19 Septiembre 2015
El valor de la tierra agrícola se derrumbó un 25% en los últimos tres años, tocando su valor más bajo desde 2010, según datos difundidos por Reporte Inmobiliario y que se presentaron en la Jornada Nacional de Actualización Inmobiliaria organizada por la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR). “En zonas marginales se estima que la reducción de valor es de 35%, o más, en el mismo período”, agrega el estudio.
Según el informe, un campo con uso agrícola tiene hoy un valor, en promedio para todo el país, menor a los U$S 13.000/ha, lo que significa una caída del precio en un 5%. Desde 2012, que el guarismo tocó un techo de U$S 17.000/ha, fue disminuyendo sin freno hasta U$S 15.000, en 2013, y U$S 13.500 el año pasado. La cifra actual es también menor a 2011, cuando rondaba los U$S 16.000/ha; y al piso anterior de U$S 13.000, de 2010.
Según el presidente de la Cámara de Inmobiliarias Rurales, Cristian Beláustegui, el estancamiento de los países emergentes, que provocó una estabilización en la demanda internacional de alimentos y una baja en los precios de los comodities, repercuten directa y negativamente sobre el valor de los activos rurales.
“Luego de un período de ocho años de permanente alza en el valor de la tierra (2002 a 2010), que generó una rentabilidad importante por la sola tenencia de la tierra, se presentan tres años de baja constante (2013 a 2015) y sin elementos que permitan prever una reversión de la tendencia en el corto plazo”, destaca el informe. Esta reducción de valores también se trasladó a los campos de cría, aunque en menor magnitud. (La Voz del Interior)
Según el informe, un campo con uso agrícola tiene hoy un valor, en promedio para todo el país, menor a los U$S 13.000/ha, lo que significa una caída del precio en un 5%. Desde 2012, que el guarismo tocó un techo de U$S 17.000/ha, fue disminuyendo sin freno hasta U$S 15.000, en 2013, y U$S 13.500 el año pasado. La cifra actual es también menor a 2011, cuando rondaba los U$S 16.000/ha; y al piso anterior de U$S 13.000, de 2010.
Según el presidente de la Cámara de Inmobiliarias Rurales, Cristian Beláustegui, el estancamiento de los países emergentes, que provocó una estabilización en la demanda internacional de alimentos y una baja en los precios de los comodities, repercuten directa y negativamente sobre el valor de los activos rurales.
“Luego de un período de ocho años de permanente alza en el valor de la tierra (2002 a 2010), que generó una rentabilidad importante por la sola tenencia de la tierra, se presentan tres años de baja constante (2013 a 2015) y sin elementos que permitan prever una reversión de la tendencia en el corto plazo”, destaca el informe. Esta reducción de valores también se trasladó a los campos de cría, aunque en menor magnitud. (La Voz del Interior)
Lo más popular
