Juran cuatro, pero sólo dos completarían la gestión

Ayer juraron los 127 diputados electos en la elección del 27 de octubre. Entre ellos, cuatro tucumanos: el ex ministro del Interior Osvaldo Jaldo; la militante de La Cámpora Mabel Carrizo; el ex senador, José Cano, y la ex legisladora Silvia Elías de Pérez. Según los planes del alperovichismo y de la UCR, Jaldo y Elías no permanecerían mucho tiempo en la Cámara Baja

SINGULAR. Jaldo aludió a la patria chica al jurar: “por el mejor gobernador”. fotos de dyn SINGULAR. Jaldo aludió a la patria chica al jurar: “por el mejor gobernador”. fotos de dyn
05 Diciembre 2013
Tres de los cuatro diputados por Tucumán agregaron fórmulas no convencionales a sendos juramentos de asunción de sus bancas en la Cámara Baja. La radical Silvia Elías de Pérez sólo replicó “sí, juro”, cuando le leyeron el tradicional formato, que pregunta si la persona se compromete ante Dios y ante los Santos Evangelios a desempeñar sus nuevas funciones.

El otro radical electo, José Cano, juró por la memoria del ex presidente Raúl Alfonsín -el martes se cumplen 30 años de su llegada a la Casa Rosada, tras un septenio de dictadura- y por “la defensa del federalismo y la independencia del Congreso”. La militante de La Cámpora Mabel Carrizo también mencionó a un ex presidente en su juramento: “por Néstor (Kirchner) y por los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos y por las víctimas de la Trata de Personas”.

Pero la fórmula más singular fue pronunciada por el -por ahora- ex ministro del Interior Osvaldo Jaldo. Al momento de jurar exclamó: “por Néstor, por (la presidenta) Cristina (Fernández) y por el mejor gobernador de la historia de la provincia de Tucumán”, en obvia referencia al mandatario provincial, José Alperovich. Entre los oyentes estaba la senadora Beatriz Rojkés, esposa del gobernador.

La referencia de Jaldo a la patria chica va en consonancia con la presunta estrategia alperovichista, de retornarlo a la provincia lo antes posible. Según versiones, aunque le fue aceptada su renuncia al cargo de ministro del Interior, Jaldo volvería a asumir al mando de esa cartera, clave en la estructura del Poder Ejecutivo tucumano: por allí pasan anualmente los fondos destinados a municipios y comunas. Ayer, Jaldo fue acompañado por intendentes y delegados comunales hasta la puerta del Congreso.

El regreso de Jaldo cobra fuerza porque Alperovich dijo el lunes que al mando de Interior quedará, provisoriamente, el secretario de Coordinación con Municipios y Comunas Rurales, Miguel Ángel Acevedo.

No sería el único caso de un diputado electo por Tucumán que asume, pero que no cumpliría su mandato. Según la estrategia de la Unión Cívica Radical (UCR), en breve Elías cambiaría la Cámara Baja por la Alta, donde asumiría el escaño senatorial que liberó Cano (ella le seguía en la lista de postulantes a senador, en los comicios de 2009, en los que el radical resultó electo por la minoría). En rigor, el canismo quiere que la banca de Diputados de Elías quede en manos de Juan Casañas (UCR), cuyo mandato en ese cuerpo vence, precisamente, el próximo martes. El “agrodiputado” buscaba la reelección en los comicios del 27 de octubre, como candidato titular, en tercer término, detrás de Cano y de Elías. La asunción y posterior renuncia de esta última daría esperanza a Casañas, que se basa sobre el artículo 164° del Código Electoral Nacional, que dice: “en caso de muerte, renuncia, separación, inhabilidad o incapacidad permanente de un diputado lo sustituirán quienes figuren en la lista como candidatos titulares según el orden establecido”.

Además de Elías, de Cano, de Carrizo y de Jaldo emitieron su juramento los otros 123 diputados electos, en representación del resto de los distritos electorales del país.

Denuncia penal

No sólo el oficialismo camporista estuvo atento a la jura de Carrizo. También el peronista díscolo Enrique Romero. Ocurre que la esposa del legislador Jesús Salim asumió la banca que le hubiese correspondido al vicegobernador, en uso de licencia, Juan Manzur. Según había explicado este el miércoles de la semana pasada, la propia Presidenta le había pedido que continúe como ministro de Salud de la Nación.

Romero considera que Manzur, al no jurar como diputado, incurrió en los delitos de estafa, de incumplimiento de los deberes de funcionario público y de atentado al orden constitucional, entre otros.

A raíz de ello, radicó una denuncia penal contra el funcionario nacional. “Al no asumir el cargo para el cual fue electo convirtió su candidatura en testimonial, violando el artículo 1° de la Constitución nacional, al lesionar el principio de representación y el sistema republicano”, afirma el ex funcionario del Gobierno de Julio Miranda. Añadió que la sola postulación de Manzur como candidato a diputado nacional conllevó la voluntad de asumir la representación que le otorgó el electorado.

“La oferta electoral presupone un compromiso de carácter político por parte de quien la ejerce, y las candidaturas testimoniales no sólo son ambiguas, sino que producen un estado de incertidumbre en la opinión pública”, agregó Romero.

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