27 Diciembre 2016
LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
La casa Sucar tambalea una vez más. Un nuevo pedido de demolición llegó a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por parte de la empresa privada propietaria del inmueble. A través de un acta de notificación se solicitó al intendente Germán Alfaro que autorice el derrumbe de la casona de principios de siglo XX, tal como había ocurrido en 2012 y en 2015.
En junio de este año, la Sala 3 de la Cámara en lo Contencioso Administrativo solicitó al municipio que se expida sobre el pedido de autorización para demoler la casa que ya en 2012 habían interpuesto los propietarios. Ahora, el tribunal pidió a la Municipalidad que cumpla la sentencia de la Sala (integrada por Ebe López Piossek, Sergio Gandur y José Ernesto Soraie), al tiempo que le aplicó a Alfaro una multa progresiva de $ 1.000 por día hábil desde el 07/07/2016 hasta que se cumpla lo exigido.
Los legisladores José María Canelada (jefe de bloque de la UCR), Adela Estofán de Terraf y Eudoro Aráoz presentaron en junio un proyecto de ley de expropiación de la casona, ubicada en Salta 532. Citan en los fundamentos diferentes pedidos de previos, entre ellos, varios del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura (el último, de agosto de 2015) y el del propio Ente Cultural de Tucumán, de marzo de 2014.
Lo que se propuso fue crear en la casa el Centro Cultural Luis Lobo de la Vega para artistas Emergentes, y ponerlo bajo custodia y administración del Ente de Cultura de la Provincia.
La alarma por la posible demolición de la casona que ocupaba la Fundación Vicente Lucci se encendió por primera vez en enero de 2012, cuando se corrió la voz de la presunta venta del inmueble ubicado en Salta al 500. A partir de ese momento, un grupo de ciudadanos comenzó a movilizarse para impedir que la histórica casa cayera bajo la piqueta. Incluso, por esos días llegó a constituirse una informal “guardia ciudadana” en las puertas de esa singular construcción. También se organizaron marchas y acciones artísticas convocadas a través de las redes sociales.
La casona fue construida en 1923 por la familia Barbieri, y se la conoce por el nombre de la última familia que la habitó, los Sucar. Intervinieron en el diseño el arquitecto Luis Lucena y los artesanos italianos Perinotti y Colotti.
En junio de este año, la Sala 3 de la Cámara en lo Contencioso Administrativo solicitó al municipio que se expida sobre el pedido de autorización para demoler la casa que ya en 2012 habían interpuesto los propietarios. Ahora, el tribunal pidió a la Municipalidad que cumpla la sentencia de la Sala (integrada por Ebe López Piossek, Sergio Gandur y José Ernesto Soraie), al tiempo que le aplicó a Alfaro una multa progresiva de $ 1.000 por día hábil desde el 07/07/2016 hasta que se cumpla lo exigido.
Los legisladores José María Canelada (jefe de bloque de la UCR), Adela Estofán de Terraf y Eudoro Aráoz presentaron en junio un proyecto de ley de expropiación de la casona, ubicada en Salta 532. Citan en los fundamentos diferentes pedidos de previos, entre ellos, varios del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura (el último, de agosto de 2015) y el del propio Ente Cultural de Tucumán, de marzo de 2014.
Lo que se propuso fue crear en la casa el Centro Cultural Luis Lobo de la Vega para artistas Emergentes, y ponerlo bajo custodia y administración del Ente de Cultura de la Provincia.
La alarma por la posible demolición de la casona que ocupaba la Fundación Vicente Lucci se encendió por primera vez en enero de 2012, cuando se corrió la voz de la presunta venta del inmueble ubicado en Salta al 500. A partir de ese momento, un grupo de ciudadanos comenzó a movilizarse para impedir que la histórica casa cayera bajo la piqueta. Incluso, por esos días llegó a constituirse una informal “guardia ciudadana” en las puertas de esa singular construcción. También se organizaron marchas y acciones artísticas convocadas a través de las redes sociales.
La casona fue construida en 1923 por la familia Barbieri, y se la conoce por el nombre de la última familia que la habitó, los Sucar. Intervinieron en el diseño el arquitecto Luis Lucena y los artesanos italianos Perinotti y Colotti.
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