25 Agosto 2015
AFUERA. Darío Cajaravilla será baja en el partido del sábado ante Chaco For Ever. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA (ARCHIVO)
El presente de San Martín, en lo deportivo, es más que preocupante después de la respuesta futbolística que se le observó en el partido del domingo, cuando fue derrotado a Unión Sunchales.
¿Qué pasó para que el equipo experimentara semejante bajón en su juego? En primer término, quedó reducida a una mínima expresión la solidez colectiva que tanto se le elogió a partir de la llegada de Sebastián Pena. Esto había permitido que la valla defendida por Nicolás Carrizo se mantuviera imbatida varias fechas. Pero a partir de la fecha 16, cuando Gustavo Balvorín cortó esa racha invicta, en las restantes seis jornadas le anotaron ocho tantos. Demasiado.
Otros de los factores que acentuaron el debacle fue que los delanteros estuvieron con la pólvora mojada en los últimos compromisos. Un ejemplo claro de esa ineficacia ofensiva es que Iván Agudiak, el goleador del equipo con nueve conquistas, en los últimos 810 minutos sólo pudo anotar dos goles. Es indudable que cuando “Iván, el terrible” estuvo finito para convertir, algunas deficiencias en el juego quedaron ocultas por los triunfos recogidos.
“No ligamos nada”
César Albornoz Voss es uno de los que mayor poder de autocrítica tiene el plantel “santo”. “Somos conscientes que no estamos jugando bien, pero es indudable que nos está faltando esa cuota de suerte que necesita todo equipo. Nuestros rivales, en cambio, llegan poco pero no nos perdonan”, dijo el marcador central.
El defensor comprende la bronca de los simpatizantes “santos” por lo que el equipo le brinda dentro del campo de juego. “Ellos tienen toda la razón del mundo en exteriorizar su descontento. Los comprendo porque aparte de jugador soy hincha de este club. Antes lo sufría desde las tribunas. Lo que pasa es que ellos están cansados de estar en una categoría que no se condice con la rica historia de esta institución. Nos hacemos cargo de este mal momento”, señaló el zaguero que se imagina que el sábado próximo, cuando enfrenten a Chaco For Ever, el estadio va a ser una verdadera caldera. “No se aguantará una nueva frustración”, señaló.
En La Ciudadela, saben que el margen de error en lo que resta del Tetradecagonal quedó reducido a la mínima expresión. Aunque confiesan que mientras matemáticamente tengas chances, no bajarán la guardia, hay que reconocer que las posibilidades de estar en la lucha por el primer ascenso son remotas.
San Martín ya no depende de si mismo y está obligado a no dejar ningún punto en el camino de los 27 que todavía quedar por jugarse y esperar que una serie de resultados lo termine beneficiando. No es una empresa fácil, pero los integrantes del plantel se muestran decididos a dar pelea.
El tiempo será un fiel testigo de la suerte de los “santos” en lo que resta de la temporada.
¿Qué pasó para que el equipo experimentara semejante bajón en su juego? En primer término, quedó reducida a una mínima expresión la solidez colectiva que tanto se le elogió a partir de la llegada de Sebastián Pena. Esto había permitido que la valla defendida por Nicolás Carrizo se mantuviera imbatida varias fechas. Pero a partir de la fecha 16, cuando Gustavo Balvorín cortó esa racha invicta, en las restantes seis jornadas le anotaron ocho tantos. Demasiado.
Otros de los factores que acentuaron el debacle fue que los delanteros estuvieron con la pólvora mojada en los últimos compromisos. Un ejemplo claro de esa ineficacia ofensiva es que Iván Agudiak, el goleador del equipo con nueve conquistas, en los últimos 810 minutos sólo pudo anotar dos goles. Es indudable que cuando “Iván, el terrible” estuvo finito para convertir, algunas deficiencias en el juego quedaron ocultas por los triunfos recogidos.
“No ligamos nada”
César Albornoz Voss es uno de los que mayor poder de autocrítica tiene el plantel “santo”. “Somos conscientes que no estamos jugando bien, pero es indudable que nos está faltando esa cuota de suerte que necesita todo equipo. Nuestros rivales, en cambio, llegan poco pero no nos perdonan”, dijo el marcador central.
El defensor comprende la bronca de los simpatizantes “santos” por lo que el equipo le brinda dentro del campo de juego. “Ellos tienen toda la razón del mundo en exteriorizar su descontento. Los comprendo porque aparte de jugador soy hincha de este club. Antes lo sufría desde las tribunas. Lo que pasa es que ellos están cansados de estar en una categoría que no se condice con la rica historia de esta institución. Nos hacemos cargo de este mal momento”, señaló el zaguero que se imagina que el sábado próximo, cuando enfrenten a Chaco For Ever, el estadio va a ser una verdadera caldera. “No se aguantará una nueva frustración”, señaló.
En La Ciudadela, saben que el margen de error en lo que resta del Tetradecagonal quedó reducido a la mínima expresión. Aunque confiesan que mientras matemáticamente tengas chances, no bajarán la guardia, hay que reconocer que las posibilidades de estar en la lucha por el primer ascenso son remotas.
San Martín ya no depende de si mismo y está obligado a no dejar ningún punto en el camino de los 27 que todavía quedar por jugarse y esperar que una serie de resultados lo termine beneficiando. No es una empresa fácil, pero los integrantes del plantel se muestran decididos a dar pelea.
El tiempo será un fiel testigo de la suerte de los “santos” en lo que resta de la temporada.
Temas
Torneo Federal A 2015