Por Leo Noli
03 Junio 2013
EL DUEÑO DE LA PELOTA. Gregorio González, la manija del "prócer", intenta superar la marca de Víctor Rodríguez.
La radiografía del paciente oriundo del sur no miente. Fue herido de muerte allá en Santiago, donde Sarmiento terminó inhumando su deseo de volverse candidato a un ascenso al Argentino A. La placa expondrá un resultado claro, un 2 a 1 que dice que el "profe" superó a un alumno enemigo cuyo acierto de apadrinar la pelota de entrada explotó para mal con su desfachatez al momento de malgastar cuánta chance de gol se le presentó.
Quedó la sensación de que Concepción dejó volar la paloma, pero también quedó la imagen de que Sarmiento fue un prócer inteligente que tuvo la suerte de contar con un triunfador llamado Emiliano López, asperísimo en el uno por uno y rojo fuego cuando se encontró cara a cara con Romero. En este juego de ida y vuelta que entregó licencias de festejos a los dos, uno las cobró y el otro no. Principalmente, la guillotina recaerá en el encargado de hacer valer el control de la pelota. Ahí ganó por goleada Gregorio González. "Mono" no tuvo reparos en filtrarse, en lastimar y en golpear a Romero. Gustavo García, en cambio, sí los tuvo. "Gusano" pasó desapercibido en esta contienda y su gente lo sintió.
Como cuando González se vistió de "cruzado" en el 1 a 0, con un centro al medio que Fernández terminó por acomodar (sin querer queriendo) en los pies de "Colo" López. Error en un despeje y tanto del artillero. Sarmiento, habiendo no merecido más que Concepción, hacía la diferencia por un acierto y un desacierto. Lo mismo sucedió en el 2 a 0. López "madrugó" a Núñez. Le tiró el camión, ganó y se mandó hasta acomodar la pelota en el palo que le habían liberado. O sea, dos goles abajo por dos errores propios.
La historia clínica del paciente de la Perla del Sur no miente. Hubo un intento de resurrección con el penal de Alfonso, pero ya era tarde. El "cuervo" dejó pasar mucho tiempo en el reloj de la vida de un partido que fue perdiendo despacito y en silencio.
Las claves
1- El primer quiebre del partido fue obra de Gregorio González. El creativo santiagueño supo desabroquelar una esquema visitante casi sin fisuras hasta el 1-0 parcial. El "Mono" movió los hilos y volvió loco a los "cuervos".
2- Errar es humano, pero en el fútbol no es divino. Eso le pasó al "cuervo" no pudo capitalizar sus chances, la mayoría a distancia, y luego padeció con la ley de Murphy: "goles que no se hacen en un arco se hacen en el otro".
3- El temperamento de Romero puede ser una bomba de tiempo. Con el cotejo en desventaja, el golero agredió a Emiliano López, antes de quitarle un balón muerto. El 1 zafó porque Lagoria hizo la vista gorda.
4- Lo lamentable sucedió fuera de la cancha. Desde lejos se vieron corridas, gritos y todo el repertorio que lleva una pelea. Una lástima Unos pocos hinchas mancharon a los más de 1.000 seguidores "cuervos" que fueron a alentar.
Quedó la sensación de que Concepción dejó volar la paloma, pero también quedó la imagen de que Sarmiento fue un prócer inteligente que tuvo la suerte de contar con un triunfador llamado Emiliano López, asperísimo en el uno por uno y rojo fuego cuando se encontró cara a cara con Romero. En este juego de ida y vuelta que entregó licencias de festejos a los dos, uno las cobró y el otro no. Principalmente, la guillotina recaerá en el encargado de hacer valer el control de la pelota. Ahí ganó por goleada Gregorio González. "Mono" no tuvo reparos en filtrarse, en lastimar y en golpear a Romero. Gustavo García, en cambio, sí los tuvo. "Gusano" pasó desapercibido en esta contienda y su gente lo sintió.
Como cuando González se vistió de "cruzado" en el 1 a 0, con un centro al medio que Fernández terminó por acomodar (sin querer queriendo) en los pies de "Colo" López. Error en un despeje y tanto del artillero. Sarmiento, habiendo no merecido más que Concepción, hacía la diferencia por un acierto y un desacierto. Lo mismo sucedió en el 2 a 0. López "madrugó" a Núñez. Le tiró el camión, ganó y se mandó hasta acomodar la pelota en el palo que le habían liberado. O sea, dos goles abajo por dos errores propios.
La historia clínica del paciente de la Perla del Sur no miente. Hubo un intento de resurrección con el penal de Alfonso, pero ya era tarde. El "cuervo" dejó pasar mucho tiempo en el reloj de la vida de un partido que fue perdiendo despacito y en silencio.
Las claves
1- El primer quiebre del partido fue obra de Gregorio González. El creativo santiagueño supo desabroquelar una esquema visitante casi sin fisuras hasta el 1-0 parcial. El "Mono" movió los hilos y volvió loco a los "cuervos".
2- Errar es humano, pero en el fútbol no es divino. Eso le pasó al "cuervo" no pudo capitalizar sus chances, la mayoría a distancia, y luego padeció con la ley de Murphy: "goles que no se hacen en un arco se hacen en el otro".
3- El temperamento de Romero puede ser una bomba de tiempo. Con el cotejo en desventaja, el golero agredió a Emiliano López, antes de quitarle un balón muerto. El 1 zafó porque Lagoria hizo la vista gorda.
4- Lo lamentable sucedió fuera de la cancha. Desde lejos se vieron corridas, gritos y todo el repertorio que lleva una pelea. Una lástima Unos pocos hinchas mancharon a los más de 1.000 seguidores "cuervos" que fueron a alentar.