentino no levantaba una desventaja de dos sets desde 1966- dio a Argentina el pase a cuartos de final.
"Con David nunca sabés lo bien que puede jugar", explicó el nuevo capitán, Martín Jaite. Era una apuesta peligrosa: la presencia de Nalbandian en reemplazo de Juan Ignacio Chela fortalecía el dobles y hacía más probable la victoria. Pero también lo dejaba fuera de los singles, que podían ser decisivos si los alemanes ganaban.
La apuesta salió bien. Jaite quedó reforzado y Nalbandian cumplió su objetivo. "Pidió jugar el dobles. Quiere definir la Davis él solo", se escuchó en la sala de prensa alemana. Hace sólo dos meses, tuvo que conformarse con jugar sólo el dobles en la frustrante final ante España. Y se prometió volver a un protagonismo que reconquistó en Alemania.
El unquillense sabe que no tendrá muchas más oportunidades para ganar la ensaladera. En ese sentido no hizo esfuerzos por ocultar la diferencia entre su compromiso y el de Juan Martín del Potro, que se bajó de la primera ronda para privilegiar su calendario. "En el circuito prefiero no jugar en dobles. Pero me gusta estar cuando Argentina me necesita, y es en la Davis", remarcó. Otro motivo de placer para Nalbandian.
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