07 Octubre 2014
RECUPERA CONFIANZA. Rivero ya estuvo en el banco y quiere pelear por un lugar.
Estuvo fuera del mapa mientras Osvaldo Bernasconi manejó el equipo. Por eso el ánimo de Facundo Rivero, el mismo que fuera una de las figuras de San Martín la temporada pasada, se vino abajo. “Todo lo que pasó me costó mucho, un montón. Sufrí por no poder estar y la verdad que fue feo para mí. No jugaba ni concentraba, miraba de afuera nomás. Por eso, que venga un DT nuevo y me lleve por lo menos al banco para mí es lo más importante”, se sincera el defensor, de alguna manera agradeciendo que Juan José López lo tuviera en cuenta ni bien puso un pie en La Ciudadela.
“Facu” concentró por primera vez en el torneo y fue al banco en el debut (ante San Jorge) de “JJ”, que lo puso otra vez en el menú de defensores considerados. “La verdad es que fue un cambio grande para mí; eso más que nada. Saber que llega un DT nuevo y me lleva al banco es algo motivante. Como que te dan ganas de seguir trabajando y esforzándote cada día más”, dice, volviendo a creer y necesitado de pelear un lugar, sabiendo que es su momento de mostrarse. “De demostrarle al cuerpo técnico nuevo que puedo estar. Y cuando me toque entrar, demostrar lo que yo sé”, aclara.
Rivero se sonríe cuando recuerda que a ese trabajo de presentación ya lo hizo, lo que le valió debutar en el primer equipo de la mano de Omar Marchese, tras la salida de Carlos Roldán y jugar con las posteriores llegadas de Juan Amador Sánchez y Arnaldo Sialle. Rivero fue figura. Era regular. Pero todo volvió a foja cero con el arribo de Bernasconi que, claro, en su lugar prefirió los jugadores que él mismo había solicitado para asumir el Federal A. Y Rivero nunca recibió explicaciones; eso lo golpeó también. “No me habló ni nos juntamos. Tampoco me dijo por qué no estaba o qué era lo que me hacía falta para jugar. La verdad, no sé qué habrá pasado”, reclama Rivero, reconociendo que la llegada de nuevos hombres también le jugó una mala pasada.
“En mi puesto somos varios y estuvo complicado para jugar. Pero esto también pasa en el fútbol, es algo normal. Sólo que hay que estar preparado porque si en un momento no estás en otro sí. Así que hay que bancarse lo que venga. A mí no me tocó estar con Bernasconi pero él ya no está más y ahora hay que respetar al DT nuevo. Por mi parte estoy tranquilo y siempre con ganas”, dice. Su fe y esperanzas están puestas en lo que viene y en dejar atrás los malos tragos. “Claro, porque son momentos difíciles sin jugar. Sin embargo yo seguí trabajando por mí, para estar. Bernasconi se fue. Ojalá ‘JJ’ me dé la oportunidad de poder jugar”, sueña.
“Facu” retribuyó la primera confianza de López al llevarlo al banco y luego reconoció otro gesto cuando el mismo DT se le acercó tras la práctica. “Cruzamos unas palabras por temas personales que ya había hablado con los dirigentes, no de fútbol sino problemas familiares”, contó Rivero, sincero, reservado y sobre todo agradecido.
“Facu” concentró por primera vez en el torneo y fue al banco en el debut (ante San Jorge) de “JJ”, que lo puso otra vez en el menú de defensores considerados. “La verdad es que fue un cambio grande para mí; eso más que nada. Saber que llega un DT nuevo y me lleva al banco es algo motivante. Como que te dan ganas de seguir trabajando y esforzándote cada día más”, dice, volviendo a creer y necesitado de pelear un lugar, sabiendo que es su momento de mostrarse. “De demostrarle al cuerpo técnico nuevo que puedo estar. Y cuando me toque entrar, demostrar lo que yo sé”, aclara.
Rivero se sonríe cuando recuerda que a ese trabajo de presentación ya lo hizo, lo que le valió debutar en el primer equipo de la mano de Omar Marchese, tras la salida de Carlos Roldán y jugar con las posteriores llegadas de Juan Amador Sánchez y Arnaldo Sialle. Rivero fue figura. Era regular. Pero todo volvió a foja cero con el arribo de Bernasconi que, claro, en su lugar prefirió los jugadores que él mismo había solicitado para asumir el Federal A. Y Rivero nunca recibió explicaciones; eso lo golpeó también. “No me habló ni nos juntamos. Tampoco me dijo por qué no estaba o qué era lo que me hacía falta para jugar. La verdad, no sé qué habrá pasado”, reclama Rivero, reconociendo que la llegada de nuevos hombres también le jugó una mala pasada.
“En mi puesto somos varios y estuvo complicado para jugar. Pero esto también pasa en el fútbol, es algo normal. Sólo que hay que estar preparado porque si en un momento no estás en otro sí. Así que hay que bancarse lo que venga. A mí no me tocó estar con Bernasconi pero él ya no está más y ahora hay que respetar al DT nuevo. Por mi parte estoy tranquilo y siempre con ganas”, dice. Su fe y esperanzas están puestas en lo que viene y en dejar atrás los malos tragos. “Claro, porque son momentos difíciles sin jugar. Sin embargo yo seguí trabajando por mí, para estar. Bernasconi se fue. Ojalá ‘JJ’ me dé la oportunidad de poder jugar”, sueña.
“Facu” retribuyó la primera confianza de López al llevarlo al banco y luego reconoció otro gesto cuando el mismo DT se le acercó tras la práctica. “Cruzamos unas palabras por temas personales que ya había hablado con los dirigentes, no de fútbol sino problemas familiares”, contó Rivero, sincero, reservado y sobre todo agradecido.