15 Agosto 2013
UNO DE LOS QUE BRILLÓ. Nicolás Romat fue una de las figuras de la zaga. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
Devotos seguidores de este vía crucis B de 42 estaciones futboleras, en Atlético no alardean por haberse lanzado primero a la carga de la posta del número uno y logrado hacerse, en compañía de Defensa y Justicia, de la cima de la divisional. Suena descabellado, incluso imprudente hablar de ascenso a la A. Es el objetivo, claro, pero todavía falta demasiado como para encuadrar este arranque de película que disfruta el "decano" en algo serio.
Es lógico que haya emoción y que todos, los hinchas en especial, anhelen con hacerse del boleto dorado ganando de acá al cierre de la temporada. Entendiendo que no habrá partido sencillo ni tres puntos asegurados, la mesura tiende a ser, por estos tiempos, la mejor compañera de un plantel cuyos pies están remachados en una pared llamada realidad.
Si "Mostaza" Merlo estuviera por estos lares, el interminable y cabulero "paso a paso" sería el pan a servir en la mesa celeste y blanca, a diario. "Si mantenés el cero en tu arco, siempre vas a estar ahí del triunfo", razona Javier Malagueño, el central derecho del 11 ideal de "RR" que a la velocidad de la luz se adaptó al resto de sus compañeros en la zaga. Bruno Bianchi, su ladero en la cocina, y él construyeron un muro de ilusión entre los simpatizantes de 25 de Mayo y Chile. Su solidez, además de categoría al momento de sacar la pelota de los dominios de Cristian Lucchetti, les hizo ganarse aplausos por docena.
Y a la inversa del año pasado, las pelotas que seguro entraban y lastimaban las redes de "Laucha", el martes (y también en Jujuy) apenas merodearon de cerca los palos del arquero "decano". La suerte y la fe, en este caso, completan una fórmula por el momento exitosa en Atlético. Malagueño lo explica.
"Es clave mantener la esperanza hasta el último minuto del partido, sin enloquecerse y sin desordenarse", dice quien estuvo involucrado en una acción que pudo haber sido penal en contra. No lo fue y a la movida siguiente Acosta aprovechó el adoquín lanzado de Deivis Barone a Kruspzky y le dio el pase gol del 1-0 al endemoniado Maximiliano Barreiro. "Ellos pagaron caro su error en la salida", justifica Malagueño. Diego Barrado desmenuza un tanto más a este nuevo Atlético y, sin desearlo, lo compara con su "yo anterior". "En otro momento nos hubiésemos desesperado. Lo bueno es que somos conscientes todo lo que nos estamos jugando. Sumar puntos al comienzo es importante", reconoce el capitán, la voz de mando dentro y fuera de la cancha. El "Pensador" cuenta de qué está hecho este grupo. "(Contra los sanjuaninos) estábamos preparados para todo. Para jugar bien y para jugar mal. Las primeras fechas son difíciles". O sea, Atlético, el Atlético aggiornado por la mano de "RR" y los nuevos comensales que se unieron, tienen cuerda para sorprender. Pero atención. Diego Armando no dejará volar a nadie. Pide trabajo y concentración extrema. "Esto es parte del crecimiento", razona mirando el 1-0 recién salido del horno del "José Fierro".
Con un hilo de voz después de haberse quemado la garganta, Barreiro canta y cierra la nota. "Hay que ir tranquilos, hay muchos equipos grandes en la divisional. No debemos apurarnos". Atlético es líder de la tabla y de la mesura.
Es lógico que haya emoción y que todos, los hinchas en especial, anhelen con hacerse del boleto dorado ganando de acá al cierre de la temporada. Entendiendo que no habrá partido sencillo ni tres puntos asegurados, la mesura tiende a ser, por estos tiempos, la mejor compañera de un plantel cuyos pies están remachados en una pared llamada realidad.
Si "Mostaza" Merlo estuviera por estos lares, el interminable y cabulero "paso a paso" sería el pan a servir en la mesa celeste y blanca, a diario. "Si mantenés el cero en tu arco, siempre vas a estar ahí del triunfo", razona Javier Malagueño, el central derecho del 11 ideal de "RR" que a la velocidad de la luz se adaptó al resto de sus compañeros en la zaga. Bruno Bianchi, su ladero en la cocina, y él construyeron un muro de ilusión entre los simpatizantes de 25 de Mayo y Chile. Su solidez, además de categoría al momento de sacar la pelota de los dominios de Cristian Lucchetti, les hizo ganarse aplausos por docena.
Y a la inversa del año pasado, las pelotas que seguro entraban y lastimaban las redes de "Laucha", el martes (y también en Jujuy) apenas merodearon de cerca los palos del arquero "decano". La suerte y la fe, en este caso, completan una fórmula por el momento exitosa en Atlético. Malagueño lo explica.
"Es clave mantener la esperanza hasta el último minuto del partido, sin enloquecerse y sin desordenarse", dice quien estuvo involucrado en una acción que pudo haber sido penal en contra. No lo fue y a la movida siguiente Acosta aprovechó el adoquín lanzado de Deivis Barone a Kruspzky y le dio el pase gol del 1-0 al endemoniado Maximiliano Barreiro. "Ellos pagaron caro su error en la salida", justifica Malagueño. Diego Barrado desmenuza un tanto más a este nuevo Atlético y, sin desearlo, lo compara con su "yo anterior". "En otro momento nos hubiésemos desesperado. Lo bueno es que somos conscientes todo lo que nos estamos jugando. Sumar puntos al comienzo es importante", reconoce el capitán, la voz de mando dentro y fuera de la cancha. El "Pensador" cuenta de qué está hecho este grupo. "(Contra los sanjuaninos) estábamos preparados para todo. Para jugar bien y para jugar mal. Las primeras fechas son difíciles". O sea, Atlético, el Atlético aggiornado por la mano de "RR" y los nuevos comensales que se unieron, tienen cuerda para sorprender. Pero atención. Diego Armando no dejará volar a nadie. Pide trabajo y concentración extrema. "Esto es parte del crecimiento", razona mirando el 1-0 recién salido del horno del "José Fierro".
Con un hilo de voz después de haberse quemado la garganta, Barreiro canta y cierra la nota. "Hay que ir tranquilos, hay muchos equipos grandes en la divisional. No debemos apurarnos". Atlético es líder de la tabla y de la mesura.
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