Por Nicolás Iriarte
01 Octubre 2012
DESENTENDIDO Y TODO. Rodríguez, que intenta driblear a Galeano, hizo su aporte a los 93' y sirvió para ganar. LA GACETA / FOTO DE HéCTOR PERALTA
¿Qué sería de Atlético sin Luis Rodríguez? La pregunta se la hacen sus fanáticos, sus rivales, el periodismo y los dirigentes. La respuesta no es algo que Mario Leito quiera salir a contestar en el verano con algún golpe en el mercado de pases. No sólo Leito; el pueblo "decano" espera que la inquietud quede varada en el terreno hipotético y disfrutar del goleador del campeonato hasta el final.
"Sus goles se cotizan cada vez más. Nuestra intención es no cederlo para que se quede a colaborar con un posible ascenso", dice el actual presidente de Atlético. Mantener en secreto los siete goles que hizo en las siete fechas que jugó de las ocho que lleva el torneo esta temporada. Rodríguez va avisando a los cazatalentos y a los contrincantes de la B Nacional con cada gol y no será fácil, pese a que su contrato se extinguirá en junio del año próximo.
"Del contrato no quiero hablar, sabemos que tenemos un tiempo más y todos deben saber que el club hará todo lo que sea para retenerlo", avisa Leito. "Deben quedarse tranquilos que es jugador del club", advierte otro dirigente.
En la temporada 2008/09, tras el receso veraniego, "Pulguita" había conseguido nueve goles y quizás no aparecieron tantas ofertas ya que su explosión fue en la segunda rueda con 11 tantos, uno más importante que otro.
Su ritmo en el actual torneo es mucho más acelerado: siete conquistas en igual cantidad de encuentros disputados por él, lo que hace un promedio de un gol por encuentro. A esta altura, en la temporada de la consagración del simoqueño y de Atlético, apenas había anotado dos en ocho encuentros.
No importa si juega mal
Además de los números, en lo futbolístico tiene a su favor el mejor de los datos: jugando mal también anota. "No fue de mis mejores partidos. No me gustó cómo jugué, pero la actitud siempre está y es importante para cuando se presenta una situación de gol", dijo el delantero minutos después de haber recibido el magistral pase de Gabriel Méndez y hacer lo que no pudo Federico Almerares.
Rodríguez suele visitar las lagunas típicas de los talentosos en los partidos y a veces cree tanto en sí mismo que dispara desde lugares inauditos. Todo eso hace de su confianza un volantín que será difícil bajar. Él, asegura, siempre está preparado para disparar: el repertorio incluye tiros libres, mano a mano, penales y hasta rebotes propios de un nueve. Tal vez lo que más teman los posibles compradores sean las lesiones: viene de una operación de ligamentos y esta temporada se perdió el primer partido por una contractura en el isquiotibial de su pierna izquierda. Aún dando esa ventaja nadie conoce más el camino hacia el gol que Luis Miguel Rodríguez.
Los simoqueños están aún más orgullosos: aquella remera que lució en 2008 con la leyenda "Yo Amo a Simoca" volvió a los primeros planos ayer. También había un 'feliz cumpleaños, amigo', en la remera. "Era un mensaje para Walter, mi hermano y amigo", contaba Luis, el artillero letal y feliz de Atlético.
"Sus goles se cotizan cada vez más. Nuestra intención es no cederlo para que se quede a colaborar con un posible ascenso", dice el actual presidente de Atlético. Mantener en secreto los siete goles que hizo en las siete fechas que jugó de las ocho que lleva el torneo esta temporada. Rodríguez va avisando a los cazatalentos y a los contrincantes de la B Nacional con cada gol y no será fácil, pese a que su contrato se extinguirá en junio del año próximo.
"Del contrato no quiero hablar, sabemos que tenemos un tiempo más y todos deben saber que el club hará todo lo que sea para retenerlo", avisa Leito. "Deben quedarse tranquilos que es jugador del club", advierte otro dirigente.
En la temporada 2008/09, tras el receso veraniego, "Pulguita" había conseguido nueve goles y quizás no aparecieron tantas ofertas ya que su explosión fue en la segunda rueda con 11 tantos, uno más importante que otro.
Su ritmo en el actual torneo es mucho más acelerado: siete conquistas en igual cantidad de encuentros disputados por él, lo que hace un promedio de un gol por encuentro. A esta altura, en la temporada de la consagración del simoqueño y de Atlético, apenas había anotado dos en ocho encuentros.
No importa si juega mal
Además de los números, en lo futbolístico tiene a su favor el mejor de los datos: jugando mal también anota. "No fue de mis mejores partidos. No me gustó cómo jugué, pero la actitud siempre está y es importante para cuando se presenta una situación de gol", dijo el delantero minutos después de haber recibido el magistral pase de Gabriel Méndez y hacer lo que no pudo Federico Almerares.
Rodríguez suele visitar las lagunas típicas de los talentosos en los partidos y a veces cree tanto en sí mismo que dispara desde lugares inauditos. Todo eso hace de su confianza un volantín que será difícil bajar. Él, asegura, siempre está preparado para disparar: el repertorio incluye tiros libres, mano a mano, penales y hasta rebotes propios de un nueve. Tal vez lo que más teman los posibles compradores sean las lesiones: viene de una operación de ligamentos y esta temporada se perdió el primer partido por una contractura en el isquiotibial de su pierna izquierda. Aún dando esa ventaja nadie conoce más el camino hacia el gol que Luis Miguel Rodríguez.
Los simoqueños están aún más orgullosos: aquella remera que lució en 2008 con la leyenda "Yo Amo a Simoca" volvió a los primeros planos ayer. También había un 'feliz cumpleaños, amigo', en la remera. "Era un mensaje para Walter, mi hermano y amigo", contaba Luis, el artillero letal y feliz de Atlético.
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