El gran escultor nació el 9 de junio de 1900 y falleció el 14 de junio de 1973. Mis recuerdos viajan a cuando le ayudaba a ofrecer sus dibujos, que confeccionaba a lápiz en mi oficina de Maipú 50. Fue el estatuista más nombrado, no solamente en su país sino también fuera de él; figuraba en los diccionarios de habla inglesa, sus obras lo llevaron a la fama, por ejemplo el Cristo Bendicente que se encuentra en San Javier, donde también descansan sus restos mortales. La fuente de la doncella, que adorna la Casa de Gobierno de nuestro país, trabajos realizados también para Europa, su calidez de trato, lo sencillo que emanaba de su persona lo hacía representar al hombre que nunca lo marearon sus éxitos como estatuista. Se brindaba con el cariño y la cortesía en todos sus actos, hoy me pregunto, ya que hace poco fue el Día de los Museos y nadie en Tucumán lo recordó. Hoy las personas que sembraron amor, afectos y amistad permanecen en el olvido, pero seguramente Juan Carlos Iramain, desde su lugar en el mundo de lo desconocido, nos seguirá mirando para que no nos olvidemos de que cada 9 de julio a la cero hora, él salía de su domicilio a cortar la calle para que todos celebráramos la fecha patria, algo que nuestra ciudadanía, la mayor parte, ignora; pero su historia vivirá para siempre.
Jorge Antonio Chaves
Sabin s/n, El Corte
Yerba Buena-Tucumán