Se deben monitorear todas las quintas cítricas

El HLB, la enfermedad más destructiva de los cítricos, la que hasta el momento no tiene cura, continúa con su avance en el mundo destruyendo las plantaciones cítricas que encuentra a su paso.

Esta sola definición debe producir escozor a cualquier citricultor y debe poner alertas a todas las autoridades fitosanitarias, para evitar que esta enfermedad llegue a una determinada región productora de cítricos.

Esta peligrosa enfermedad para las plantas producida por una bacteria Candidatus liberibacter asiaticus (CLAS), en su forma más agresiva, se traslada a través de material de propagación infectado y por insectos vectores, entre ellos Diaphorina citri Kuwayama, presente en Argentina en todas las provincias citrícolas a excepción de Tucumán, Catamarca y Buenos Aires. A este insecto se lo puede encontrar en una gran cantidad de plantas hospederas, lo que hace más peligrosa su presencia. Sin la Diaphorina, el HLB no sería tan destructivo ya que quedaría confinado. La Diaphorina citri puede desplazarse por si sola hasta 1,6 km en busca de brotes jóvenes de las plantas para alimentarse y, de estar infectado, transmitirá la bacteria y con ella el HLB.

El viento colabora eficazmente en el traslado a largas distancias. También puede viajar en los brotes jóvenes de las plantas y en restos vegetales, junto a fruta que no haya sido debidamente procesada en el empaque para su limpieza y desinfección durante el traslado.

El productor debe tener en claro que sus plantaciones deben ser realizadas con plantines cultivados en viveros, que cumplan con las medidas de resguardo necesarias.

Un punto muy importante para el manejo del insecto vector lo constituyen, además, las plantaciones con manejo orgánico, las fincas descuidadas y las abandonadas.

En este aspecto, resulta fundamental la acción gubernamental a través de censos citrícolas e imágenes satelitales, para ubicar los lotes de riesgo y accionar sobre los mismos, ya sea con su erradicación o, mínimamente, integrándolos a un plan de manejo con aplicaciones de insecticidas para controlar al psilido y evitar la propagación.

El naranjo agrio

En el caso de nuestra provincia, es importante tener en cuenta la presencia de una gran cantidad de plantas de naranjo agrio en las calles de muchas ciudades y pueblos tucumanos, que merecen ser monitoreados y manejados adecuadamente.

Es de vital importancia realizar los monitoreos en todas las fincas en producción, y también en aquellas que no lo están, sin importar el tamaño de la explotación, en busca de los psilidos vectores y de material vegetal sospechoso de HLB.

Estas muestras deben ser analizadas en laboratorio, para obtener un diagnóstico y actuar en consecuencia con la celeridad necesaria.

Si bien el Programa Nacional de Prevención de HLB posee monitoreadores que desempeñan sus tareas en todas las zonas citrícolas de nuestro país, es fundamental que cada empresa y/o productor realice sus propios monitoreos y muestreos, y que los mismos sean llevados, bajo protocolo, a los laboratorios de referencia para ser analizados.

En reuniones que se vienen realizando en el ámbito del Corenoa (Comité Regional del Noroeste Argentino), de manera permanente se habla y se discute sobre la necesidad de realizar esta labor en todas las áreas citrícolas del país y de la región.

Acciones preventivas

En virtud de esto, de manera permanente y de manera coordinada el sector privado, en consonancia con el Senasa, el Ministerio de Agroindustria y las provincias que componen al NOA, con la colaboración de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) y del INTA Yuto, se mantiene una red de trampeo en diferentes zonas citrícolas de la región para monitorear la presencia o no del vector.

Estos datos, que suman más de 200.00 lecturas, confirman la ausencia del insecto.

En importante pedir que los productores citrícolas que todavía no realizan esta labor en sus fincas se sumen al esfuerzo que se viene realizando, para tener certeza de que el vector todavía no está presente en las provincias de Tucumán y Salta, y en aquellas en la que ya está presente se pueda conocer el comportamiento del mismo y poder actuar en consecuencia.

La peligrosidad del HLB para las plantas cítricas es indiscutible, por lo que toda la sociedad, llámense productores, industriales, comercializadores, empacadores, autoridades nacionales y provinciales y el público en general, son los responsables, directos o indirectos, de que la bacteria o el insecto enfermo ingrese a la región para enfermar una planta y que luego se disemine rápidamente sin siquiera darnos cuenta, destruyendo plantas cítricas.

Cualquier acción que se realice para evitar el ingreso de la enfermedad será bienvenida. Solo de nosotros depende.

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