Hinchas que llevan a Atlético en la piel

Aunque existen técnicas para borrarse un tatuaje, por lo general quien decide entintarse la piel lo hace con la idea de que la marca perdure de por vida. A raíz de ello, no resulta extraño que en las inmediaciones de una cancha de fútbol uno encuentre hinchas que se dibujaron en alguna parte del cuerpo el escudo del club de sus amores, o alguna inscripción alusiva. Uno de estos fanáticos es Tomás Nahuel Corbera, que tiene el proyecto de adornar enteramente su pierna derecha con imágenes “decanas”. Comenzó por el tobillo.

Pero si bien ese escudo que lleva es su único tatoo referido a Atlético -al menos, por el momento-, luce otros, con aquello que, al igual que el “Deca”, considera lo más importante de su vida: el nombre de su papá, el de su hermana, la cara de su hermano. “Es toda mi vida, todo es el mismo sentimiento”, explica. El rostro de su hermano ocupa un espacio importante en su brazo izquierdo; y no es para menos. “Él falleció en un accidente; venía bajando de Tafí del Valle y chocó en la moto. Es para recordarlo siempre”, cuenta Nahuel. Mario Antonio Corbera estudiaba historia en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional de Tucumán. El 1 de diciembre de 2013 chocó de frente contra un auto, a la altura del kilómetro 16 de la ruta 307. “Siempre veníamos juntos a la cancha. Toda la vida acá, a la Chile... y acá voy a morir”, dice Nahuel.

Otro hincha que lleva al “Deca” en su piel es Cristian Oscari. Desde hace un par de meses muestra en su antebrazo derecho la inscripción “Atlético Tucumán”. Y al igual que Nahuel, tampoco es su único tatuaje. “Tengo el nombre de mi hermanita; huellitas de mi hermanito; el dibujo de un rosario, de relojes; una frase para mi abuela que falleció...”. ¿Qué significan para vos los tatuajes?, le pregunta LG Deportiva. “Son sentimientos, que llevo marcados; son cosas que uno va a recordar siempre. Y a Atlético lo llevo hasta el cajón”, responde.

Aunque admite que el “Deca” está “pata patero” con su familia, precisa que la parentela está levemente por encima del club en su vida. “La familia siempre primero; de hecho, le agradezco a mi abuelo, que me trajo a la cancha por primera vez, ya hace muchos años. Pero Atlético es más que la novia, más que los amigos. Lo sigo desde que tengo uso de razón”, afirma.

También coincide con Nahuel en el hecho de que ya está considerando hacerse futuros tatoos. Entre estos, algo alusivo a la posible participación de Atlético en la Copa Libertadores del año que viene. “Ya lo he pensado, ya está en mi mente. Si Dios y la Virgen quieren, si esos porteños no nos joden -porque la plaza es de nosotros, que somos los mejores terceros-, sí, de una. Jugar una copa internacional sería...”, y no puede completar la frase de la emoción.