12 Mayo 2014
SANTIAGO DEL ESTERO.- Un grupo de trabajadores chaqueños, entre los que había menores de edad y una embarazada, fueron descubiertos hacinados en la caja de un camión cubierta con una lona cuando pasaban por un puesto de la policía caminera en Santiago del Estero y un bebé comenzó a llorar.
La situación de trabajo esclavo fue detectada el sábado, alrededor de las 17, por dos efectivos que estaban apostados sobre la ruta nacional 89 sobre el acceso norte de la localidad de Brea Pozo, a unos 80 kilómetros al sur de la capital santiagueña, y hacían un control de rutina a un camión que viajaba de oeste a este.
Mientras revisaban la documentación personal del conductor y del vehículo, escucharon el llanto de un bebé, por lo que le pidieron al chofer que abriera la compuerta lateral del transporte, dado que el chofer Luis Gasque les había dicho que no llevaba carga sino solamente "cacharros".
Para sorpresa de los efectivos, en la parte posterior del camión encontraron a 17 personas, entre las que obviamente se encontraba el bebé que lloraba y su mamá.
Además, según las fuentes, hallaron a otro niño de 2 años; una embarazada de 18 años y varios hombres oriundos de Chaco.
Esas personas viajaban en condiciones infrahumanas, pues sólo tenían unos viejos colchones sobre los que se turnaban para "descansar", añadieron los informantes.
Al hacer las averiguaciones pertinentes, los policías establecieron que el contingente de trabajadores golondrinas había estado en un viñedo de una finca de San Juan durante tres meses, donde vivieron en carpas y en deplorables condiciones higiénicas.
Los obreros dijeron que les pagaban 300 pesos por semana. Cuando fueron hallados por los uniformados regresaban a su lugar de origen, la ciudad chaqueña de General Pinedo, limítrofe con Santiago del Estero, según estableció personal de la División Trata de Personas de la Policía provincial.
El caso fue comunicado el juez federal de Santiago del Estero, Guillermo Molinari, quien dispuso la detención del camionero que los había contratado a los peones y a su acompañante, Exequiel Gutiérrez.
Los trabajadores fueron revisados por médicos de Sanidad Policial y posteriormente alojados en el Liceo Policial Coronel Juan Francisco Borges de esta capital, hasta que se les tomara declaración testimonial y pudieran regresar a sus hogares. (DYN)
La situación de trabajo esclavo fue detectada el sábado, alrededor de las 17, por dos efectivos que estaban apostados sobre la ruta nacional 89 sobre el acceso norte de la localidad de Brea Pozo, a unos 80 kilómetros al sur de la capital santiagueña, y hacían un control de rutina a un camión que viajaba de oeste a este.
Mientras revisaban la documentación personal del conductor y del vehículo, escucharon el llanto de un bebé, por lo que le pidieron al chofer que abriera la compuerta lateral del transporte, dado que el chofer Luis Gasque les había dicho que no llevaba carga sino solamente "cacharros".
Para sorpresa de los efectivos, en la parte posterior del camión encontraron a 17 personas, entre las que obviamente se encontraba el bebé que lloraba y su mamá.
Además, según las fuentes, hallaron a otro niño de 2 años; una embarazada de 18 años y varios hombres oriundos de Chaco.
Esas personas viajaban en condiciones infrahumanas, pues sólo tenían unos viejos colchones sobre los que se turnaban para "descansar", añadieron los informantes.
Al hacer las averiguaciones pertinentes, los policías establecieron que el contingente de trabajadores golondrinas había estado en un viñedo de una finca de San Juan durante tres meses, donde vivieron en carpas y en deplorables condiciones higiénicas.
Los obreros dijeron que les pagaban 300 pesos por semana. Cuando fueron hallados por los uniformados regresaban a su lugar de origen, la ciudad chaqueña de General Pinedo, limítrofe con Santiago del Estero, según estableció personal de la División Trata de Personas de la Policía provincial.
El caso fue comunicado el juez federal de Santiago del Estero, Guillermo Molinari, quien dispuso la detención del camionero que los había contratado a los peones y a su acompañante, Exequiel Gutiérrez.
Los trabajadores fueron revisados por médicos de Sanidad Policial y posteriormente alojados en el Liceo Policial Coronel Juan Francisco Borges de esta capital, hasta que se les tomara declaración testimonial y pudieran regresar a sus hogares. (DYN)
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