En El Colmenar todavía no despejaron las calles

Los vecinos se sienten abandonados por el municipio: dijeron que sólo les dieron una botella de agua y un pan dulce luego de la tormenta.

DESOLADO. El pasaje Sarmiento está intransitable por la cantidad de barro que dejó el desborde del canal. la gaceta / foto de inés quinteros orio DESOLADO. El pasaje Sarmiento está intransitable por la cantidad de barro que dejó el desborde del canal. la gaceta / foto de inés quinteros orio
10 Marzo 2015
Los ladridos y el llanto de su perro la despertaron en la madrugada del sábado. Cuando Carolina Vellicce bajó de la cama para ir a ver qué le sucedía a su mascota, se dio con que el agua le llegaba a la rodilla. Comenzó a gritar para avisar a su marido que el canal Norte había desbordado. Estaba resbaloso y a duras penas pudo deslizarse para despertar a los chicos y tratar de sacarlos de la casa. Cuando abrió la puerta de entrada, una ola la empujó y tiró algunos muebles y la heladera. Pero con tenacidad logró llegar hasta un punto alto del puente de avenida Juan B. Justo y resguardar a los cinco chicos, que tienen entre 15 y 2 años. Así comenzó la pesadilla que vivió Carolina, una vecina de El Colmenar que cuando vuelve a contar lo que le pasó no puede evitar las lágrimas. Tiene miedo de que todo eso vuelva a ocurrir y los agarre desprevenidos.

Debido a la fuerte tormenta del sábado a la madrugada se desbordaron los canales Sur y Norte, y lo que le sucedió a la familia Vellicce se repitió en varios sectores del desagüe. Las consecuencias fueron calles intransitables repletas de barro y basura, familias que perdieron todo en sus casas a causa de los anegamientos y puentes a punto de colapsar.

“Mi marido logró sacar a mis padres, de 80 y 83 años, pero no pudo hacer nada con el taller mecánico: el agua se llevó las herramientas y arruinó todo lo demás. Es nuestro único sustento como familia. Estamos devastados”, describió Carolina. También destacó la buena voluntad de los vecinos que le acercaron algo de ropa, comida y zapatillas. “Nos dieron fideos y agua mineral, pero no tengo en dónde cocinarles a mis hijos”, lamentó.

Cristina Medina, que coordina un grupo del Plan Argentina Trabaja, comentó que ayer en El Colmenar estaban relevando los daños y a las familias afectadas por la tormenta del sábado. Además indicó que el domingo trabajaron en la zona, limpiando calles y sacando el barro, pero que la tormenta de ese mismo día a la noche borró todo lo hecho hasta ese momento.

En el pasaje Sarmiento, también del barrio El Colmenar, hasta ayer todo estaba cubierto de barro. Luis Roberto Luna, vecino del lugar, comentó que están enfurecidos por la falta de atención de parte de los Gobiernos municipal y provincial, que sólo les acercaron una botella de agua mineral y un pan dulce a cada familia.

Además dijo que una máquina trabajó el domingo sacando el barro, pero ayer no había vuelto. Por estos motivos cortaron el puente de ingreso a El Colmenar. “Nadie duerme por el miedo que tenemos de que vuelva a desbordarse el canal”, confesó Luna, y recordó que el sábado una pareja amaneció trepada a una higuera porque su casa estaba llena de agua. Otra vecina advirtió que hace dos meses presentó una nota en el municipio alertando que había placas de hormigón sueltas en el canal y eso podría obstruir el paso del agua. “Sucedió lo que habíamos dicho y nadie hizo nada al respecto”, se quejó Ana María Galván.

CAMINO DEL PERÚ Y MATE DE LUNA
Vialidad y el municipio capitalino trabajan para habilitar el paso

Operarios de Vialidad de la Provincia y de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán trabajaban ayer en el Camino del Perú para reparar los daños que ocasionó el desborde del canal Sur luego de la tormenta de la madrugada del sábado. Atilio Belloni, subsecretario de Obras Públicas municipal, indicó que para despejar la calle de los escombros y el barro fue necesario cortar la trocha este, entre avenida Mate de Luna y San Martín. El corte continuará en los próximos días.

RÍO MUERTO- YERBA BUENA
Los vecinos que viven cerca del cauce armaron guardias nocturnas

Los vecinos temen que vuelva a ocurrir lo mismo que el sábado pasado, cuando la tormenta revivió al río Muerto (foto) y la crecida arrasó con todo lo que había cerca. Por este motivo armaron guardias nocturnas, para que avisen si hay signos de que se viene la crecida, según comentaron Lourdes Pistán y Cristina Liendo, quienes viven allí. Por otra parte, desde el municipio informaron que se habilitó el centro asistencial Carrillo como lugar de recepción de donaciones para los damnificados.

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