Por Andrés Burgo
19 Agosto 2013
Fue una tarde tan ruinosa que terminó en rojo para un equipo que todavía está verde. La tarjeta que recibió Diego Barrado, a los 47' del segundo tiempo, justo en la inminencia del partido contra Independiente, fue la guillotina de un partido que no fue un partido, sino un unipersonal de Ferro.
En todo caso, a falta de más funciones para descifrar el verdadero ADN de Atlético, el puntero de las dos primeras fechas o el penoso de ayer, la única conclusión que se puede sacar en tres capítulos es que, respecto de la temporada pasada, cambiaron muchos nombres pero algo sigue firme: la "Pulga" dependencia. Sin Luis Rodríguez, el "decano" pierde tanto como Barcelona sin Lionel Messi.
Que Atlético perdió en la primera y en la segunda jugada quedó de manifiesto a los 14 minutos. Fue un córner en el que los centrales parecieron agacharse y Pereyra conectó de cabeza. Lucchetti tuvo una reacción de felino para evitar el gol en primera instancia, pero los defensores fallaron de nuevo en el rebote y Renzo Pérez (que ya tiene 25 años) volvió a recibir un regalo en el Día del Niño para convertir, en soledad, el 1-0.
A partir de entonces, Atlético jugó como si tuviese que escalar el Everest: la cancha le quedó inclinada a 45 grados. El "decano" perdió en todos los sectores, empezando por la defensa: en los laterales, por el lado de Romat, pero también en los dos centrales que pagaron el precio de conformar una dupla nueva, y sufrieron a Pereyra como si fuera la reencarnación de Van Basten. El medio vivió un suplicio, con Montiglio en su versión más baja, Bazán discontinuo y Carabajal tan lejos de Barrado como Caballito de Tucumán. Juzgar a Lenci y Barreiro sería como condenar a un hambriento que roba un kilo de pan: su aislamiento fue total.
Después del 2-0 (golazo de Acuña con complicidad de Lucchetti), la mejor noticia habría sido que los partidos duran 90', pero a los 92' llegó la roja a Barrado. Y por eso Atlético terminó en rojo y sigue verde.
Lo bueno
No fue el partido ideal del "decano", pero al menos buscó hasta el pitazo final descontar el resultado favorable (y merecido) a Ferro.
Lo malo
El "decano" entró nublado y desnudó su falta de creatividad tras el 0-1. Nunca se encontró en la cancha y la pasó mal. Para colmo, Barrado vio la roja y se perderá el partido con Independiente.
En todo caso, a falta de más funciones para descifrar el verdadero ADN de Atlético, el puntero de las dos primeras fechas o el penoso de ayer, la única conclusión que se puede sacar en tres capítulos es que, respecto de la temporada pasada, cambiaron muchos nombres pero algo sigue firme: la "Pulga" dependencia. Sin Luis Rodríguez, el "decano" pierde tanto como Barcelona sin Lionel Messi.
Que Atlético perdió en la primera y en la segunda jugada quedó de manifiesto a los 14 minutos. Fue un córner en el que los centrales parecieron agacharse y Pereyra conectó de cabeza. Lucchetti tuvo una reacción de felino para evitar el gol en primera instancia, pero los defensores fallaron de nuevo en el rebote y Renzo Pérez (que ya tiene 25 años) volvió a recibir un regalo en el Día del Niño para convertir, en soledad, el 1-0.
A partir de entonces, Atlético jugó como si tuviese que escalar el Everest: la cancha le quedó inclinada a 45 grados. El "decano" perdió en todos los sectores, empezando por la defensa: en los laterales, por el lado de Romat, pero también en los dos centrales que pagaron el precio de conformar una dupla nueva, y sufrieron a Pereyra como si fuera la reencarnación de Van Basten. El medio vivió un suplicio, con Montiglio en su versión más baja, Bazán discontinuo y Carabajal tan lejos de Barrado como Caballito de Tucumán. Juzgar a Lenci y Barreiro sería como condenar a un hambriento que roba un kilo de pan: su aislamiento fue total.
Después del 2-0 (golazo de Acuña con complicidad de Lucchetti), la mejor noticia habría sido que los partidos duran 90', pero a los 92' llegó la roja a Barrado. Y por eso Atlético terminó en rojo y sigue verde.
Lo bueno
No fue el partido ideal del "decano", pero al menos buscó hasta el pitazo final descontar el resultado favorable (y merecido) a Ferro.
Lo malo
El "decano" entró nublado y desnudó su falta de creatividad tras el 0-1. Nunca se encontró en la cancha y la pasó mal. Para colmo, Barrado vio la roja y se perderá el partido con Independiente.