17 Julio 2014
CONVOCANTE. Cada salida de Tiger a practicar es seguido por una multitud.
HOYLAKE (Gran Bretaña).- La llegada del estadounidense Tiger Woods al club Royal Liverpool causó un gran alivio entre los organizadores del Abierto Británico, que a partir de hoy y hasta el domingo dará cita a los mejores golfistas del mundo para disputar el más antiguo de los majors.
Varias emisoras de televisión, organizadores, patrocinadores, aficionados e incluso rivales mostraron su satisfacción por el regreso de la gran estrella del golf a sólo tres meses de haberse sometido a una operación de espalda.
Pero el mismo Woods ya parecía no poder contener su ansiedad por volver al circuito. El estadounidense, desde que llegó a Hoylake, completó tres rondas. El golfista ya anticipó que para él sólo vale ganar la edición 143 del torneo.
Woods ganó en 2006 el último torneo que se realizó en Hoylake y ese triunfo quedó grabado en el Royal Liverpool Golf Club. Su padre había muerto dos meses antes y tras el último putt, cayó en brazos de su ex caddie Steve Williams y lloró desconsoladamente.
Los medios saben que la presencia de Woods es fundamental. El tercer major del año sin él no hubiera atraído a tantos espectadores. Pero no sólo para los medios es importante la presencia del ex N°1 del mundo.
“Es un golfista excepcional y me alegra que esté nuevamente jugando tras la pausa”, dijo el alemán Martin Kaymer. “Woods es muy importante para los patrocinadores, cadenas de televisión y aficionados. Él tuvo una gran influencia en el golf en los últimos 15 años”, agregó el alemán, ganador hace un mes del US Open.
En su regreso a la escena del “Grand Slam”, tras perderse los dos primeros “grandes”, Woods deberá medirse también al defensor del título Phil Mickelson. Si bien su compatriota lleva este año una discreta actuación sin un top 10 estuvo entre los 12 mejores en cuatro de los últimos ocho torneos. Por su parte, el N°1, el australiano Adam Scott, buscará esta vez el título en el Abierto que dejó pasar los últimos dos años. Argentina estará representada por el cordobés Ángel Cabrera. (DPA-Especial)
Varias emisoras de televisión, organizadores, patrocinadores, aficionados e incluso rivales mostraron su satisfacción por el regreso de la gran estrella del golf a sólo tres meses de haberse sometido a una operación de espalda.
Pero el mismo Woods ya parecía no poder contener su ansiedad por volver al circuito. El estadounidense, desde que llegó a Hoylake, completó tres rondas. El golfista ya anticipó que para él sólo vale ganar la edición 143 del torneo.
Woods ganó en 2006 el último torneo que se realizó en Hoylake y ese triunfo quedó grabado en el Royal Liverpool Golf Club. Su padre había muerto dos meses antes y tras el último putt, cayó en brazos de su ex caddie Steve Williams y lloró desconsoladamente.
Los medios saben que la presencia de Woods es fundamental. El tercer major del año sin él no hubiera atraído a tantos espectadores. Pero no sólo para los medios es importante la presencia del ex N°1 del mundo.
“Es un golfista excepcional y me alegra que esté nuevamente jugando tras la pausa”, dijo el alemán Martin Kaymer. “Woods es muy importante para los patrocinadores, cadenas de televisión y aficionados. Él tuvo una gran influencia en el golf en los últimos 15 años”, agregó el alemán, ganador hace un mes del US Open.
En su regreso a la escena del “Grand Slam”, tras perderse los dos primeros “grandes”, Woods deberá medirse también al defensor del título Phil Mickelson. Si bien su compatriota lleva este año una discreta actuación sin un top 10 estuvo entre los 12 mejores en cuatro de los últimos ocho torneos. Por su parte, el N°1, el australiano Adam Scott, buscará esta vez el título en el Abierto que dejó pasar los últimos dos años. Argentina estará representada por el cordobés Ángel Cabrera. (DPA-Especial)