Asegura que la echaron por denunciar irregularidades

Mirta Bustamante consideró que no se investigaron las supuestas anomalías que advirtió en el área de Tesorería

Asegura que la echaron por denunciar irregularidades
26 Abril 2013
"Me cansé de ser cómplice". La sentencia pertenece a Mirta Bustamante (51 años). La ex empleada del Ente Cultural Tucumán (ECT) afirmó que fue cesanteada tras efectuar denuncias por supuestos manejos irregulares de fondos en esa repartición estatal. La mujer, que contaba con 28 años de carrera en la administración pública, planteó su situación en una Carta de Lectores a LA GACETA, que fue publicada el lunes. En ese texto, efectuó un reproche directamente al gobernador, José Alperovich. "Tiene un doble discurso, ya que por un lado habla de que no permitirá ningún tipo de corrupción dentro de su administración; pero cuando le hice conocer la presunta malversación de fondos, creo que ni se ocupó de leerlo al expediente porque dicha causa fue enviada nuevamente al organismo denunciado", le recriminó.

Bustamante recibió a este diario en su casa del barrio "11 de Marzo", donde tiene una despensa, su medio de vida desde que quedó sin trabajo. Allí relató que ingresó al organismo en 2007 y que se desempeñaba en el área de Tesorería. Explicó que se ocupaba de cargar en un sistema datos relacionados con los ingresos y egresos de dinero en la repartición. Así pudo acceder a información que, dijo, le resultó dudosa. En 2010, la mujer planteó esos interrogantes -mediante presentaciones formales- primero ante el titular del organismo, Mauricio Guzmán, y luego, ante Alperovich. También concretó una presentación en el Tribunal de Cuentas (TC).

"Sabía que ponía en peligro mi trabajo, pero siempre me manejé con rectitud. En general, ahí todo es para ayer y, con ese argumento, no se siguen las normas vigentes. Aceptar esto y no denunciarlo, como empleada, te hace cómplice. Me cansé", argumentó.

Entre las presuntas anomalías, Bustamante enumeró supuestos errores en los libros contables; cheques que se registrarían a nombre de un empleado y que habrían sido cobrados por otro y órdenes de pago que se habrían cumplido sin la firma de las autoridades, entre otras.

De acuerdo con su versión, a sus acciones le habrían seguido cambios de funciones y una "persecución". "Tuve que ir a una psicóloga. No daba más", lamentó.

Detalló que una de las causas por las que fue separada de su puesto es porque no se encontraba en su lugar de trabajo durante un control de presentismo. "En la administración pública se necesita de un permiso para salir en horario, que debe estar firmado. Pero mi padre tenía problemas de salud y mi jefe no estaba para autorizarme. Le dejé a un compañero el papel para que lo hiciera firmar. Eso se hace frecuentemente", afirmó.

"Después de mi denuncia se hizo una investigación, pero interna. La del TC, en tanto, no concluyó todavía. Esto pasa en todas las reparticiones, pero los empleados no denuncian. Es más cómodo estar en el lugar y cuidar el puestito. Para mí no", concluyó.

Este diario intentó infructuosamente comunicarse con Guzmán para conocer su versión. Sin embargo, en la carta documento de despido figuran los motivos que derivaron en su desvinculación. Principalmente, se hace referencia a que formuló "graves acusaciones" contra la jefa de Recursos Humanos y que no pudo, según las autoridades, comprobarlas; a que saltó la vía jerárquica al no esperar una respuesta del ETC y dirigirse al gobernador y a que hizo "denuncias agraviantes" sobre el desempeño de la institución y de sus titulares. "La formulación de falsas denuncias denota una grosera irresponsabilidad que linda con una conducta dolosa y mal intencionada", expresó el ETC en la carta documento.

Comentarios