27 Abril 2016
¿Es ella la cara del dolor de Beyoncé? Una diseñadora californiana llamada Rachel Roy es la principal sospechosa de haber sido el amorío de Jay-Z que derivó en la ruptura de la pareja de artistas y, como consecuencia extraordinaria, en la última creación de la cantante, “Lemonade”, al que ya definen como su mejor álbum.
Roy se las está viendo muy oscuras por estas horas ya que, luego de que su nombre saliera a la luz bajo la apariencia de “la otra”, los fanáticos de Beyoncé la han atacado por cuanta red social lograron ubicarla. La situación llegó a un punto tal que la diseñadora debió hacer privada sus cuentas. El lunes escribió en Twitter que no toleraba más los insultos: “yo respeto el amor, los matrimonios, la familia y la fortaleza. Lo que no debe ser tolerado por nadie, sin importar las circunstancias, es el bullying”.
Roy estuvo casada con Damon Dash, quien fue socio y compañero de negocios de Jay-Z desde 2005 hasta 2009.
Una bofetada
El disco de “Queen B” es un homenaje a las mujeres negras y un trueno en la relación con su marido, un ajuste de cuentas por su infidelidad y, a la vez, una declaración de amor. “Él sólo me quiere cuando no estoy. Mejor llamar a Becky con sus lindos cabellos”, canta la artista, de 34 años, en “Sorry”. Es sólo una de las frases de una Beyoncé que se muestra profundamente herida. “¿Me engañas? -pregunta en otro momento-. Puedo oler tus secretos”.
Que Beyoncé haya decidido editar este álbum, acompañado de una película de una hora, y exponer públicamente estas acusaciones no puede interpretarse de otra forma más que como una bofetada a su pareja, de 46 años. Además lo publicó en exclusiva en Tidal, la empresa de streaming musical de Jay-Z, donde se promociona como un proyecto acerca “del camino de cada mujer hacia el autorreconocimiento y la curación”.
Los 11 pasos de este proceso, que se actúan y cantan en el filme del director Khalil Joseph, los reconoce todo aquel que haya sufrido un engaño: desde las oscuras sospechas a la furia desnuda, la indiferencia, el vacío interior, el perdón y al final la esperanza de que la relación pueda sobrevivir. El título del álbum alude a Hattie White, la abuela de Jay-Z, que cuando cumplió 90 años dijo en un discurso: “las cosas fueron bien y mal, pero siempre encontré la fuerza interior para levantarme. Recibí limones, pero hice limonada”.
Roy se las está viendo muy oscuras por estas horas ya que, luego de que su nombre saliera a la luz bajo la apariencia de “la otra”, los fanáticos de Beyoncé la han atacado por cuanta red social lograron ubicarla. La situación llegó a un punto tal que la diseñadora debió hacer privada sus cuentas. El lunes escribió en Twitter que no toleraba más los insultos: “yo respeto el amor, los matrimonios, la familia y la fortaleza. Lo que no debe ser tolerado por nadie, sin importar las circunstancias, es el bullying”.
Roy estuvo casada con Damon Dash, quien fue socio y compañero de negocios de Jay-Z desde 2005 hasta 2009.
Una bofetada
El disco de “Queen B” es un homenaje a las mujeres negras y un trueno en la relación con su marido, un ajuste de cuentas por su infidelidad y, a la vez, una declaración de amor. “Él sólo me quiere cuando no estoy. Mejor llamar a Becky con sus lindos cabellos”, canta la artista, de 34 años, en “Sorry”. Es sólo una de las frases de una Beyoncé que se muestra profundamente herida. “¿Me engañas? -pregunta en otro momento-. Puedo oler tus secretos”.
Que Beyoncé haya decidido editar este álbum, acompañado de una película de una hora, y exponer públicamente estas acusaciones no puede interpretarse de otra forma más que como una bofetada a su pareja, de 46 años. Además lo publicó en exclusiva en Tidal, la empresa de streaming musical de Jay-Z, donde se promociona como un proyecto acerca “del camino de cada mujer hacia el autorreconocimiento y la curación”.
Los 11 pasos de este proceso, que se actúan y cantan en el filme del director Khalil Joseph, los reconoce todo aquel que haya sufrido un engaño: desde las oscuras sospechas a la furia desnuda, la indiferencia, el vacío interior, el perdón y al final la esperanza de que la relación pueda sobrevivir. El título del álbum alude a Hattie White, la abuela de Jay-Z, que cuando cumplió 90 años dijo en un discurso: “las cosas fueron bien y mal, pero siempre encontré la fuerza interior para levantarme. Recibí limones, pero hice limonada”.
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