¿Puede una carrera tener la potestad de erigirse en sí misma en refundadora de una disciplina? Pasará el tiempo y, tal vez algún día, quienes recuerden hitos tucumanos pisteros, mirarán con una sonrisa lo que hicieron ayer Mohamed y Ortega. Brillaron; lo pusieron todo; se respetaron. Iniciaron por fin un clásico que amagó con armarse en todo 2014. ¿Algo más? Sí. Quizás ninguno de los dos se dio cuenta, pero que se tome nota: lo que hicieron debe ser el mojón para el futuro de nuestro automovilismo de pista. ¿Se entiende? Pues, manos a la obra.

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