01 Agosto 2013
PROMESA. Los agricultores retirarán la caña que está debajo de los cables. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
Con el propósito de controlar la quema de caña de azúcar y de pastizales, y como consecuencia del apagón que el lunes dejó a 70.000 usuarios sin luz en el sur de la capital, el defensor del pueblo, Hugo Cabral, convocó ayer a representantes de entidades cañeras y a empresarios de la industria azucarera para coordinar planes de contingencia, principalmente en los campos de las comunas del sur y del este de la provincia donde se registraron graves incendios. En el encuentro, los cañeros negaron ser quienes queman los campos, y señalaron como autores de los incendios a vecinos que habitan en poblados cercanos a los cañaverales.
"La sociedad nos demonizó, pero no son los cañeros los que queman. Al 90% de los productores no les interesa incendiar sus plantaciones porque genera pérdidas. Además, la mayoría utiliza máquinas para pelar la caña", argumentó Otto Gramajo, presidente del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu). El directivo remarcó que en las zonas productivas hay habitantes que no tienen servicio de recolección de residuos. "Muchos de ellos tienen cañaverales en el fondo de su casa. Entonces, queman hojas y basura, y el fuego se propaga por la sequía y el viento", insistió. Los cañeros coincidieron que esta práctica genera pérdidas de producción. Marcelo Fernández, vicepresidenta de Cañeros Unidos del Este (CUE), remarcó que la plantación incendiada y afectada por las heladas provoca fuertes recortes en los rindes. "La caña quemada, y no dañada por el frío, genera pérdidas de entre 0,3% y 0,5% por día. Cuando está quemada y helada se pierde entre 0,5% y 1%. Entonces, ¿por qué un productor querría boicotearse?", señaló.
"Al quemarse la caña, no sólo perdemos rendimientos, sino también peso. Además, al incendiarse el rastrojo, se pierde cobertura del cultivo, lo que permite la aparición de plagas; por lo tanto, perdemos el cañaveral", agregó el cañero.
Tras la reunión, de la que también participaron el presidente de la Estación Experimental Obispo Colombres (Eeaoc), Juan José Budeguer y el titular del Centro Azucarero Regional de Tucumán (CART), Julio Colombres, el ombudsman afirmó que los productores se comprometieron a retirar la caña que está debajo de los tendidos eléctricos para evitar cortes de luz. Además, afirmó que se iniciarán gestiones para que Vialidad provincial limpie los bordes de rutas y de caminos. "No hay que demonizar a los productores. Los directivos afirmaron que puede haber algunos que aún queman sus plantaciones. Por eso, se comprometieron a dialogar con sus afiliados para concientizar", aclaró. Cabral y los productores coincidieron en que el Gobierno debe aplicar la Ley Provincial de Medio Ambiente N° 6.253, que prohibe la quema de caña. "Se necesitan brigadas integradas por vecinos de las comunas que apaguen los fuegos", remarcó.
Por último, Cabral contó que impulsará una iniciativa para que el Gobierno contrate un avión hidrante que sofoque los incendios. "Podría ser otra medida útil", concluyó.
"La sociedad nos demonizó, pero no son los cañeros los que queman. Al 90% de los productores no les interesa incendiar sus plantaciones porque genera pérdidas. Además, la mayoría utiliza máquinas para pelar la caña", argumentó Otto Gramajo, presidente del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu). El directivo remarcó que en las zonas productivas hay habitantes que no tienen servicio de recolección de residuos. "Muchos de ellos tienen cañaverales en el fondo de su casa. Entonces, queman hojas y basura, y el fuego se propaga por la sequía y el viento", insistió. Los cañeros coincidieron que esta práctica genera pérdidas de producción. Marcelo Fernández, vicepresidenta de Cañeros Unidos del Este (CUE), remarcó que la plantación incendiada y afectada por las heladas provoca fuertes recortes en los rindes. "La caña quemada, y no dañada por el frío, genera pérdidas de entre 0,3% y 0,5% por día. Cuando está quemada y helada se pierde entre 0,5% y 1%. Entonces, ¿por qué un productor querría boicotearse?", señaló.
"Al quemarse la caña, no sólo perdemos rendimientos, sino también peso. Además, al incendiarse el rastrojo, se pierde cobertura del cultivo, lo que permite la aparición de plagas; por lo tanto, perdemos el cañaveral", agregó el cañero.
Tras la reunión, de la que también participaron el presidente de la Estación Experimental Obispo Colombres (Eeaoc), Juan José Budeguer y el titular del Centro Azucarero Regional de Tucumán (CART), Julio Colombres, el ombudsman afirmó que los productores se comprometieron a retirar la caña que está debajo de los tendidos eléctricos para evitar cortes de luz. Además, afirmó que se iniciarán gestiones para que Vialidad provincial limpie los bordes de rutas y de caminos. "No hay que demonizar a los productores. Los directivos afirmaron que puede haber algunos que aún queman sus plantaciones. Por eso, se comprometieron a dialogar con sus afiliados para concientizar", aclaró. Cabral y los productores coincidieron en que el Gobierno debe aplicar la Ley Provincial de Medio Ambiente N° 6.253, que prohibe la quema de caña. "Se necesitan brigadas integradas por vecinos de las comunas que apaguen los fuegos", remarcó.
Por último, Cabral contó que impulsará una iniciativa para que el Gobierno contrate un avión hidrante que sofoque los incendios. "Podría ser otra medida útil", concluyó.