13 Diciembre 2013
AUMENTAR LA PRODUCCION. Los productores disponen de técnicas para incrementar rendimientos, pero faltan incentivos y certezas en la política agropecuaria.
La incertidumbre social impera en Tucumán y los productores tucumanos no están ajenos a lo que pasa en la provincia más chica del país. Pero esta situación ya viene acompañada desde hace dos campañas con una importante sequía que golpea sin piedad. Este año, las lluvias apenas aparecieron y el agua que precipitó alcanzó para mojar el suelo, salvo algunas excepciones.
Lo cierto es que los productores de la región miran con mucha preocupación qué es lo que ocurrirá en el corto plazo, ya que sus arcas hoy están vacías y es poco el recurso económico con que cuentan para afrontar una nueva campaña, que, por los antecedentes citados, nació complicada.
La Sociedad Rural de Tucumán manifestó su preocupación por la actual situación social que golpea con fuerza el ánimo del productor, que solo quiere sembrar y seguir generando divisas para la castigada región y para el país.
La situación preocupa no solo aquí, sino a todos los productores argentinos que se manifiestan a través de sus representantes. El cuadro de situación social carcomió el estado de ánimo del campo.
A través de un comunicado, la Mesa de Enlace expresó que a 30 años de la recuperación de la democracia, desde el campo miramos hacia el futuro con una visión expectante, pero teniendo en cuenta que no existe un futuro promisorio sin un mejor presente.
Manifiestan que se deben sincerar los graves problemas que enfrentamos hoy, y que condicionan el futuro del campo argentino.
Los ruralistas afirman que el país está en condiciones de superar las 150 millones de toneladas de granos para 2020; producir casi 4 millones de toneladas de carne bovina, más de 3 millones de toneladas de carne aviar y más de 18.000 millones de litros de leche. Estos números harían revivir las economías regionales y transformarían a estas producciones en polos de desarrollo diseminadas en la inmensa geografía argentina.
La voz ruralista
Lo real es que, para poder producir más, es necesario no solo aumentar los rendimientos por hectárea, sino también tener más productores produciendo en su lugar de trabajo. Esto es, trabajar en sus tierras y no llegar al estado de quiebra, para emigrar luego hacia los centros urbanos en busca de nuevos horizontes, que en la actualidad que transita el país no existen.
La Mesa de Enlace afirma que el país no puede desaprovechar el efecto multiplicador y dinamizador del campo, que se vería reflejado en más inversión, comercio, empleos, mejores servicios, más exportaciones y divisas. “En definitiva, mayores recursos para una economía más diversificada capaz de cubrir, sobradamente, el consumo interno y la exportación”, apuntaron los dirigentes. “Sólo es necesario darle un marco adecuado para lograr esos objetivos”, agregaron.
Esto actualmente no existe, ya que las políticas agropecuarias que funcionan tienen como características más salientes la alta presión tributaria, las distorsiones comerciales y el creciente deterioro en la competitividad. Estas líneas políticas solo harán que no podamos llegar a lo que se pretende producir, y que el potencial productivo del sistema argentino y regional no se puedan cumplir.
Un reflejo de ello es la disminución en la cantidad de productores, que en Tucumán es paradigmático. Hace dos décadas se registraban más de 20.000 productores, y actualmente se calcula que llegarían a 9.000.
Hoy se nota el deterioro notable en las economías regionales y la consecuente desaparición de empresas agropecuarias, algo que solo observan los dirigentes del campo y no las autoridades nacionales.
Las proyecciones internacionales de diferentes especialistas dan cuenta que la población mundial en crecimiento, y con nuevas necesidades de consumo, hará que las demandas de alimentos sean cada vez mayores.
Muchos afirman que el 70% de esa demanda solo será atendida por los países en desarrollo, quedando un porcentaje más que interesante para que la Argentina pueda insertarse, y producir más alimentos y no quedar afuera como un importante proveedor para el mundo.
Es necesario crear conciencia en la comunidad, en general, que el campo puede generar todo lo que nuestra economía necesita para salir adelante, y colaborar, además, con el desarrollo económico y social del país.
Sólo es preciso tener en cuenta que necesitamos condiciones diferentes a las actuales, para producir adecuadamente y alcanzar dichos objetivos.
Las entidades agropecuarias entienden que necesitamos cambiar el rumbo y dar un golpe de timón para dar confianza al productor, que hoy más que nunca lo necesita para salir de la incertidumbre en la cual está inmerso.
Lo cierto es que los productores de la región miran con mucha preocupación qué es lo que ocurrirá en el corto plazo, ya que sus arcas hoy están vacías y es poco el recurso económico con que cuentan para afrontar una nueva campaña, que, por los antecedentes citados, nació complicada.
La Sociedad Rural de Tucumán manifestó su preocupación por la actual situación social que golpea con fuerza el ánimo del productor, que solo quiere sembrar y seguir generando divisas para la castigada región y para el país.
La situación preocupa no solo aquí, sino a todos los productores argentinos que se manifiestan a través de sus representantes. El cuadro de situación social carcomió el estado de ánimo del campo.
A través de un comunicado, la Mesa de Enlace expresó que a 30 años de la recuperación de la democracia, desde el campo miramos hacia el futuro con una visión expectante, pero teniendo en cuenta que no existe un futuro promisorio sin un mejor presente.
Manifiestan que se deben sincerar los graves problemas que enfrentamos hoy, y que condicionan el futuro del campo argentino.
Los ruralistas afirman que el país está en condiciones de superar las 150 millones de toneladas de granos para 2020; producir casi 4 millones de toneladas de carne bovina, más de 3 millones de toneladas de carne aviar y más de 18.000 millones de litros de leche. Estos números harían revivir las economías regionales y transformarían a estas producciones en polos de desarrollo diseminadas en la inmensa geografía argentina.
La voz ruralista
Lo real es que, para poder producir más, es necesario no solo aumentar los rendimientos por hectárea, sino también tener más productores produciendo en su lugar de trabajo. Esto es, trabajar en sus tierras y no llegar al estado de quiebra, para emigrar luego hacia los centros urbanos en busca de nuevos horizontes, que en la actualidad que transita el país no existen.
La Mesa de Enlace afirma que el país no puede desaprovechar el efecto multiplicador y dinamizador del campo, que se vería reflejado en más inversión, comercio, empleos, mejores servicios, más exportaciones y divisas. “En definitiva, mayores recursos para una economía más diversificada capaz de cubrir, sobradamente, el consumo interno y la exportación”, apuntaron los dirigentes. “Sólo es necesario darle un marco adecuado para lograr esos objetivos”, agregaron.
Esto actualmente no existe, ya que las políticas agropecuarias que funcionan tienen como características más salientes la alta presión tributaria, las distorsiones comerciales y el creciente deterioro en la competitividad. Estas líneas políticas solo harán que no podamos llegar a lo que se pretende producir, y que el potencial productivo del sistema argentino y regional no se puedan cumplir.
Un reflejo de ello es la disminución en la cantidad de productores, que en Tucumán es paradigmático. Hace dos décadas se registraban más de 20.000 productores, y actualmente se calcula que llegarían a 9.000.
Hoy se nota el deterioro notable en las economías regionales y la consecuente desaparición de empresas agropecuarias, algo que solo observan los dirigentes del campo y no las autoridades nacionales.
Las proyecciones internacionales de diferentes especialistas dan cuenta que la población mundial en crecimiento, y con nuevas necesidades de consumo, hará que las demandas de alimentos sean cada vez mayores.
Muchos afirman que el 70% de esa demanda solo será atendida por los países en desarrollo, quedando un porcentaje más que interesante para que la Argentina pueda insertarse, y producir más alimentos y no quedar afuera como un importante proveedor para el mundo.
Es necesario crear conciencia en la comunidad, en general, que el campo puede generar todo lo que nuestra economía necesita para salir adelante, y colaborar, además, con el desarrollo económico y social del país.
Sólo es preciso tener en cuenta que necesitamos condiciones diferentes a las actuales, para producir adecuadamente y alcanzar dichos objetivos.
Las entidades agropecuarias entienden que necesitamos cambiar el rumbo y dar un golpe de timón para dar confianza al productor, que hoy más que nunca lo necesita para salir de la incertidumbre en la cual está inmerso.