21 Febrero 2014
CLÁSICO DE CLÁSICOS. El reloj del parque 9 de Julio es parada ineludible para turistas. Pero en ese paseo tenés mucho más por descubrir. la gaceta / foto de oscar ferronato
Que los tucumanos también vean lo lindo que es San Miguel de Tucumán y conozcan la historia viva que esta condensada en ella. Este es el objetivo propuesto por la cartera de Cultura y Turismo de la municipalidad capitalina. Así es como se remozaron los paseos y museos del circuito que forman parte del casco histórico. Con el inicio de las clases encima, llevá a tus hijos a pasear -con ojos de turista- por tu ciudad, y dejá que guías especializados te ayuden a redescubrir tu patria chica.
En Tucumán es imposible deslindar dos elementos: naturaleza e historia. Es por ello que se organizaron los paseos de la ciudad, integrando información y espacios verdes, todo en un sólo lugar. Entre los circuitos que pueden realizarse en la ciudad no pueden quedar afuera la Casa Belgraniana (recorrido por barrio Sur incluido), la Plaza de la Fundación, el paseo del Parque 9 de Julio (que incluye el museo a la Industria Azucarera Obispo Colombres) y obviamente el Paseo de la Independencia y la visita a la Casa Histórica.
Historia al aire libre
En la casa Belgraniana (Bernabé Aráoz y Bolivia), el objetivo es embeberse sobre la gesta revolucionaria de Manuel Belgrano en la región. La casita que se construó en la zona en la que el prócer se hospedó está ubicada en lo que fue el Campo de las Carreras, donde se libró la Batalla de Tucumán, el 24 de Septiembre de 1812. En el interior de la vivienda hay una reconstrucción de elementos de época y pantallas con actividades interactivas para los visitantes más pequeños (no tiene elementos museológicos). Fuera de la vivienda, bajo la sombra de ancianos tarcos, se encuentra un mural histórico que retrata las diferentes etapas de la vida de Belgrano, desde el éxodo jujeño hasta su muerte, el 20 de junio de 1820.
En la Plaza de la Fundación (Mate de Luna y Lucas Córdoba), se encuentra el monumento a Diego de Villarroel (encargado a Juan Iramain y finalizado en 1935), que fundó la ciudad en el paraje de Ibatín en 1565. En la plaza, a lo largo de cinco portales, se condensa la historia desde el 600 a.C hasta la actualidad, pasando por el traslado de la ciudad a su actual ubicación (bajo la gobernación de Fernando de Mate de Luna en 1685), el período independentista, el cierre de los ingenios, los tucumanazos y la última dictadura cívico militar, entre otros.
Pulmón de la ciudad
El pulmón verde que significa el Parque 9 de Julio cuenta con numerosos atractivos. El objetivo, según comentó Luis Rodríguez, uno de los guías del Museo de la Industria Azucarera Obispo Colombres, es integrar el Paseo 9 de Julio (un bulevard sobre el margen oeste del parque donde se encuentran las 20 estatuas de figuras ilustres, encargadas en 1939 durante la gobernación de Miguel Campero), el Reloj floreado, la Casa de la Cultura, el lago San Miguel, el Rosedal y el museo que funciona en lo que fue la casa quinta de Colombres.
“Aquí está la historia viva de la ciudad y de la provincia. El cultivo de la caña de azúcar y la tarea de Eusebio Colombres no sólo marcó el nacimiento de la Industria azucarera, sino de la Industria tucumana en general”, explicó Rodríguez, que se despidió aclarando que siempre esperan con ansias a los turistas de otras provincias, así como a los turistas tucumanos que descubren su ciudad.
Alejandro Auvieux, subdirector de Turismo municipal, destacó el crecimiento de la industria sin chimeneas en 2013. “El balance de 2013 fue muy positivo, crecieron las plazas hoteleras de la ciudad (6.000 plazas) y creció un poco el promedio de pernocte de los turistas en la ciudad”, explicó el funcionario. Explicó que la ocupación hotelera se mantiene estable al 35%, pero al haber aumentado la cantidad de plazas, se traduce en un aumento de visitantes. “Buscamos que el turismo sea rentable en la provincia, así como también queremos que el turismo sea un eje de identidad cultural, para que los tucumanos puedan ver a San Miguel de Tucumán con ojos de turista”, finalizó.
En Tucumán es imposible deslindar dos elementos: naturaleza e historia. Es por ello que se organizaron los paseos de la ciudad, integrando información y espacios verdes, todo en un sólo lugar. Entre los circuitos que pueden realizarse en la ciudad no pueden quedar afuera la Casa Belgraniana (recorrido por barrio Sur incluido), la Plaza de la Fundación, el paseo del Parque 9 de Julio (que incluye el museo a la Industria Azucarera Obispo Colombres) y obviamente el Paseo de la Independencia y la visita a la Casa Histórica.
Historia al aire libre
En la casa Belgraniana (Bernabé Aráoz y Bolivia), el objetivo es embeberse sobre la gesta revolucionaria de Manuel Belgrano en la región. La casita que se construó en la zona en la que el prócer se hospedó está ubicada en lo que fue el Campo de las Carreras, donde se libró la Batalla de Tucumán, el 24 de Septiembre de 1812. En el interior de la vivienda hay una reconstrucción de elementos de época y pantallas con actividades interactivas para los visitantes más pequeños (no tiene elementos museológicos). Fuera de la vivienda, bajo la sombra de ancianos tarcos, se encuentra un mural histórico que retrata las diferentes etapas de la vida de Belgrano, desde el éxodo jujeño hasta su muerte, el 20 de junio de 1820.
En la Plaza de la Fundación (Mate de Luna y Lucas Córdoba), se encuentra el monumento a Diego de Villarroel (encargado a Juan Iramain y finalizado en 1935), que fundó la ciudad en el paraje de Ibatín en 1565. En la plaza, a lo largo de cinco portales, se condensa la historia desde el 600 a.C hasta la actualidad, pasando por el traslado de la ciudad a su actual ubicación (bajo la gobernación de Fernando de Mate de Luna en 1685), el período independentista, el cierre de los ingenios, los tucumanazos y la última dictadura cívico militar, entre otros.
Pulmón de la ciudad
El pulmón verde que significa el Parque 9 de Julio cuenta con numerosos atractivos. El objetivo, según comentó Luis Rodríguez, uno de los guías del Museo de la Industria Azucarera Obispo Colombres, es integrar el Paseo 9 de Julio (un bulevard sobre el margen oeste del parque donde se encuentran las 20 estatuas de figuras ilustres, encargadas en 1939 durante la gobernación de Miguel Campero), el Reloj floreado, la Casa de la Cultura, el lago San Miguel, el Rosedal y el museo que funciona en lo que fue la casa quinta de Colombres.
“Aquí está la historia viva de la ciudad y de la provincia. El cultivo de la caña de azúcar y la tarea de Eusebio Colombres no sólo marcó el nacimiento de la Industria azucarera, sino de la Industria tucumana en general”, explicó Rodríguez, que se despidió aclarando que siempre esperan con ansias a los turistas de otras provincias, así como a los turistas tucumanos que descubren su ciudad.
Alejandro Auvieux, subdirector de Turismo municipal, destacó el crecimiento de la industria sin chimeneas en 2013. “El balance de 2013 fue muy positivo, crecieron las plazas hoteleras de la ciudad (6.000 plazas) y creció un poco el promedio de pernocte de los turistas en la ciudad”, explicó el funcionario. Explicó que la ocupación hotelera se mantiene estable al 35%, pero al haber aumentado la cantidad de plazas, se traduce en un aumento de visitantes. “Buscamos que el turismo sea rentable en la provincia, así como también queremos que el turismo sea un eje de identidad cultural, para que los tucumanos puedan ver a San Miguel de Tucumán con ojos de turista”, finalizó.
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