29 Abril 2013
FAMILIA. Los padres de Lorena aparecen junto a ella antes de la operación. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
"Salió chocha y sonreía". Los papás de Silvia Lorena Barraza ya pueden respirar tranquilos. El viernes, la joven de 24 años, que sufre parálisis cerebral y escoliosis, fue intervenida en el hospital de Niños. Allí le reemplazaron el botón gástrico que se encuentra a la altura del estómago y a través del cual se alimenta.
La historia se conoció cuando Teresita y Juan Barraza, sus padres, narraron la desesperante espera a la que el PAMI los estaba sometiendo. El dispositivo había vencido en diciembre y el cuerpo de Lorena estaba comenzado a presentar señales de la descomposición del botón. La obra social no sólo estaba demorando, lo que ponía en riesgo la vida de su hija, sino que les ofrecían un dispositivo de una marca diferente y que ya habían probado que su cuerpo rechazaba.
Apenas la noticia se publicó las reacciones solidarias se multiplicaron. Los Barraza recibieron donaciones de dinero y voluntarios que se ofrecían a comprar el botón que se conseguía en Buenos Aires. Mientras tanto y hasta el viernes - contaron los padres de Lorena- los directivos del PAMI nunca se comunicaron con ellos.
El dispositivo vino de la organización internacional Rotary, que hizo las gestiones para comprar y donar el botón en menos de una semana.
"Fueron días de mucha angustia, pero al final todo salió bien. Le pusieron una mínima dosis de anestesia y Lorena salió chocha y sonriente", confirmó Teresita. Esa mañana más tucumanos se acercaron hasta el hospital y le entregaron dinero. "Queremos juntar un poco más y ver si llegamos a comprar un autito usado para armarle una camita atrás y sacarla a pasear", agregó su madre. La joven pesa solo 17 kilos y por la escoliosis ya no puede andar en silla de ruedas.
Los Barraza quisieron agradecer a todos los que los ayudaron: al personal del hospital de Niños, especialmente, al cirujano y al director, Oscar Hilal, porque los trataron con mucha amabilidad. "Seguimos emocionados y no lo podemos creer. Ahora Lorena está tranquila y mira la tele", contó su mamá.
Dentro de un año deberán reemplazar el botón gástrico otra vez. "Ojalá que el PAMI no nos vuelva a hacer lo mismo".
La historia se conoció cuando Teresita y Juan Barraza, sus padres, narraron la desesperante espera a la que el PAMI los estaba sometiendo. El dispositivo había vencido en diciembre y el cuerpo de Lorena estaba comenzado a presentar señales de la descomposición del botón. La obra social no sólo estaba demorando, lo que ponía en riesgo la vida de su hija, sino que les ofrecían un dispositivo de una marca diferente y que ya habían probado que su cuerpo rechazaba.
Apenas la noticia se publicó las reacciones solidarias se multiplicaron. Los Barraza recibieron donaciones de dinero y voluntarios que se ofrecían a comprar el botón que se conseguía en Buenos Aires. Mientras tanto y hasta el viernes - contaron los padres de Lorena- los directivos del PAMI nunca se comunicaron con ellos.
El dispositivo vino de la organización internacional Rotary, que hizo las gestiones para comprar y donar el botón en menos de una semana.
"Fueron días de mucha angustia, pero al final todo salió bien. Le pusieron una mínima dosis de anestesia y Lorena salió chocha y sonriente", confirmó Teresita. Esa mañana más tucumanos se acercaron hasta el hospital y le entregaron dinero. "Queremos juntar un poco más y ver si llegamos a comprar un autito usado para armarle una camita atrás y sacarla a pasear", agregó su madre. La joven pesa solo 17 kilos y por la escoliosis ya no puede andar en silla de ruedas.
Los Barraza quisieron agradecer a todos los que los ayudaron: al personal del hospital de Niños, especialmente, al cirujano y al director, Oscar Hilal, porque los trataron con mucha amabilidad. "Seguimos emocionados y no lo podemos creer. Ahora Lorena está tranquila y mira la tele", contó su mamá.
Dentro de un año deberán reemplazar el botón gástrico otra vez. "Ojalá que el PAMI no nos vuelva a hacer lo mismo".