25 Enero 2015
El agravamiento de los problemas económicos de Venezuela, en particular la debilidad del bolívar y los restrictivos controles cambiarios, han afectado las ganancias de empresas estadounidenses en el cuarto trimestre de 2014 y probablemente causarán más dificultades en 2015.
En un indicio probable de lo que se viene para varias empresas en esta temporada de resultados, Ford Motor anunció el viernes que iba a asumir un cargo antes de impuestos por U$S 800 millones por su negocio en Venezuela.
Ford culpa a los controles cambiarios de haber limitado la capacidad de sus operaciones en Venezuela de pagar los dividendos y obligaciones en dólares estadounidenses. La automotriz no podía mantener la producción normal en Venezuela con lo limitada que está la disponibilidad de piezas para los vehículos. También el fabricante de productos de higiene y consumo masivo Kimberly-Clark informó que como resultado de la variación en el tipo de cambio en Venezuela registró un cargo por U$S 462 millones en el trimestre. Kimberly-Clark responsabilizó a la incertidumbre y a la falta de liquidez en Venezuela por la decisión.
El miércoles, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que reformará los complejos controles monetarios en el país, donde los dólares se venden por cerca de 184 bolívares por billete verde en el mercado negro, y conviven además tres mecanismos cambiarios que van desde una tasa oficial de 6,3 bolívares a otras dos de 12 y 52 bolívares por dólar.
Maduro indicó que las dos últimas tasas serán fusionadas, aunque no precisó a cuánto o cómo funcionará el nuevo mecanismo.
El heredero político del fallecido Hugo Chávez, anunció que también se creará un nuevo tercer mecanismo para ofrecer dólares a través de operadores privados, que intentará sustituir al mercado paralelo. Las últimas medidas podrían tomar desprevenidas a algunas empresas, en particular respecto al tamaño del golpe que podrían tener que asumir en sus ganancias mientras reevalúan sus activos a una tasa cambiaria mucho más débil en bolívares.
En un contexto de inflación alta, las empresas requieren la aprobación de Caracas para subir los precios. A veces esa aprobación se demora o las alzas de precios no se ajustan a una tasa de inflación a 12 meses que hoy es cercana al 64%, lo que amenaza con producirles pérdidas por la disparidad entre costos e ingresos. En el último año, antes del anuncio de Maduro, algunas empresas estadounidenses como Procter & Gamble, General Motors, Baker Hughes Inc y Brink’s ya habían reportado daños financieros vinculados al bolívar.
En un indicio probable de lo que se viene para varias empresas en esta temporada de resultados, Ford Motor anunció el viernes que iba a asumir un cargo antes de impuestos por U$S 800 millones por su negocio en Venezuela.
Ford culpa a los controles cambiarios de haber limitado la capacidad de sus operaciones en Venezuela de pagar los dividendos y obligaciones en dólares estadounidenses. La automotriz no podía mantener la producción normal en Venezuela con lo limitada que está la disponibilidad de piezas para los vehículos. También el fabricante de productos de higiene y consumo masivo Kimberly-Clark informó que como resultado de la variación en el tipo de cambio en Venezuela registró un cargo por U$S 462 millones en el trimestre. Kimberly-Clark responsabilizó a la incertidumbre y a la falta de liquidez en Venezuela por la decisión.
El miércoles, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que reformará los complejos controles monetarios en el país, donde los dólares se venden por cerca de 184 bolívares por billete verde en el mercado negro, y conviven además tres mecanismos cambiarios que van desde una tasa oficial de 6,3 bolívares a otras dos de 12 y 52 bolívares por dólar.
Maduro indicó que las dos últimas tasas serán fusionadas, aunque no precisó a cuánto o cómo funcionará el nuevo mecanismo.
El heredero político del fallecido Hugo Chávez, anunció que también se creará un nuevo tercer mecanismo para ofrecer dólares a través de operadores privados, que intentará sustituir al mercado paralelo. Las últimas medidas podrían tomar desprevenidas a algunas empresas, en particular respecto al tamaño del golpe que podrían tener que asumir en sus ganancias mientras reevalúan sus activos a una tasa cambiaria mucho más débil en bolívares.
En un contexto de inflación alta, las empresas requieren la aprobación de Caracas para subir los precios. A veces esa aprobación se demora o las alzas de precios no se ajustan a una tasa de inflación a 12 meses que hoy es cercana al 64%, lo que amenaza con producirles pérdidas por la disparidad entre costos e ingresos. En el último año, antes del anuncio de Maduro, algunas empresas estadounidenses como Procter & Gamble, General Motors, Baker Hughes Inc y Brink’s ya habían reportado daños financieros vinculados al bolívar.