San Martín venció a Andino en tiempo de descuento

Los tres puntos que ayer logró el "Santo" ante los riojanos, sólo sirven para las estadísticas. Los goles.

FESTEJO. Braian Uribe (9) y Carlos Ponce van a buscar a Diego Bucci para celebrar el gol de penal que marcó. la gaceta / foto de héctor peralta FESTEJO. Braian Uribe (9) y Carlos Ponce van a buscar a Diego Bucci para celebrar el gol de penal que marcó. la gaceta / foto de héctor peralta
Los tres puntos que ayer logró San Martín ante un modestisimo Andino de La Rioja, sólo sirven para las estadísticas. Todo lo que ocurrió en La Ciudadela no hizo otra cosa más que generar preocupación y justo cuando comienza lo más importante del certamen.

Más allá de que ganó 2-1, el equipo volvió a evidenciar una alarmante falta de ideas futbolísticas como para desequilibrar a un adversario considerado como uno de los más modestos del certamen. Con el simple argumento de luchar cada pelota como si fuera la última, los riojanos se las idearon para desnudar una preocupante apatía futbolística en un conjunto como San Martín, que por pergaminos e historia está obligado a ser uno de los protagonista en la lucha por el primer ascenso.

Era un encuentro ideal para que el técnico Sebastián Pena pudiera ensayar algunas variantes con miras al futuro. Si tenemos en cuenta lo observado en estos 90 minutos, seguramente el entrenador se habrá ido más que preocupado por no haber tenido los resultados esperados.

Que un equipo como el “santo” haya dependido de jugadas de pelotas paradas para inquietar al seguro Cristian Reyes es un argumento escaso por la diferencia que existe con su oponente de turno. Prueba de ello es que Darío Cajaravilla terminó siendo el jugador que más inquietó al golero visitante.

En esta ocasión, San Martín careció de hombre que se pusiera el equipo al hombro y manejara la pelota con cierto criterio. En la primera parte, Jesús Soraire no pudo cumplir ese cometido acertadamente y el equipo lo sintió. A raíz de ello, el local apostó a pelotazos para que los delanteros hagan prevalecer su potencia ante una zaga que se las ingenió para no dejar espacios libres.

En el complemento, nada mejoró porque al local no se le cayó ni una idea como para llegar en forma asociada al área visitante. La fiesta que organizaron los hinchas en las tribunas en ningún momento contagió a un equipo al que le cuesta adquirir el nivel futbolístico que se le exige. Por ese motivo los fanáticos, que saben lo que se viene, se fueron muy preocupados.

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