07 Junio 2016
Los industriales azucareros volvieron a apostar al mercado internacional
Un agente exportador afirmó que la agroindustria local debe establecer un esquema de abastecimiento de 12 meses Los ingenios se volcaron al comercio exterior, atraídos por el alza de los precios. Las empresas exportaron más de 160.000 toneladas de azúcar entre mayo y en lo que va de este mes. La salida de ese stock a la plaza mundial también fue un incentivo para tonificar el valor interno de la bolsa de 50 kilos. No hubo acuerdo por el esquema de pago a los cañeros por el bioetanol
MESA SUCROALCOHOLERA. Se reunieron ayer industriales, cañeros y funcionarios nacionales y provinciales. Prensa y Comunicación Ministerio de Agroindustria
A través de acuerdos privados, avalados por los gobiernos nacional y provincial, la agroindustria azucarera ha apostado ha las exportaciones para poder impulsar el precio del azúcar en el mercado interno. Pero esa jugada de los industriales tuvo a la vez un factor secundario, pero también importante: el mercado internacional ha mostrado una recuperación sostenida, a partir de la suba de los valores externos. El comercio global volvió así a ser atractivo.
Los industriales habían consensuado en mayo enviar al mercado externo -hasta agosto de este año- unas 350.000 toneladas, entre azúcar de la campaña 2015 y de la producción 2016. Eso iba a permitir, según el sector, revertir el sobrestock en la plaza nacional, el factor principal del derrumbe del valor de la bolsa de 50 kilos en los últimos años. Semanas después, el precio interno logró un impulso ante ese panorama. A ello se sumó la reforma de la ley azucarera, que obliga a todas las empresas exportar azúcar y no poder reemplazar el cupo con la producción de bioetanol.
A partir de las actuales cifras internacionales, exportar se hizo atractivo. “El precio del azúcar ha subido el 80%, aproximadamente, desde principios de 2016. Esto implicó un precio puesto en Tucumán -se descuenta el costo del transporte, la bajada a puerto, guarda del azúcar y carguío del producto al buque- de U$S 310 la tonelada, o sea $ 4,34 por kilogramo de azúcar, lo que es equivalente a un precio de $ 262 la bolsa en Tucumán”, explicó Julio Colombres, titular del Centro Azucarero Regional de Tucumán (CART), cámara que representa a ingenios locales.
El empresario agregó que la bolsa de azúcar blanco común “puesta” en Tucumán con destino Chile, se ubicó en el orden de los U$S 400 la tonelada, un 30% más cara que el crudo. “En la conversión del valor internacional al mercado interno, se comercializa en torno de los $ 340. Favorece a la tonificación del precio en el mercado interno la salida de azúcar”, añadió Colombres. El valor en la plaza nacional oscila entre los $ 280.
El aumento de la demanda mundial, que derivó en un ciclo deficitario (la oferta global es menor), impulsó al comercio exterior. “Los valores deberían mantenerse en los actuales niveles durante este y los siguientes años. Esta alza, además, se han fortalecido por el ingreso de capitales ‘golondrinas’, los que al no tener tendencias alcistas en carburantes y metales, tienden a refugiarse en commodities alimentarios, sobre todo, los de primera necesidad al tener una demanda más inelástica”, remarcó Eduardo Lepe, gerente general de Asecomex SA, compañía de comercio exterior chilena.
El especialista comercial dijo que si la Argentina incrementara sus excedentes de exportación, se beneficiaría con el alza de precios mundiales. “Para fortalecerse como exportador, el agro argentino necesita políticas estables y claras en el tiempo”, enfatizó.
En el actual régimen azucarero provincial, los cañeros tienen la posibilidad de cerrar acuerdos comerciales con los ingenios y también con terceros agentes. En esa línea, Lepe afirmó que los productores, de una u otra forma, están indexados a los precios internacionales. “El alza de precios internacionales, tarde o temprano, debe reflejarse en los precios que ellos (por los cañeros) obtengan del ingenio o agente exportador de sus cuotas”, añadió el agente, aunque aclaró que el negocio de exportación de los agricultores es complementario al que desarrollan los ingenios.
Lepe marcó como desafío que la agroindustria azucarera debe planificar un abastecimiento por 12 meses y no sólo en periodo de zafra, y generar volúmenes en calidades estandarizadas y certificadas.
Los industriales habían consensuado en mayo enviar al mercado externo -hasta agosto de este año- unas 350.000 toneladas, entre azúcar de la campaña 2015 y de la producción 2016. Eso iba a permitir, según el sector, revertir el sobrestock en la plaza nacional, el factor principal del derrumbe del valor de la bolsa de 50 kilos en los últimos años. Semanas después, el precio interno logró un impulso ante ese panorama. A ello se sumó la reforma de la ley azucarera, que obliga a todas las empresas exportar azúcar y no poder reemplazar el cupo con la producción de bioetanol.
A partir de las actuales cifras internacionales, exportar se hizo atractivo. “El precio del azúcar ha subido el 80%, aproximadamente, desde principios de 2016. Esto implicó un precio puesto en Tucumán -se descuenta el costo del transporte, la bajada a puerto, guarda del azúcar y carguío del producto al buque- de U$S 310 la tonelada, o sea $ 4,34 por kilogramo de azúcar, lo que es equivalente a un precio de $ 262 la bolsa en Tucumán”, explicó Julio Colombres, titular del Centro Azucarero Regional de Tucumán (CART), cámara que representa a ingenios locales.
El empresario agregó que la bolsa de azúcar blanco común “puesta” en Tucumán con destino Chile, se ubicó en el orden de los U$S 400 la tonelada, un 30% más cara que el crudo. “En la conversión del valor internacional al mercado interno, se comercializa en torno de los $ 340. Favorece a la tonificación del precio en el mercado interno la salida de azúcar”, añadió Colombres. El valor en la plaza nacional oscila entre los $ 280.
El aumento de la demanda mundial, que derivó en un ciclo deficitario (la oferta global es menor), impulsó al comercio exterior. “Los valores deberían mantenerse en los actuales niveles durante este y los siguientes años. Esta alza, además, se han fortalecido por el ingreso de capitales ‘golondrinas’, los que al no tener tendencias alcistas en carburantes y metales, tienden a refugiarse en commodities alimentarios, sobre todo, los de primera necesidad al tener una demanda más inelástica”, remarcó Eduardo Lepe, gerente general de Asecomex SA, compañía de comercio exterior chilena.
El especialista comercial dijo que si la Argentina incrementara sus excedentes de exportación, se beneficiaría con el alza de precios mundiales. “Para fortalecerse como exportador, el agro argentino necesita políticas estables y claras en el tiempo”, enfatizó.
En el actual régimen azucarero provincial, los cañeros tienen la posibilidad de cerrar acuerdos comerciales con los ingenios y también con terceros agentes. En esa línea, Lepe afirmó que los productores, de una u otra forma, están indexados a los precios internacionales. “El alza de precios internacionales, tarde o temprano, debe reflejarse en los precios que ellos (por los cañeros) obtengan del ingenio o agente exportador de sus cuotas”, añadió el agente, aunque aclaró que el negocio de exportación de los agricultores es complementario al que desarrollan los ingenios.
Lepe marcó como desafío que la agroindustria azucarera debe planificar un abastecimiento por 12 meses y no sólo en periodo de zafra, y generar volúmenes en calidades estandarizadas y certificadas.
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Julio Colombres