Este viernes, a las 20.30, la plaza Indepenencia se inundará de Estrellas Amarillas. Será el lanzamiento de la campaña nacional de concientización vial "Si a la vida", que la fundación Estrellas Amarillas organiza con la intención de alertar sobre uno de los dramas más doloroso que enfrentamos día a día: los accidentes y delitos del tránsito de vehículos.
La institución está conformada por los familiares y amigos de las víctimas de los accidentes. Un accidente que sacudió a la sociedad tucumana y remarcó la irresponsabilidad de las personas detrás del volante fue el dramático episodio que impulsó la creación de Estrellas Amarillas en Tucumán.
El 10 de julio de 2010 murió Raúl Marcelo Pucheta, después de ser atropellado por el conductor de una camioneta que se dio a la fuga. El accidente ocurrió en Mate de Luna y Alfredo Guzmán (en la explanada que divide San Miguel de Tucumán de Yerba Buena) cuando Pucheta voceaba los diarios con el que se ganaba el pan de cada día.
Pucheta tenía 50 años y vivía en Yerba Buena. Su familia nunca se conformó con la idea de que no se identificaría al culpable de la muerte de Marcelo y durante las tres semanas que la Policía, la Justicia y ellos mismos, con la ayuda de amigos buscaron dolorosamente la camioneta que les truncó la vida de uno de sus seres más queridos, se movilizaron en marchas de protestas y manifestaciones públicas, en una batalla limpia, sana y sobre todo, ejemplar, por la impronta moral que los impulsaba.
Este gesto de compromiso con la vida y una solidaridad popular creciente, llevó al allanamiento de una vivienda en Yerba Buena donde se encontró la camioneta Nissan Frontier de Gonzálo Callejas, quien esa madrugada había cruzado un semáforo en rojo a alta velocidad y atropelló a Pucheta.
Callejas se entregó detenido y quedó a disposición de la Justicia; dos días después su acompañante, Carlos Asar fue también detenido e imputado por encubrimiento.
Esa causa se tramita en los tribunales tucumanos y se aguarda su pronta elevación a juicio. Al cumplirse un año de la trágica muerte de Pucheta, sus familiares pintaron una estrella amarilla en el lugar del accidente y la asociación comenzó a crecer en integrantes, apoyos y compromisos.
Así, hoy, el grupo se multiplicó al integrarse familiares y amigos de otras tragedias de tránsito en las calles de Tucumán como los de la familia de María Silvia de Marchese y su hijo Domingo y de la médica María Cecilia Reales.
En estos días, donde toma cuerpo una nueva movilización ciudadana comprometidas con los valores del respeto a la vida, el cumplimiento de las normas de tránsito, la responsabilidad en la conducción y el apego a la ley, Estrellas Amarillas logró también el apoyo a sus principios y objetivos de las municipalidades de San Miguel de Tucumán y de Yerba Buena y de la Defensoría del Pueblo de Tucumán y de otros organismos del Estado y de grupos ciudadanos.
"Esta estrella amarilla tiene un valor simbólico muy grande para nosotros. Transitamos por aquí a diario y no podemos hacerlo sin revivir cada instante de ese terrible 10 de julio de 2010, a las 5 de la mañana, cuando Marcelo fue embestido para fallecer 10 horas después. Que todos los que vean esta estrella recen una oración en el credo que profesen por mi hermano y que su muerte no sea en vano", había dicho Clara Pucheta, hermana del canillita muerto y vocera de su familia, cuando se pintó esa marca de vida, hace unos meses.
La familia Pucheta (la mamá, Alita, los hijos de Marcelo, sus hermanas, hermanos, sobrinos, nietos) y los familiares de muchos otros fallecidos en accidentes de tránsito encabezarán esta nueva movilización, que busca despertar conciencia y el apego a los valores fundamentales de la condición humana, promover una sana educación vial y un cada vez más trascendente comportamiento ciudadano.
"Se prudente, no sumes una estrella más al cielo" es la consigna. Debería ser un reclamo moral que nos convoque y nos encuentre a todos los tucumanos en la Plaza. LA GACETA ©