03 Enero 2015
CONCURSANTE DENUNCIADA. Casen (centro) dialoga con los consejeros. la gaceta / foto de rodolfo casen
El caso “Ganami” sumó un nuevo capítulo en virtud de la respuesta que dio Rosa Luz Casen, aspirante a directora de la Escuela Judicial del Consejo Asesor de la Magistratura (CAM), a la denuncia de violación de la ética profesional que había presentado Carmen Fontán, ganadora de ese concurso. Casen, que cerraba la terna para la dirección, negó haber intentado condicionar a los consejeros del CAM. Por mayoría, estos finalmente dieron el puesto a Fernando Ganami, que ocupaba el segundo lugar en la terna, y es ex asesor de la presidenta Claudia Sbdar y prosecretario con licencia designado en forma discrecional (la designación como director de la Escuela fue judicializada por Fontán).
“No cometí falta ética alguna en la nota que envié al comité académico del CAM (órgano a cargo de sustanciar los concursos correspondientes a la dirección y a la secretaría de la Escuela Judicial). Como surge de ese texto, el lenguaje es mesurado y respetuoso, discreto y correcto”, dijo Casen a las autoridades del Colegio de Abogados de la Capital en cuyo Tribunal de Ética y Disciplina tramita la denuncia que interpuso Fontán. La concursante manifestó que no atacó a la denunciante y que en el texto mencionado se limitó a transcribir el voto en disidencia del jurado Sergio Palacio, director de la Escuela Judicial de la Nación.
“El dictamen de Palacio era contundente y rotundo en cuanto a que era la única que cumplía con los requerimientos necesarios para gestionar una institución de formación”, explicó. Y añadió que había pedido que el CAM tenga en cuenta la disidencia. “Es con Palacio con quien tiene que arreglar cuentas Fontán”, dijo.
En la misiva en cuestión, la postulante Casen además declaró que respetaba a las autoridades del CAM, y defendió los concursos de la Escuela y la postulación de Ganami. Este había quedado en el centro de la polémica en virtud de la divulgación del convenio de cooperación institucional que lo une a Diego Duquelsky Gómez, miembro del jurado del concurso de secretario del CAM (tanto Ganami, que salió primero en ese proceso, como Duquelsky Gómez dijeron que no habían tenido un trato que justificase una excusación o recusación).
En la misma época se supo que, con la excepción de la secretaria Sofía Nacul, todos los demás empleados del CAM habían sido nombrados por decisión discrecional de los consejeros, pese a que el reglamento dispone el ingreso por concurso. Luego de leer la presentación de Casen en voz alta, en la sesión previa a la entrevista de Fontán, Ganami y Casen, los consejeros resolvieron publicitar el documento.
“Presión mediática”
“Entendí bien? Dijo que mi presentación fue un intento de condicionar a quienes debían resolver el concurso???? Sólo porque pedí que tuvieran en cuenta un voto del jurado citándolo textualmente???”, expresó Casen al Colegio de Abogados (los signos de interrogación son de ella). Y luego ironizó: “intento de condicionar al jurado sería, por ejemplo, que diera declaraciones a programas de televisión; que, con el fin de ‘sacar del medio’ a los competidores que considerara con muchas posibilidades de ganar, interpusiera denuncias éticas con el propósito espurio de dañarlos en sus reconocidos prestigios (...); que recurriera a la prensa a llevar mis presentaciones valiéndome de algún periodista que me ofreciera o yo le pidiera presión mediática (...) Eso es intento de condicionar una decisión”.
Hacia el final de su contestación, Casen, que era miembro del Tribunal de Ética al momento de la denuncia de Fontán, pidió el archivo del asunto porque, según su criterio, el Colegio de Abogados no tiene jurisdicción para fiscalizar la ética de los letrados que concursan en el Consejo Asesor de la Magistratura.
“No cometí falta ética alguna en la nota que envié al comité académico del CAM (órgano a cargo de sustanciar los concursos correspondientes a la dirección y a la secretaría de la Escuela Judicial). Como surge de ese texto, el lenguaje es mesurado y respetuoso, discreto y correcto”, dijo Casen a las autoridades del Colegio de Abogados de la Capital en cuyo Tribunal de Ética y Disciplina tramita la denuncia que interpuso Fontán. La concursante manifestó que no atacó a la denunciante y que en el texto mencionado se limitó a transcribir el voto en disidencia del jurado Sergio Palacio, director de la Escuela Judicial de la Nación.
“El dictamen de Palacio era contundente y rotundo en cuanto a que era la única que cumplía con los requerimientos necesarios para gestionar una institución de formación”, explicó. Y añadió que había pedido que el CAM tenga en cuenta la disidencia. “Es con Palacio con quien tiene que arreglar cuentas Fontán”, dijo.
En la misiva en cuestión, la postulante Casen además declaró que respetaba a las autoridades del CAM, y defendió los concursos de la Escuela y la postulación de Ganami. Este había quedado en el centro de la polémica en virtud de la divulgación del convenio de cooperación institucional que lo une a Diego Duquelsky Gómez, miembro del jurado del concurso de secretario del CAM (tanto Ganami, que salió primero en ese proceso, como Duquelsky Gómez dijeron que no habían tenido un trato que justificase una excusación o recusación).
En la misma época se supo que, con la excepción de la secretaria Sofía Nacul, todos los demás empleados del CAM habían sido nombrados por decisión discrecional de los consejeros, pese a que el reglamento dispone el ingreso por concurso. Luego de leer la presentación de Casen en voz alta, en la sesión previa a la entrevista de Fontán, Ganami y Casen, los consejeros resolvieron publicitar el documento.
“Presión mediática”
“Entendí bien? Dijo que mi presentación fue un intento de condicionar a quienes debían resolver el concurso???? Sólo porque pedí que tuvieran en cuenta un voto del jurado citándolo textualmente???”, expresó Casen al Colegio de Abogados (los signos de interrogación son de ella). Y luego ironizó: “intento de condicionar al jurado sería, por ejemplo, que diera declaraciones a programas de televisión; que, con el fin de ‘sacar del medio’ a los competidores que considerara con muchas posibilidades de ganar, interpusiera denuncias éticas con el propósito espurio de dañarlos en sus reconocidos prestigios (...); que recurriera a la prensa a llevar mis presentaciones valiéndome de algún periodista que me ofreciera o yo le pidiera presión mediática (...) Eso es intento de condicionar una decisión”.
Hacia el final de su contestación, Casen, que era miembro del Tribunal de Ética al momento de la denuncia de Fontán, pidió el archivo del asunto porque, según su criterio, el Colegio de Abogados no tiene jurisdicción para fiscalizar la ética de los letrados que concursan en el Consejo Asesor de la Magistratura.