Por Leo Noli
22 Julio 2013
EL DISTINTO. Becica, que intenta sacarse de encima a Sbuttoni, le aportó otra dinámica a un partido de pocas emociones.
Los partidos de pretemporada vienen acompañados de un calambre visual importante. Es normal. Resulta imposible exigirle a fulano o sultano un rendimiento superlativo cuando recién se están conociendo y el cuerpo todavía pide vacaciones y descanso más que fútbol total.
De hecho, era previsible padecer un primer tiempo frío y asesino como lo fue el de ayer entre San Martín y Atlético. Incluso, también daba la sensación que el cero iba a ser difícil de quebrar en el primer clásico de invierno de estas tierras.
No se podía pedir magia, aunque, como se dice en la calle, los milagros existen. Albano Becica, este 10 de nombre raro para el barrio, frotó su zurda y dejó a propios y extraños boquiabiertos. Hizo lo que ninguno de los 21 futbolistas restantes había podido gestar en 76' minutos de chatísimo duelo: embocar un lindo tiro y que éste se convierta en una maravilla visual, derivaba en acto de fe.
Qué golazo metió el reemplazante de Nicolás Roldán. Y lo hizo aprovechando un error previo a que el balón llegue a sus pies (Longo demoró una eternidad en rechazar una pelota libre que terminó en lateral en ataque) y levantando la mirada, después de un lindo puntín de Chacana, para ver dónde iba a colocar la caprichosa fuera del alcance de Lucchetti.
Fue la acción del partido, del triunfo para el "santo" y de castigo para un "decano" escaso de vuelo y empachado de un Barrado todavía en formación y de un "Pulguita" con más mañas que voracidad para con la red contraria.
Atlético había hecho un poquito mejor los deberes en el acto uno, pero solo inquietó con una corrida de "Bebé" Acosta, que incluyó despegue de vértigo, amague en el área y remate al palo izquierdo de Pave. Después no reaccionó a la embestida local. Intentó llegar al 1 a 1 de guapo. No lo consiguió, su fútbol estuvo ausente en Bolívar y Pellegrini y tampoco contó con un distinto como Becica. En siete días tendrá revancha. Eso es lo bueno del fútbol.
Las claves
1- Con dos equipos en formación en cancha, para que el marcador rompa el cero hacía falta una error y una genialidad. Longo dudó en una acción sin peligro y hubo un en lateral. Salida del "santo" y en golazo al ángulo de Becica.
2- Por lo hecho en el segundo tiempo, San Martín logró llevarse un merecido triunfo. Eso sí, la movida de Acosta, cuyo final fue estrellado en el palo izquierdo de Pave en el primer tiempo, también mereció ser gol. Hubiera sido 1-1.
3- Este partido no merece un análisis profundo en cuanto a la actuación de cada uno de los actores. Sería demasiado cruel hacerlo, ya que los dos están en formación y todavía les queda mucho camino por mejorar.
4- Atlético supo hacer la diferencia por el carril derecho cuando Acosta y Rodríguez se unían. San Martín, en cambio, se agrandó con Becica en cancha y en cada pelota parada que mandó al área "decana". Prueba y error de ambos.
De hecho, era previsible padecer un primer tiempo frío y asesino como lo fue el de ayer entre San Martín y Atlético. Incluso, también daba la sensación que el cero iba a ser difícil de quebrar en el primer clásico de invierno de estas tierras.
No se podía pedir magia, aunque, como se dice en la calle, los milagros existen. Albano Becica, este 10 de nombre raro para el barrio, frotó su zurda y dejó a propios y extraños boquiabiertos. Hizo lo que ninguno de los 21 futbolistas restantes había podido gestar en 76' minutos de chatísimo duelo: embocar un lindo tiro y que éste se convierta en una maravilla visual, derivaba en acto de fe.
Qué golazo metió el reemplazante de Nicolás Roldán. Y lo hizo aprovechando un error previo a que el balón llegue a sus pies (Longo demoró una eternidad en rechazar una pelota libre que terminó en lateral en ataque) y levantando la mirada, después de un lindo puntín de Chacana, para ver dónde iba a colocar la caprichosa fuera del alcance de Lucchetti.
Fue la acción del partido, del triunfo para el "santo" y de castigo para un "decano" escaso de vuelo y empachado de un Barrado todavía en formación y de un "Pulguita" con más mañas que voracidad para con la red contraria.
Atlético había hecho un poquito mejor los deberes en el acto uno, pero solo inquietó con una corrida de "Bebé" Acosta, que incluyó despegue de vértigo, amague en el área y remate al palo izquierdo de Pave. Después no reaccionó a la embestida local. Intentó llegar al 1 a 1 de guapo. No lo consiguió, su fútbol estuvo ausente en Bolívar y Pellegrini y tampoco contó con un distinto como Becica. En siete días tendrá revancha. Eso es lo bueno del fútbol.
Las claves
1- Con dos equipos en formación en cancha, para que el marcador rompa el cero hacía falta una error y una genialidad. Longo dudó en una acción sin peligro y hubo un en lateral. Salida del "santo" y en golazo al ángulo de Becica.
2- Por lo hecho en el segundo tiempo, San Martín logró llevarse un merecido triunfo. Eso sí, la movida de Acosta, cuyo final fue estrellado en el palo izquierdo de Pave en el primer tiempo, también mereció ser gol. Hubiera sido 1-1.
3- Este partido no merece un análisis profundo en cuanto a la actuación de cada uno de los actores. Sería demasiado cruel hacerlo, ya que los dos están en formación y todavía les queda mucho camino por mejorar.
4- Atlético supo hacer la diferencia por el carril derecho cuando Acosta y Rodríguez se unían. San Martín, en cambio, se agrandó con Becica en cancha y en cada pelota parada que mandó al área "decana". Prueba y error de ambos.
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Nicolás Roldán